Stroopwafels, las galletas holandesas que le cambian la vida a jóvenes en Tepito

México, DF. Dulcendam es el proyecto social de panadería encabezado por el holandés Koen Houwen, en la que capacita a jóvenes tepiteños provenientes de la casa hogar "Fundación Renacimiento"-que alberga a niñas, niños y jóvenes en situación de calle- a elaborar los tradicionales wafles holandeses.

Las ganancias de la venta están destinadas a continuar operando como proyecto, negocio y taller de capacitación de panaderos. Al mismo tiempo, se brindará apoyo financiero a estos jóvenes y en un futuro se capacitará a más chicos.

De acuerdo con Houwen, Dulcendam representa lo mejor de dos mundos: "Lo mejor de Holanda, que es la receta y lo mejor de México, que son los panaderos". Este tradicional wafles holandés ya está siendo elaborado al 100 por ciento con productos y materia prima mexicana.

Este proyecto surge, cuando Houwen, originario del pequeño pueblo holandés de Son en Breugel, viene a la Ciudad de México en 2005 para estudiar una maestría de Relaciones Internacionales, y a través de la universidad conoció la casa hogar "Fundación Renacimiento", ubicada en el corazón de Tepito, este barrio considera folklórico y diferente. Esta casa hogar contaba con una pequeña panadería donde intentaban elaborar pan, y al percatarse de que necesitaban ayuda, decidió hacerse voluntario.

"Cuando conocí a estos jóvenes y vi que tenían muchas ganas de salir adelante, pero con muy pocas oportunidades, armé el taller de panadería para enseñarles el oficio de la elaboración de panes europeos y toda la variedad de panes mexicanos", narra Houwen.

A lo largo de 8 años, el taller fue creciendo y el humilde y reducido espacio de la panadería de la Casa hogar se quedó pequeño, por lo que hace aproximadamente un año decide iniciar el proyecto Dulcedam.

Koen Houwen explica que tras darse cuenta de las dificultades que enfrentan estos jóvenes para conseguir trabajo, a pesar de haber abandonado las calles e ingresado a una casa hogar para estudiar y aprender un oficio e reintegrarse a la sociedad y al mundo laboral, las empresas se niegan a darles empleo, por el estigma que tienen estos jóvenes primero por haber nacido en Tepito y por su pasado en las calles.

Por esta razón, el objetivo de Dulcendam es que una vez que los jóvenes hayan alcanzado un buen nivel en la elaboración de los stroopwafels "puedan ir a vender por su propia cuenta, en un puesto, en la vía pública, tianguis o mercados de la Ciudad de México, tal como ocurre en Holanda, ahí hay un buen futuro para estos jóvenes", explica Houwen.

A los mejores alumnos los capacita como jóvenes emprendedores para que monten su propio puesto, tipo franquicia, vendiendo sus exquisitos wafles y quedándose con las ganancias, como es el caso de Adrián y Nayeli, los dos primeros panaderos que operan su puesto de wafles en la alameda de Tacubaya.



DULCENDAM PRESENTAS EVENTOS CULTURALES

Dulcendam no cuentan con un local propio de venta por lo que están en constante búsqueda de lugares y eventos donde pueden ofrecer sus galletas. Este año estuvieron presente en la Feria de las Culturas Amigas de la Ciudad de México, que se celebra en el mes de mayo a lo largo de la avenida Paseo de la Reforma. Esto fue posible, cuenta Houwen, "a una intensa participación conjunta con la Embajada del Reino de Los Países Bajos", lo cual les permitió poder dar a conocer el producto y la cultura holandesa a lo largo de seis días.

También estuvieron presentes en la décima edición de la Feria Internacional del Libro del Zócalo, organizada por el gobierno del Distrito Federal, que se llevó a cabo en el mes de octubre y el cual tuvo un enorme éxito entre los asistentes.

Dulcendam también estuvo presente en el evento que realizó el embajador de Los Países Bajos, Dolf Hogewoning en su residencia con motivo del Día de la Reina, allí elaboraron y ofrecieron a los cerca de 600 invitados los exquisitos wafles.

Koen Houwen, asegura que la experiencia que les ha dejado hasta el momento este proyecto, en espacial a sus panaderos, ha sido excelente: "Rondar por las calles de México, en especial el centro, y luego ir a Reforma, al Zócalo y a la residencia del Embajada de los Países Bajos y ser el centro de atención con largas filas y todos queriendo las galletas holando-mexicanas que ellos elaboraron con tanto empeño y que les está gustando a todo mundo".