Chocolate belga, el placer de los detalles
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Con siglo y medio de historia, el chocolate en Bélgica se ha labrado una potente imagen que constituye a la vez un atractivo turístico.
Bruselas, Bélgica.- La industria chocolatera en Bélgica goza de muy buena salud, con un consumo medio de ocho kilos por habitante al año, ya que, según los expertos, presta mucha atención "a los detalles y a la calidad de los productos".
UN NEGOCIO CON HISTORIA
El desarrollo de los chocolates en el pequeño país donde se ubica la capital de la Unión Europea, tiene que ver con la propia evolución de la historia de esta nación, explicó a Efe, Réginald Henry de Frahan, gerente de ventas de la chocolatería Zaabär, situada en el centro de Bruselas y que fabrica y vende su propio chocolate.
Las primeras importaciones de cacao a la metrópoli tuvieron lugar a finales del siglo XIX desde la colonia belga en el Congo, y un cierto número de personas comenzaron a trabajarlo, asentando las bases del negocio.
En su desarrollo influyeron también el crecimiento y expansión de una de las marcas más conocidas del país, Côte d'Or, y la invención, en 1912, de la praline.
El origen de este bombón se encuentra en la idea que tuvo el farmacéutico Jean Neuhaus, quien ofrecía sus medicinas recubiertas de chocolate para hacerlas más apetecibles, una idea que su nieto llevó a otro nivel en 1912, reemplazando las medicinas por un relleno de crema.
La creación tuvo un gran éxito y fue el pilar sobre el que creció Neuhaus, otra de las empresas chocolateras de mayor éxito de Bélgica.
CUIDANDO LOS DETALLES
Las características que deben tener los productos chocolateros son objeto de una fuerte atención por parte de las diferentes marcas.
"Lo más importante es siempre trabajar a partir de una buena materia prima", explicó a Efe Hughes Moens, director de marketing de la firma Leonidas, antes de añadir: "un chocolate belga responde a ciertos requisitos: no utilizamos nunca grasas vegetales añadidas y solo puede contener manteca de cacao".
Por su parte, Réginald cuenta que las pastillas de chocolate que usan en Zaabär deben cumplir con unos mínimos de contenido de cacao: un 60 % en el caso del chocolate negro y un 30 % en el del chocolate con leche.Además, hay que prestar atención al proceso de elaboración.
"El chocolate nos llega en pastillas a 18 grados, para trabajarlo de manera eficaz deben estar a 32 grados", cuenta, insistiendo también en el proceso de enfriado, pues si éste se produce lentamente se obtiene "un chocolate que es brillante y crujiente".
Los detalles pasan también por la innovación y por saber ofrecer al público nuevas experiencias.
"En los últimos meses se han desarrollado mucho los llamados chocolates de origen", cuenta Hughes, indicando que los países de América Latina, por la calidad de su cacao, son los principales puntos de origen.
También se buscan chocolates con "caraterísticas interesantes a nivel nutricional, añadiéndoles antioxidantes o consiguiendo un producto con niveles más bajos de azúcar", añade.
UNA COMPETENCIA FEROZ
El mercado del chocolate belga está plagado de marcas, divididas entre productores históricos y pequeños artesanos y, ante la fuerte competencia, se hace preciso buscar nichos de mercado en los que centrar sus esfuerzos.
Es el caso de Zaabär, que se fija en los chocolates con especias para aromatizar sus productos, con más de 40 propuestas, desde la corteza de limón de Sri Lanka hasta el pimiento de Texas, pasando por la sal de la región francesa de Guérande.
Además, completan su oferta con visitas a las instalaciones en las que fabrican sus tabletas y bombones, y con cursos de cocina.
La competencia a la que hace frente el chocolate belga no se debe exclusivamente a la cantidad de productores que hay en el mercado, ni a los competidores externos que cuentan con gran fama en este terreno, como Francia o Suiza.
También tienen que hacer frente a aquellos que venden sus productos como si fueran chocolate belga cuando en realidad no cumplen con los requisitos.
"Eso es una competencia que nos molesta porque juegan con el lema 'belgian chocolate' y ese chocolate contiene poco cacao, no está siempre bien trabajado, algo que acaba perjudicando a la imagen del país", explicó Réginald.Â
DESTACADOS:
+++ "En los últimos meses se han desarrollado mucho los llamados chocolates de origen", Â explicó a Efe, Hughes Moens, director de marketing de la firma de chocolates Leonidas, indicando que los países de América Latina, por la calidad de su cacao, son los principales puntos de origen.
+++ Las primeras importaciones de cacao a la metrópoli tuvieron lugar a finales del siglo XIX desde la colonia belga en el Congo, y un cierto número de personas comenzaron a trabajarlo, asentando las bases del negocio.
+++ La industria belga también busca chocolates con "caraterísticas interesantes a nivel nutricional, añadiéndoles antioxidantes o consiguiendo el producto con niveles más bajos de azúcar", indica Hughes Moens.
Texto y foto: Sonia González Fernández/EFE-Reportajes