Dulces "sanos" compiten con "chatarra" en aulas
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Productores ofrecen a padres y planteles opciones para cambiar hábitos de alimentación de niños.
México, D.F..- Se prepararon por meses, participaron en reuniones masivas con padres de familia y ofrecieron degustaciones gratuitas de sus productos, pero la introducción de "dulces sanos" en las escuelas de la capital al fin es una realidad.
Productores de amaranto, nopal, maíz, miel y hortalizas consiguieron su objetivo: llegar a los estudiantes de nivel básico con presentaciones "mini".
De esta manera han comenzado a desplazar en algunos planteles públicos los llamados productos "chatarra" por churritos y barras de amaranto con chocolate y botanas elaboradas a base de semillas de girasol o frijol de soya.
Encarnación de la Rosa y su esposa, Rosa María Pérez, trabajaron desde el año pasado en nuevas presentaciones de su producto: el amaranto, para acercarlas a los estudiantes.
Las reuniones organizadas por las secretarías de Desarrollo Social y de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades con padres de familia que forman parte de las mesas directivas de los planteles, les permitieron acercarse a este sector y ahora tienen un paquete escolar con 10 variantes.
Chocohojuela, polvorón, barra tipo palanqueta, choco trozo, churritos, palomas, paleta de tamarindo, pepitoria, muégano y bombón con chocolate, todos en presentación mini y elaborados a base de amaranto, han comenzado a ser distribuidos entre escolares del centro de la capital para hacerlos accesibles al bolsillo de los alumnos.
Tras los encuentros con padres, las llamadas para adquirir sus productos han sido escasas, pero Encarnación ha conseguido introducirlos en las Secundarias Diurnas 6 y 28, así como en la primaria Federico Alvarez. "Han llamado muy poco después de ir a 10 delegaciones, pero yo creo que nosotros tenemos que ir a aterrizar y tocar".
Como cabeza de la empresa familiar denominada "Productos de Amaranto Yolotzin", del pueblo de Santiago Tulyehualco, en la delegación Xochimilco, reconoce que los niños están acostumbrados a otro tipo de golosinas, con envolturas llamativas.
Sin embargo, está convencido de que sus productos no sólo son ricos, sino que tienen múltiples nutrientes que pueden contribuir a la salud.
"Al consumir esto además estamos haciendo que la tierra se siga sembrando y que el agua se siga filtrando a los mantos acuíferos, a la protección de la zona rural de la ciudad", comenta.
Semillas ricas
Gabriela Ramírez y su socia iniciaron hace tres años la transformación de semillas y al hacerse obligatorio el consumo de productos sanos en las escuelas elaboraron presentaciones pequeñas, accesibles para los estudiantes.
"Granut Mix" es como se llama esta pequeña empresa, ubicada en la delegación Magdalena Contreras, donde las semillas de lenteja y girasol, el frijol de soya, garbanzo, la nuez de la India, el cacahuate, maíz, plátano, arándano y pasas son transformadas en botanas con sal, limón y chile.
En el proceso de elaboración se emplea sal de mar en bajas cantidades, que, según Ramírez, es menos dañina para la salud, y no se emplea aceite comestible porque casi todo se tuesta.
Su mercado inicial eran tiendas naturistas, gimnasios y clubes, pero ahora también han conseguido llegar a la Secundaria Diurna 6, ubicada en la delegación Cuauhtémoc; la primaria Héroes de 1914, en Venustiano Carranza; el Centro Educativo Paidela, en Coyoacán; la primaria Tomás Alva Edison, en Miguel Hidalgo, y el Colegio Jerónimo Usera, en Gustavo A. Madero.
Además sostienen pláticas con directivos de otros planteles, quienes han mostrado interés en sus productos.
De ofrecer presentaciones de 250, 75 y 50 gramos ahora han elaborado de 25 y 16 gramos para botana mix natural, con chile, limón y sal.
Pero lo mismo ha pasado con la botana oriental en sus tres presentaciones: orejones de manzana deshidratada enchilada, enjambre con cereales integrales, amaranto y chocolate blanco y oscuro y palanqueta de amaranto.
Al ofrecer presentaciones mini, tuvieron que reducir los precios para introducirlos en las escuelas y hacerlos accesibles a los estudiantes: "nos bajamos lo más que podemos en costo".
Tanto Gabriela como Encarnación tienen claro que la introducción y demanda de sus productos irá en aumento conforme la gente los conozca y compruebe su sabor y beneficios: "considero que va haber más apertura porque no les va quedar de otra que tener productos nutritivos".
Pero ven en los encargados de las cooperativas de algunos planteles escolares resistencia para aceptar estos dulces sanos y confían en que sean los propios directores quienes, preocupados por los estudiantes, promuevan su introducción.
La Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades del gobierno del DF trabaja con 35 productores de miel, amaranto, botanas con semillas, congeladas de yogurth y nopal para conseguir que sus mercancías ingresen a las escuelas, según Margarita García, responsable de Proyectos Especiales de la dependencia.
