12 deseos para Saltillo: sensibilidad y coordinación de ciudadanía y gobierno para tener mejores banquetas, dice experto

Ante la encuesta de VANGUARDIA sobre cuáles son sus 12 deseos para el 2024, los saltillenses mencionaron que les gustaría tener banquetas transitables sin riesgos para los peatones.

A lo largo del 2023, en este medio nuestros lectores han reflejado las carencias de banquetas en distintos puntos de la ciudad, como los bulevares La Fragua, Otilio González o V. Carranza.

En dichas vialidades, el espacio destinado para el peatón es reducido, invadido por coches estacionados o llantas de vulcanizadoras, o incluso inexistente, lo que obliga a las personas a arriesgarse transitando por el arroyo vehicular.

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Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 12 mil 446 manzanas que hay en Saltillo, en 2 mil 927 no hay banqueta en alguna de sus vialidades y en mil 140 no hay en ninguna de sus vialidades.

Para José Ruiz Fernández, presidente de la Asociación Mexicana de Urbanistas en Coahuila, no hay fórmulas mágicas para lograr mejorar las banquetas, aunque se puede lograr “con la acción coordinada de ciudadanía y gobierno”.

“Más que en cumplimiento a una obligación legal, que existe, se logrará a partir de la sensibilidad y consciencia colectiva de que el espacio público debe ser accesible para todas y todos”, explicó el urbanista.

Indicó que para que las banquetas sean calificadas como “adecuadas” deben tener accesibilidad universal y para ello es importante considerar un ancho adecuado, de acuerdo con el flujo de personas al que da servicio.

Explicó que una calle de bajo flujo peatonal debe tener una franja libre (sin obstrucciones de mobiliario, jardineras u otros elementos) para circulación peatonal de al menos 1.8 metros. Si se trata de una calle de alto flujo peatonal, la franja debe contar con al menos 3.2 metros libres.

Ruiz Fernández señaló que las banquetas deben estar dotadas en la franja correspondiente a equipamiento, con arbolado que dé sombra adecuada, bancas de descanso, estaciones de cicloestacionamiento, bahías para ascenso y descenso de transporte público, basureros con separación, señalización suficiente, estaciones de préstamo de bicicleta pública, condiciones para el desplazamiento de personas con alguna discapacidad, como línea podotáctil, señalización braille, alertas auditivas, entre otras.

El docente de la Universidad Autónoma de Coahuila indicó que también deben priorizarse otros elementos como la iluminación y los cruces a nivel de banqueta, generando un reductor de velocidad para los automóviles.