Afirma experto que prácticas del circo son milenarias
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Las prácticas del circo son milenarias y la tradición circense, como la conocemos hoy llegó aproximadamente hace 200 años de Inglaterra y algunos de los actos que se practican en muchos de los espectáculos en el mundo, tienen su origen en la época prehispánica, en rituales como el xocuahpatollin, los matlanchines, y los Voladores de Papantla.
México.- Así lo manifestó Julio Revolledo, director de la licenciatura en Artes Circenses, de la Universidad Mesoamericana de Puebla, en su ponencia "La evolución del arte circense en México", presentada en el Museo Nacional de Antropología.
El investigador comentó que las artes acrobáticas vienen de la mano con la evolución del ser humano; todas las culturas madre como la egipcia, griega, romana y los antiguos mexicanos desarrollaron este tipo de suertes, a partir de la necesidad primaria de los hombres y mujeres por contorsionar su cuerpo, jugar objetos con destreza y construir pirámides humanas.
"Es el arte de maravillar, asombrar y sorprender; entre más angustia provoquen los actos, mayores resultados tendrá el espectáculo; es la lucha del ser humano consigo mismo, para demostrarse que puede trascender los supuestos límites de su condición natural", agregó el especialista.
El xocuahpatollin, actualmente conocido como antipodismo, es una práctica que consiste en hacer malabares con las plantas de los pies.
Mientras que los llamados matlanchines, acróbatas que desafiaban las leyes de la naturaleza, fueron algunas de las antiguas costumbres perseguidas y castigadas por los españoles, al considerarlas paganas y diabólicas.
Esta manifestación ritual de malabarismo con los pies, cuya imagen se puede apreciar en el Códice Florentino Sahagún-Troncoso, es considerada como el gran aporte mexicano a la tradición circense del mundo.
Destaca también el ritual de los Voladores de Papantla, llamado teocuahpatlanque, con sus variantes en diferentes regiones del país, como otro de los legados prehispánicos.
Dichas prácticas prehispánicas llegaron a tierras europeas y asiáticas gracias a que Hernán Cortés las llevó como tesoros al emperador Carlos V y al Papa Clemente VII, a pesar de la censura española.
Por lo anterior, estos acróbatas, con el paso del tiempo se incorporaron a varios grupos que se dedicaban a realizar diversos actos circenses, originados de otras partes del mundo.
"La primera escuela de artes circenses surgió en el año 500 en el Viejo Continente, y a pesar de nuestra milenaria tradición acrobática, fue hasta el pasado 1 de septiembre de 2008 cuando se fundó la primera licenciatura en nuestro país enfocada a estas disciplinas", dijo Revolledo.
La concepción actual del circo con pistas circulares bajo una carpa, cumple dos siglos de antig?edad en México este año; fue en 1808 cuando llegó el inglés Philip Lailson, considerado el padre de esta disciplina en el país, con su espectáculo llamado el Real Circo de Equitación.
Dicho espectáculo estaba conformado, en su mayoría, por acróbatas italianos, franceses, ingleses y españoles, especializados en suertes de acrobacia, equilibrio, fuerza y prestidigitación.
En 1841 surgió el Circo Olímpico, de José Soledad Aycardo, primer empresario circense mexicano, quien conjugó en su carpa actos ecuestres, titiriteros, acróbatas y payaso versificador.
A lo largo del siglo XIX, una gran cantidad de circos provenientes de todas partes del mundo visitaron territorio nacional para ofrecer múltiples funciones de su repertorio.
El Rivers, Runnels & Franklin, de Estados Unidos; la Compañía Schumann, de Dinamarca; el Carl Hagenbeck, de Alemania; y el Pubillones, de Cuba, han sido algunos de los circos que visitaron el país con un gran número de actos y, sobre todo, con propuestas distintas cada uno de ellos.
La Familia Atayde, que surgió en 1878, es la que posee la mayor tradición circense en México, recorriendo gran parte del país; tiempo después se fue de gira por más de 20 años a Centro y Sudamérica, lo que le ha permitido obtener fama y regresar a México como el referente más importante del Continente.
Actualmente existen cerca de 500 circos en México, todos de creación familiar que se ha heredado generación tras generación, sin embargo, incluir a personas ajenas a éstas en las artes del circo es uno de los objetivos que los especialistas han definido como esencial.
Romper con la tradición genealógica e incluir a personas interesadas en el mismo, es lo que se pretende con la creación de la licenciatura en Artes Circenses, en Puebla, la cual cuenta ya con 40 alumnos inscritos.
El actual reto para los circos es innovar en sus espectáculos; incorporar nuevas suertes que sorprendan, maravillan y asombren al público, para evitar que desaparezcan.