Saltillo | Lo difícil de ser papá soltero siendo adulto mayor: la historia de don Julián Gómez
Lo que más le alegra a don Julián es que Ariel Alejandro, su hijo, haya tomado la decisión de quedarse con él, aunque la Pronnif se lo llevó a una Casa Hogar y ahora solo lo ve los fines de semana
Ser el mejor papá soltero es una tarea difícil pero no imposible. Fue hace 9 años cuando Julián Gómez Medrano, de 65 años, decidió salirse de la casa que compartía con su entonces pareja y dedicarse a su hijo tras vivir situaciones que lo obligaron a actuar.
Lo que más le alegra a don Julián es que Ariel Alejandro, su hijo, haya tomado la decisión de quedarse con él, aunque por temas legales hoy no viven juntos; solamente pueden verse los fines de semana.
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“No sé si tuve la fortuna o la desgracia de estar con una mujer mucho menor que yo y duramos un tiempo juntos, después nació mi niño que es a quien me dedico ahorita. Al poco tiempo yo ya no pude estar con ella y mi hijo ya estaba en una edad en la que podía decidir y él me decía que nos fuéramos de esa casa, nos fuimos, pero al poco tiempo llegó Pronnif tras una denuncia que puso ella y hoy mi niño vive en la Casa Hogar de los Pequeños San José donde me lo cuidan mucho”, cuenta don Julián.
Pese a las dificultades, siempre se ha quedado al pendiente de su hijo, de los cuidados que requiere y de su educación; los fines de semana suele acudir a la Casa Hogar para recogerlo y así pasar todo el fin de semana juntos.
“Yo tomé la batuta de él desde que era un bebé, desde la guardería, siempre me he dedicado a él. Antes yo no tenía trabajo, pero luego conseguí entrar como cerillito y es de la forma en la que nos ayudamos, me apoyan mucho para poder sacar adelante a mi hijo, los miércoles lo visito y los fines de semana los pasamos juntos. Mi hijo es un buen muchacho, va para los 15 años y es muy consciente y tiene buenos valores”, expuso.
También dijo que su fuerza para salir adelante y salir a trabajar se la da su hijo, por quien se desvive.
“Yo creo que si él no hubiera nacido yo ya no existiría. Él me da la fuerza para salir a trabajar, para mí es una bendición tenerlo, gracias a Dios tenemos mucha gente que nos quiere y nos apoya, somos muy afortunados porque nuestra familia ve mucho por nosotros. No reniego de mi situación, a veces sí me dan ganas de tirar la toalla pero aquí estoy y sigo adelante”, reflexionó.
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