Mayas priorizaban la observación de los astros
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El arqueoastrónomo Jesús Galindo dijo que el sistema calendárico maya conocido como cuenta larga no predijo la llegada de un cataclismo ni el término de los tiempos
México.- Aunque los mayas eran observadores muy cuidadosos del cielo y maestros en el arte de registrar el tiempo, nunca predijeron el fin del mundo; es decir, la fecha de cuenta larga 13 0.0.0.0. no representa la llegada de un cataclismo ni el término de los tiempos proveniente del cielo.
El arqueoastrónomo Jesús Galindo Trejo, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, señaló lo anterior y explicó que, por el contrario, esa cultura pudo haber escogido el inicio de su cuenta larga.
De tal forma que esta fecha, explicó, es una casualidad que el treceavo baktun -el baktun es la unidad de mayor duración del sistema calendárico maya conocido como cuenta larga, que equivale a 144 mil días, unos 394 años-, coincidiera con el tránsito de Venus de 2012.
Planteó la posibilidad de que el pretendido fin del mundo, que se ha divulgado para finales de este año, bien pudo relacionarse con este fenómeno astronómico, aunque hay propuestas diferentes para el inicio de la cuenta larga, lo que demuestra la falta de información para aclarar esa duda.
Las observaciones del planeta fueron sumamente significativas para los mayas. "En toda la época prehispánica sólo ellos pudieron proporcionar este tipo de información, los periodos de observación o la relación de aquél con el astro rey", indicó.
De hecho, ninguna región mesoamericana puede negar la importancia que tenía el Sol, destacó de acuerdo con un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para los mayas, Venus era muy importante. Ellos pudieron haber observado a simple vista su movimiento, porque en el norte de Yucatán el horizonte es tan plano que una salida o puesta de Sol se puede ver directamente, sin filtro, pues la atmósfera baja filtra la intensidad luminosa, explicó.
El investigador universitario dijo que ese planeta está ampliamente representado en la cultura prehispánica. Su glifo está plasmado en la torre del Palacio de Palenque, Chiapas, y en una banca en la ciudad de Copán, Honduras, donde se representa abrazado por un guerrero maya.
También, en el edificio conocido como El Palacio del Gobernador en Uxmal, Quintana Roo, se observa gran cantidad de mascarones con el mismo glifo, al igual que en una calabaza de cerámica del museo regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en Mérida.
Además, en varias páginas del Códice Dresde, se registra la observación con notable meticulosidad, puntualizó.