Encuentran otra carta de despedida de Alfonsina Storni
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México, D.F..- La Sociedad Argentina de Escritores descubrió recientemente en el sótano de su sede una carta de despedida de la fallecida poeta de oirgen suizo, Alfonsina Storni, quien este próximo 25 de octubre cumple 71 años de muerta.
La misiva, sin fecha, está dirigida a su amigo Manuel Gálvez, a quien le da las "gracias", un "adiós" y le pide que no la olviden.
Además de un manuscrito del poema "Barrancas del Plata en Colonia" y una página suelta sin firma en la que la poeta parece sumar palabras como "guerras", "suicidios", "avisos", "incendios", "muertes", "mi flor de poesía." y "ay, mi flor!"
La obra de Storni se distingue por el tono apasionado con que canta al amor, descubre el mundo de la mujer y cuya trágica muerte dejó una honda huella en más de una generación, a través del tema que la inmortalizó, "Alfonsina y el Mar".
Alfonsina nació el 29 de mayo en Sala Capriasca, Suiza, en 1892, donde pasó los primeros cuatro años de su vida, se trasladó en 1896 a la que sería su patria definitiva, Argentina, primero en San Juan y cuatro años después en la ciudad de Rosario.
Según sus biógrafos, tras la muerte de su padre, Alfonsina se ve obligada a abandonar sus estudios y a trabajar en una fábrica para ayudar en su casa, cuando apenas tenía 14 años.
En esa época también se ganó la vida en una compañía de teatro, con la que recorrió diversas provincias, actuando en algunas obras.
Al regresar, reanudó sus estudios y en 1911 egresó como maestra rural de la Escuela de Coronda, y mientras ejercía con orgullo su profesión en Rosario publicaba sus primeros poemas en revistas literarias locales.
Durante ese periodo conocería a un hombre del ambiente político y periodístico, con quien tuvo un romance, que concluyó al terminar el ciclo escolar, ya que renunció a su puesto y se trasladó a Buenos Aires, sola y con un hijo en camino.
Al poco tiempo del nacimiento de su primogénito Alejandro comenzó a trabajar en algunos comercios, hasta que el Consejo Nacional de Educación le otorgó un nombramiento.
Desde entonces se dividió entre la enseñanza y las cátedras de declamación en el Teatro Infantil Municipal Labardén y en el Conservatorio Nacional, donde laboró hasta sus últimos días.
Debido a algunos contactos logró publicar colaboraciones en "Caras y Caretas", de Buenos Aires, y uno de sus cuentos fue premiado.
En 1916 comenzó a hablar en público y a frecuentar círculos literarios en los que conoció a gente como Federico García Lorca, Horacio Quiroga y Gabriela Mistral, quien después fue Nobel de Literatura.
Su nombre trascendió con la aparición de "La Inquietud del Rosal" (1916), libro que inició su ciclo poético.
Entre sus principales obras poéticas destacan "El dulce diario" (1918), "Irremediablemente" (1919), "Ocre" (1925), "Mundo de siete pozos" (1934) y "Mascarilla y trébol" (1938), además una "Antología poética" (1938) que contenía poesías inéditas y un libro de poemas en prosa, "Poemas de amor" (1926).
Su libro "Languidez", de 1920, le mereció el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, lo que la colocó muy por encima de sus pares.
Colaboró también con las importantes revistas de la época como "Nosotros", y en diarios de Buenos Aires, como "Crítica" y "La Nación", en los que usó el seudónimo Tao-Lao.
En 1935 le fue descubierto cáncer de mama y, aunque fue operada, el padecimiento continuó, situación que aunado al suicidio de amigos, como Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones, le provocó largos períodos depresivos.
Tres años después, en octubre de 1938, viajó a Mar del Plata y desde allí le envió dos cartas a su hijo y un poema de despedida al diario "La Nación", así como la recientemente descubierta misiva a Manuel Gálvez.
El 25 de octubre de 1938 se perdió en el mar, historia que ha trascendido a las generaciones, a partir del canto de Ariel Ramírez y Félix Luna, compositores de "Alfonsina y el Mar".