Hace 400 años Henry Hudson descubrió llegó a Nueva York
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La intrépida navegación en la que Haudson partió el 4 de abril de 1609 del puerto de Amsterdam, se hallaba ante el comienzo de la historia de una de las ciudades más emocionantes del mundo: Nueva York.
Amsterdam, Holanda.- Casi nadie se desvió tanto de su destino como Henry Hudson. El descubridor debía navegar rumbo a Asia. Sin embargo, su viaje con la embarcación "Media Luna", que comenzó un sábado de luna nueva hace exactamente 400 años, finalizó en Norteamérica.
Volviendo la vista hacia atrás, no se puede hablar de mala suerte.
La intrépida navegación en la que Haudson partió el 4 de abril de 1609 del puerto de Amsterdam, se hallaba ante el comienzo de la historia de una de las ciudades más emocionantes del mundo: Nueva York.
Cinco meses después de que el "Media Luna", de 26 metros de longitud, abandonara la República de los Siete Países Bajos Unidos bajo bandera naranja, blanca y azul, con una tripulación de 16 hombres a bordo, arribó a una isla.
A los indios lenape que la habitaban, les llamaron "mannahata".
El historiador norteamericano Russell Shorto considera un golpe de suerte para Estados Unidos y el mundo el hecho de que el sur de la actual Nueva York fuera colonizaa era entonces cuna de la sociedad más avanzada de Europa en cuanto a cultura, diversidad y tolerancia", afirma el reconocido experto neoyorquino. Su libro "New York: The Island at the Center of the World" ("Nueva York: la isla en el centro del mundo") constituye una importante contribución al esclarecimiento y preservación de la historia fundacional de la metrópoli estadounidense.
La colonia "Nieuw-Nederland" (Nueva Holanda), fundada a principios del siglo XVII, abarcaba un territorio mucho más extenso que el de toda Holanda.
Comprendía amplias partes de los actuales estados norteamericanos de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Pennsylvania y Delaware. El centro era Nueva Amsterdam en Manhattan.
Pocas décadas después del viaje de expedición de Hudson, convivía ahí una mezcla de habitantes holandeses, flamencos, valones, alemanes, escandinavos, e incluso africanos con indígenas de las tribus munsee, montauk y mohawk.
"La ciudad que le dio nombre era la metrópoli más liberal del mundo", recalca Shorto durante un paseo por la capital holandesa.
También por eso Nueva York -según bautizaron los británicos Nueva Amsterdam cuando la tomaron en 1664- "se convirtió en la primera sociedad de progreso y realmente tolerante y multiétnica en Norteamérica".
Fue posible gracias a la tenacidad de Hudson. El capitán hizo caso omiso de las instrucciones de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC). Por encargo de la primera compañía multinacional del mundo, debía hallar una ruta marítima rumbo al noreste, es decir bordeando a Rusia, más rápida a Asia.
"De ninguna manera" debía "plantearse descubrir otras rutas", rezaba el contrato que Hudson firmó en la sede de la VOC, ubicada en las inmediaciones del actual Barrio Rojo en Amsterdam.
No obstante, Hudson había tenido noticias sobre su paisano John Smith, aquel aventurero que dos años antes había participado en la expedición de los colononos de Jamestown, la primera colonia británica duradera en Norteamérica. Y justamente por ahí creía el navegante que encontraría un paso del Atlántico al Pacífico para dirigirse después a Asia.
Un poco más arriba de Noruega cambió el rumbo y navegó 3 mil millas en sentido contrario al convenido con la VAC. A comienzos de septiembre de 1609 se cruzó con Manhattan. "La isla no significaba nada para él", señala el historiador Shorto, "sólo era una escala, ya que él quería proseguir su viaje a Asia".
Tampoco los comerciantes estaban entusiasmados, en un principio, con Manhattan. Pero las pieles que trajo Hudson y sus informes relativos a la fertilidad de las tierras les hizo cambiar de parecer.
El descubridor, en un nuevo intento por acceder a Asia a través de la ruta noroeste, esta vez por encargo de Inglaterra, murió víctima de un amotinamiento en la que después bautizarían en su honor como Bahía Hudson (Canadá). Después los holandeses comenzaron a poblar Nueva Holanda.
Finalmente sería un alemán el que por encargo de la Compañía holandesa de las Indias Occidentales (WIC) desempeñase un papel legendario.
En 1626 Peter Minuit, nacido en Renania del Norte-Westfalia e hijo de refugiados valones, adquirió de los indios lenape la isla de Manhattan a cambio de mercancías en valor de apenas 60 florines.
En opinión de los investigadores, para los indios esto no supuso una transferencia de propiedad, sino sólo un pago por mantenerse temporalmente alejados de las colonias europeas en la isla.
La supuesta "compra de Manhattan", apuntó Shorto, "ilustra de manera especialmente dramática todo el largo proceso de robo de tierras a los indios".