Difícil cambio en escuelas
Pero en los planteles la sustitución de productos "chatarra" por dulces sanos no ha sido nada fácil.
De acuerdo con Guillermo Ayala, coordinador de Vinculación Institutucional de la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF), aunque en el 98% de las escuelas de nivel básico de la ciudad de México comenzó el cambio de los productos que se venden, el proceso aún es paulatino.
Basados en los Lineamientos Generales para el Expendio y Distribución de Alimentos y Bebidas en los Establecimientos de Consumo Escolar, que entraron en vigor este año en las escuelas de nivel básico, se ha solicitado a quienes venden al interior de los planteles que sustituyan las cosas poco nutritivas por otro tipo de productos.
Pero a los estudiantes les agrada lo que no está permitido. Iván, por ejemplo, se inclina por las quesadillas y los tacos, mientras que Jesica prefiere las habas con chamoy y Anayantzin las palomitas.
Pese a ello Lorena Ramírez ha tenido que modificar la forma de preparar sus productos. En lugar de mayonesa, a las tortas ahora les pone frijol, y a cada una añade lechuga y jitomate.
"Tenemos que vender sano, más verdura, por eso al picadillo le ponemos verdura...antes vendíamos hot-dogs y ahora ya no", comenta la comerciante.
Ella expende sus productos al interior de la escuela primaria Calmecac, ubicada en la colonia Agrícola Oriental, delegación Iztacalco, donde, dice, los estudiantes aún consumen
quesadillas y jugos.
María del Carmen Villaseñor ofrece esquites, elotes, arroz con leche, yogurth, habas, gelatinas y flan a los estudiantes, pero antes también vendía fresas y manzanas con crema, pastel y otros artículos que le han sido prohibidos a partir de este año. En la primaria Turquía, situada en la unidad habitacional San Juan de Aragón, en la delegación Gustavo A. Madero, los tacos son preparados con huevo, jitomate y picadillo.
La zanahoria, el pepino, el melón y la papaya en trozos es lo que más piden los alumnos en los planteles, igual que la gelatina con yogurth y las palomitas.
Jessica no trae lunch, por eso compra un vaso con gelatina con yogurth y una bolsa de palomitas para no quedarse con el estómago vacío en el receso.
La mayoría de los estudiantes carga su lonchera o su bolsa transparente con contenidos variados: agua, jugo, refresco, sándwich, torta y alguno por ahí incluso un trozo de pizza que comparte con uno de sus compañeros.
La directora de esta escuela de jornada ampliada, María Valencia Alamilla, explica que se ha hablado con los vendedores para que ofrezcan productos sanos e incluso hay quien les provee de barras de amaranto.
Las paletas de hielo, las congeladas y nieves también han pedido que sean elaboradas con fruta natural y durante el receso los estudiantes participan en lo que es llamado el "recreo activo".
Brincan la cuerda y saltan una especie de obstáculos: conos con varas de madera, pero algunos otros prefieren las llantas, los círculos y aviones pintados en el patio o una especie de barra de plástico con la que practican el equilibrio.
Con estas actividades, además de promover el juego se evita que corran por el patio y provoquen algún accidente, dice la directiva.
El rezago sigue afuera
Pero para Guillermo Ayala el problema real no se encuentra al interior de los planteles, sino afuera de ellos, donde no existe control por parte de las delegaciones ni de la Secretaría de Salud capitalina.
A sólo unos pasos de las escuelas, los niños pueden acceder a tortas de tamal, atole, tortas caseras con alta densidad calórica "que nosotros no podemos restringir, estamos a expensas de que la autoridad local lo haga".
A su parecer, se requiere que los padres de familia ya no adquieran esos productos para sus hijos y que las autoridades capitalinas capaciten en la preparación de alimentos a quienes venden en la vía pública.
"Tenemos que empezar a movernos para que los adultos sí podamos incidir y cuidarlos no sólo en la escuela sino en casa".
Resultados escasos
El funcionario de la AFSEDF explica que durante la primera semana de clases de este año, la respuesta de los padres de familia a la intensa campaña publicitaria que se hizo contra el consumo de productos "chatarra", fue a la inversa.
Es decir, que en lugar de retirar del lunch de sus hijos productos poco sanos, los enviaron con mucha comida industrializada, botana salada y refresco.
Sin embargo, para la segunda semana se observó una disminución de artículos poco nutritivos y los estudiantes comenzaron a llevar más alimentos preparados en casa, aunque aún ha resultado complicado que consuman más agua simple, la única bebida permitida por los lineamientos en las escuelas primarias de todo el país.
"Estamos batallando en algunas escuelas con alimentos preparados y también con la forma de elaborar el lunch", asegura.
Variedades
* Chocohojuela, polvorón, barra tipo palanqueta, choco trozo, churritos, palomas, paleta de tamarindo, pepitoria, muégano y bombón con chocolate, son productos que se ofrecen en presentación mini
* Amaranto, maíz, nopal, miel, semilla de girasol, lenteja, frijol de soya, garbanzo, nuez de la India, cacahuate, plátano y arándano son la materia prima.