La fe que surgió en el Tepeyac hace 480 años

Circulo de Oro 2021
/ 11 diciembre 2011

    Más allá del ámbito de la religión, la Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos más poderosos en torno al cual los mexicanos pueden identificarse

    CIUDAD DE MÉXICO.- Símbolo del catolicismo mexicano, bandera bajo la cual se guió la Independencia, este 12 de diciembre se cumplen 480 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al ahora santo Juan Diego en el cerro del Tepeyac; la primera ocurrida, como narra el Nican Mopohua (la narración más antigua de las apariciones guadalupanas), "un sábado muy de madrugada, a la sazón en el año de 1531 a pocos días del mes de diciembre".

    Para el rector de la Antigua Basílica de Guadalupe, Pedro Agustín Rivera, la Guadalupana deseaba en sus apariciones convencer a los habitantes de México, en ese entonces Nueva España, que ella era verdaderamente la Madre de Dios.

    "Para aquel que tiene fe, que cree, el acontecimiento guadalupano fue un momento privilegiado en la historia de nuestro país, un contacto entre lo humano y lo divino. El mensaje del Tepeyac es un mensaje de esperanza, de alegría, de unidad entre todos los mexicanos", afirmó monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz.

    Roma y México unidos


    En mayo de 1754, con motivo de la Jura del Patronato Pontificio de la Virgen de Guadalupe como Patrona de toda la Nueva España, el papa Benedicto XIV dijo que la Virgen "Non fecit taliter omni nationi", lo que quiere decir: "No hizo tal con ninguna otra nación", en referencia al hecho de dejar plasmada su imagen en la tilma de Juan Diego como regalo para los mexicanos.

    Y recordamos lo anterior porque ahora su sucesor en el pontificado, Benedicto XVI, celebrará por primera vez este 12 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, a la Virgen de Guadalupe al oficiar una misa con motivo del bicentenario de las independencias de las naciones latinoamericanas. Se espera que en ese momento el Papa anuncie su próxima visita a México para marzo de 2012.

    Juan Pablo II fue siempre devoto de la Virgen de Guadalupe y fue quien elevó a los altares en la Basílica de Guadalupe a Juan Diego. El 12 de octubre de 1945 el papa Pío XII envió un mensaje radiofónico a la nación mexicana en el que se refirió al milagro del Tepeyac.

    El acontecimiento guadalupano


    La Guadalupana se manifestó en cuatro ocasiones al indio, natural de Cuautitlán, Juan Diego Cuauhtlatoatzin; la primera fue la mañana del 9 de diciembre de 1531, cuando Juan Diego se dirigía a Tlatelolco. Ese día, al pasar junto al Tepeyac, escuchó el trino de aves y luego que alguien le llamaba por su nombre. Él se acercó y vio a una mujer "radiante como el sol" que se presentó como "la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive", y le pidió que se entrevistara con el obispo de México, fray Juan de Zumárraga, para solicitarle que en el cerro se le edificara un templo. Posteriormente Juan Diego relató su experiencia al jerarca católico, quien no le creyó.

    En la segunda aparición, sucedida el mismo 9 de diciembre, nuevamente la Guadalupana le pidió a Juan Diego que al día siguiente fuera a hablar con el obispo, quien para cerciorarse lo interrogó ampliamente sobre su videncia, pero finalmente no dio crédito a la historia de quien siglos más tarde se convertiría en el primer santo indígena, y pidió que la próxima vez le llevara alguna señal para así creer su historia.

    Esa misma tarde Juan Diego habló por tercera vez con "la señora del cielo", quien le pidió que se presentara a la mañana siguiente para llevarle a Zumárraga la señal solicitada.

    Al día siguiente, 11 de diciembre, Juan Diego no volvió al cerro debido a que su tío Juan Bernardino había enfermado gravemente y estaba a punto de morir.

    La madrugada del 12 Juan Diego se dirigió a buscar a un sacerdote en Tlatelolco, pero se fue por otro camino para evitar encontrarse con la Virgen, sin embargo ella le salió al encuentro por el otro camino. Juan Diego se sintió apenado y le explicó la situación que vivía en ese momento su tío, fue entonces que "la morenita del Tepeyac" lo tranquilizó, le aseguró que su tío había sanado ya y le dijo: "¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?".

    Luego le ordenó que subiera a la cumbre del cerro y cortara todas las flores que encontrara y las llevara a su presencia. Así lo hizo Juan Diego, quien recibió la orden de llevárselas al obispo como prueba.

    "Rigurosamente te ordeno que sólo delante del obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas, contarás bien todo; dirás que te mandé a subir a la cumbre del cerrillo, que fueras a cortar flores y todo lo que viste y admiraste para que puedas inducir al prelado a que dé su ayuda con objeto de que se haga y erija el templo que he pedido", dijo la Virgen María.

    Juan Diego se dirigió al palacio del obispo de México para entregarle a Juan de Zumárraga la señal solicitada, le relató todo lo que vio y escuchó y le reiteró la solicitud de la Virgen.

    Fue entonces que, según relata el Nican Mopohua, Juan Diego "desenvolvió su blanca manta, pues tenía en su rezago las flores; y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy en su templo del Tepeyac, que se nombra Guadalupe".

    José Vasconcelos, primer secretario de Educación Pública, fue un gran admirador del fenómeno guadalupano y sostuvo que desde las apariciones marianas en el Tepeyac el indio quedó ungido.

    "Hay conciencias ciegas para lo sobrenatural; pretender convencerlas es tan estéril como hablarle del color a un ciego de nacimiento. Para el que tiene el sentido de lo divino, es obvio que existen sus manifestaciones."

    Conmemoración de las apariciones de la Guadalupana

    Hace 20 años Excélsior conmemoró los 460 años de las apariciones marianas en el Tepeyac con una publicación en la que se analizó la figura de Juan Diego ala luz de la antropología y el contexto social en el que la Guadalupana se manifestó a los mexicanos diez años después de la caída de Tenochtitlan.

    "Han sido varias las apariciones de la Madre de Dios pero sólo en México, en este país tan amado por Él, ha quedado plasmada la verdadera imagen de su madre. Alguien que merece el mejor crédito en la cristianización de las nuevas naciones es María, la Madre cariñosa, venerada en tantas advocaciones que llenan la geografía religiosa de todo el continente y que en México adoptó la imagen delicada y hermosa de Santa María de Guadalupe", dictaba el reportaje de El Periódico de la Vida Nacional fechado el jueves 12 de diciembre de 1991.

    Excélsior es el segundo periódico más antiguo de la Ciudad de México, después de El Universal. Fue fundado por Rafael Alducin y su primer número circuló el 18 de marzo de 1917.

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