Rocío Rodríguez dice estar preparada, subirá montañas con causa

Coahuila
/ 12 enero 2023

Su proyecto de amor surgió cuando por ayudar a su hijo, de 13 años, y quien debido a su condición padecía una rigidez en su cuerpo, comenzó a correr con él en competencias de distintas categorías

Rocío Yazmín Rodríguez Marrero sería capaz de librar la montaña más alta del mundo, todo por apoyar la causa de asociaciones que atienden a niños con Trastorno del Espectro Autista, como su hijo Diego Eduardo.

Su proyecto de amor surgió cuando por ayudar a Diego, de 13 años, y quien debido a su condición padecía una rigidez en su cuerpo, comenzó a correr con él en competencias de distintas categorías.

“Yo lo metí a correr, porque se me hacía un deporte más práctico, que él pudiera soltar las piernas, pero no logré que hiciera las cosas solo. Me metí a correr para que él me viera, yo ser su ejemplo, que él me siguiera...”.

Al cabo de algún tiempo, y a fuerza del ejercicio, los músculos de Diego Eduardo recobraron flexibilidad, y a cambio, como recompensa de la vida, Rocío descubrió un gusto, hasta entonces ignorado, por el atletismo.

“Lo logramos porque Diego se acercó con nosotros para empezar a correr distancias cortas, pero movía su cuerpo”.

Al grado que hoy Diego, gracias a su disciplina, ha conseguido correr en carreras de 200 y 300 metros, lo que demuestra cómo el deporte favoreció en gran medida su psicomotricidad.

Más tarde Rocío tuvo la loable ocurrencia de correr con causa en distintos maratones, primero para apoyar la labor de Arena Autismo, una fundación en Monterrey que brinda atención a niños con TEA y a la que entonces asistía Diego Eduardo.

Corrió varios 21 k, maratones con distancias de entre 30 y 35 kilómetros en asfalto y trail running.

Un buen día, Rocío se descubrió ascendiendo las faldas de una montaña después que conoció a un grupo de amigos que practicaban el senderismo y se puso con ellos a practicarlo.

“Me sentía como que quería algo más, avanzar, llevar un mensaje más alto, lo relacioné con el montañismo, con subir cerros, montañas y ahora volcanes”, narra.

De pronto sus amistades se sorprendieron de verla en redes sociales, posando en la cima de una alta montaña con una pancarta que decía “Perdí el miedo desde que escuché el lenguaje del y junto a la frase un corazón color azul, el color representativo del autismo.

“Cada vez que yo voy a una expedición llevo mi pancarta y subo tan alto para llevar el mensaje...”.

Rocío había conseguido ascender a cinco mil 636 metros el Pico de Orizaba. El Nevado de Toluca a cuatro mil 680 metros. El Volcán Sierra Negra a cuatro mil 580 metros. La cima del Volcán Iztacíhuatl a cinco mil 230 metros.

Hoy ha logrado encumbrarse en los cinco volcanes más altos de México.

Rocío dice que ya ha conquistado su sueño y esa es la mejor manera de demostrarse que no hay obstáculos para que un ser humano haga lo que más le apasiona, a pesar de las adversidades.

“Hay padres que quieren hacer algo, que tienen un sueño, pero precisamente porque tienen este tipo de niños no... Lo que tú quieres lograr, lo puedes hacer siempre y cuando te prepares. Requiere disciplina, constancia, apoyo de la pareja, de la familia, de los hijos.

“Esa es la forma en la que yo me metí al montañismo: para llevar el mensaje de que yo tengo un niño con necesidades especiales, pero eso no me ha impedido realizar lo que yo quería hacer: que es escalar montañas, subir más alto, más alto y más alto”.

Ahora Rocío ha tenido la loable ocurrencia de que puede escolar con causa, llevando hasta lo más alto una lona o una playera, ya no con frases motivadoras sino con la publicidad de una empresa, a cambio de patrocinios o donativos que serán destinados a agrupaciones de ayuda a niños con autismo y que carecen de financiamiento.

En este caso la Fundación Aprendiendo Juntos de Autismo y Down, de Monclova que tiene una escuela y un centro de terapias para 15 pequeños, entre ellos Diego Eduardo, con un marcado diagnóstico de TEA.

“Lo que me pague la empresa la destino para la fundación y ya estoy publicitado a la empresa. Lo que me cueste la expedición, yo la voy a pagar.

“Pretendemos pedir ciertos apoyos para dar más terapias y más educación para que esos niños estén integrados dentro de un sistema”.

Rocío dice que está segura de alcanzar esa cima, si ha escalado alturas mayores...

“Me estoy entrenando, me estoy preparando y no voy a ir a hacer el ridículo, me voy a preparar muy bien”, dijo.

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