NL y Coahuila no están listos para crisis del agua, afirma experta
La sequía extrema actual que sufren estados como Nuevo León y Coahuila, ha puesto en manifiesto la falta de políticas públicas efectivas para enfrentar la crisis del agua que tendrá repercusiones sociales y económicas en los próximos años.
De acuerdo con la científica especialista en temas de recursos hídricos y miembro del Foro de Aguas Binacionales, Rosario Sánchez Flores, es necesario llevar a cabo proyectos de planeación, financiamiento y desarrollo de infraestructura para el tratamiento de aguas de rehúso tanto en la industria como en los hogares.
Por el contrario, existe un severo desinterés por parte de las autoridades que no han empeñado acciones permanentes del cuidado del agua, desatendiendo el mantenimiento que debe darse a la infraestructura que se tiene para llevar el agua a las ciudades.
“No estamos preparados para enfrentar esta problemática, y no es que no supiéramos que iba pasar esto, desde hace 40 años sabemos sobre la emergencia, sobre el cambio climático y nunca vi que alguien trabajara en proyectos para atender la emergencia, al contrario, los oigo diciendo ‘ojalá que venga un huracán’, y eso es una negligencia,
es irresponsable”, comenta la especialista.
Apunta que por lo menos el 80% de la crisis del agua es un problema de administración del recurso, y no del cambio climático;
“Por supuesto que el clima intensifica todas estas circunstancias y ya no puedes planear porque ya no tienes el mismo clima de hace 40 años; hoy, la tendencia del recurso es a la baja y esto es lo que se debería estar observando a largo plazo, deberíamos estar reciclando el agua, rehusándola, invirtiendo en plantas tratadoras para la industria que no requiere usar agua dulce, agua potable”, expone.
De acuerdo con Sánchez Flores, en estados como Nuevo León y Coahuila se está apostando a la perforación de pozos para el aprovechamiento de los recursos hídricos subterráneos, sin embargo, ni siquiera se están aplicando los estudios necesarios para comprobar la calidad del agua, ni tampoco se garantiza la sostenibilidad de la extracción mediante investigaciones hidrológicas y geológicas.
“No sabemos cuánta agua nos queda, no sabemos cuánta agua se está sacando, no sabemos a qué nivel, no sabemos ni siquiera la calidad el agua; a mayor profundidad menor calidad, ahí tienes a la laguna con sus problemas de arsénico, entonces no es una buena señal seguir perforando pozos”, apunta.
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De ahí que sea necesario evitar la construcción de nuevos desarrollos habitacionales en las ciudades que se están viendo afectadas por la falta de agua.
“Por supuesto que se debe establecer un límite, en muchas partes del mundo lo están haciendo y han aplicado la política de no desarrollar fraccionamientos si no se puede asegurar el uso de por lo menos 100 años de agua, con esto están reconociendo un límite del recurso”, añade.
La obra está diseñada para dotar de agua potable a Nuevo León y el área metropolitana de Monterrey, sin embargo, Rosario Sánchez Flores apuntó otras estrategias a las que se podría recurrir, tal como el rehuso y tratamiento de agua, además de la implementación de políticas públicas que eliminen, por ejemplo, el uso de inodoros de agua y su suplencia por baños secos, además de limitar el uso del vital líquido para cada persona.
“El problema es de todos, hay muchas cosas que se pueden hacer, esto que propone Nuevo León es de último recurso, ¿dónde están los proyectos de captación de agua?, ellos tienen la geografía, la tecnología para hacerlo;
“¿Dónde están los programas de conservación, dónde están los incentivos de la industria privada para eficientar el uso del agua?, es muy pronto para un proyecto como este que va a costar millones de pesos y que no es sostenible”, critica.
Finalmente, explica que otro camino por el que se puede empezar a instituir medidas eficientes para el cuidado del recurso hídrico es reformando la Ley General de Aguas de 1972 que no cuenta con actualizaciones recientes.
“La ley ya no responde, no tiene sentido, lo que estamos viviendo hoy es una situación muy difícil de cambiar, pero ahí sigue atorada la Ley General de Aguas y tienen que revisarla; la Federación también tiene que responder a lo que está pasando, la Conagua es la que concede o limita los derechos de agua, ellos son quienes tienen la última palabra”, concluyó.