Chepina Peralta: La vigencia de la sal y la pimienta
COMPARTIR
Contenta, ofrece una entreviSta amena,llena de condimentos y buen sabor
Materializar la entrevista con una de las comunicadoras y cocineras más entrañables de nuestro país tuvo, por supuesto, su tiempo de cocción de varios días a fuego lento. Este hecho valió la pena, gracias a que su charla fue espolvoreada con anécdotas picantes y albaca remojada en proyectos nuevos.
Chepina Peralta, dama experta en oratoria, se sienta frente a mí con sus 67 años de edad, mostrándose con esa estampa luminosa de quien se sabe ha disfrutado de la vida.
"Mira, qué tal me veo", comenta mientras se abre el saco para mostrar la perfecta línea vertical de su tórax, pose que acentúa con una sonrisa que me provoca un flash back, donde mi abuela y yo, llenamos la sala con nuestras carcajadas al ver a Chepina en uno de sus más de 7 mil programas que se transmitieron por la TV, cómo se quitaba lentamente de su delantal a ritmo de un sensual sax, en una suerte de striptease.
"Fue una época que disfruté muchísimo. Se armaron equipos de producción muy cooperativos''.
Con 13 títulos publicados hasta la fecha, de los cuales destacan: Los niños cocinan y Diabetes, el placer de comer, insiste en contarme el tema en el que actualmente se concentra.
"Ando juntita a un grupo que encabeza Gabriela López Morales, para impulsar ante la UNESCO, el reconocimiento de nuestra cocina mexicana como Patrimonio Intangible de la Humanidad", menciona.
Esto, por cierto, ha provocado revuelo en varios países de Latinoamérica para que también, se les incluya en este reconocimiento internacional.
-¿Cómo ve los nuevos hábitos alimenticios?-
"Para empezar, la comida siempre va a estar vinculada a ceremonias, a la naturaleza y a la cultura de sus respectivas regiones. Ahora ya no hay tiempo ni siquiera para masticar tranquilamente. A los niños se les condiciona el alimento dependiendo cómo se portan. Eso no puede ser posible, el comer es un acto natural".
-¿Se puede pensar que desde temprana edad, el niño puede tener una educación alimentaria que influya en su psicología?-
Claro que sí, además de alimentarlo sanamente, estamos inculcándole la dignidad de ser humano. Antes se creía que un niño gordito tenía salud, ahora vemos que son adultos diabéticos.
-¿A propósito Chepina, qué come?-
Como cuatro veces al día. No como carne diario. Trato de ir a muestras gastronómicas, me encanta comer bien.
-¿Todavía conserva sus delantales?-
"Sí, tengo una colección de diferentes países. Franceses, rusos, españoles, alemanes hasta ingleses. Cuando viajo, procuro traerme uno del país de origen".
-¿Podemos usar alguno para las fotos?-
"Claro, déjeme pedirlos, mientras me doy una manita de gato".
Poco a poco se pierde entre las paredes de su estudio. Agil, esbelta y con esa mirada de niña traviesa que siempre la caracterizó, regresa para congelar en millones de pixeles, esa imagen que, sin permiso, entró a millones de hogares mexicanos reinventando elsentido de las tareas culinarias, en aquellas aletargadas cocinas mexicanas.