Crup: uno de los efectos del Ómicron en niños y niñas, indica pediatra

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El crup no es un padecimiento nuevo, sin embargo, las variantes de COVID-19 pueden llegar a desarrollar cuadros agudos de crup en bebés, niños y niñas.
La laringotraqueobronquitis aguda o crup, consiste en la inflamación de la laringe, la tráquea y los bronquios, causando dificultad para respirar, tos metálica (coloquialmente conocida como tos de perro) y voz ronca.
Una de las causas de este diagnóstico es el virus de la parainfluenza, alergias, o bien, las variantes asociadas al COVID-19, específicamente la de Ómicron ya que puede llegar a presentarse con cuadros agudos de laringitis o de crup.
El pediatra Óscar García, informó a VANGUARDIA que este padecimiento inicia comúnmente como un resfriado que suele afectar a los más pequeños debido a que sus órganos se encuentran en desarrollo.
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“Puede presentarse fiebre, ronquera, sonidos agudos al respirar como silbidos, estridor o sensación de ahogo; los síntomas en general empeoran por la noche y duran entre tres y cinco días. Puede afectar tanto a chicos como a grandes, pero los pacientes pediátricos son quienes se encuentran expuestos mayormente”, explicó el médico.
El problema con el crup, dijo, es que puede volverse un cuadro agudo que no desaparezca y provoque ataques de tos de larga duración que, luego, inflamen las vías respiratorias y esto se traduzca en un padecimiento de insuficiencia respiratoria.
“En este caso, es cuando se necesita una atención hospitalaria urgente; no requiere de hospitalización ni de cuidados mayores si se atiende a tiempo, en el tratamiento se utilizan antiinflamatorios inyectados que pueden llegar a tener una buena respuesta”, explicó García.
En ese sentido, indicó que no todos los síntomas de crup pueden estar relacionados con el contagio del COVID-19 en los menores, sin embargo, insistió en la necesidad de aplicar pruebas de diagnóstico para detectar si se trata de un padecimiento causado por el coronavirus, o bien, de crup u otras enfermedades respiratorias.
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“Lo más correcto dentro del manejo del tratamiento de un niño, es pedir que se aplique una prueba de antígenos, detectar si se tiene un cuadro febril, de crup, de COVID y tratar de hacer un cerco epidemiológico en el interior de los hogares y con las personas que estuvieron en contacto”, apuntó.
Asimismo, en caso de que los menores resulten positivos al COVID-19 es necesario que se siga un tratamiento médico adecuado para evitar padecimientos como neumonía o cuadros de crup agudo.
En caso de que los niños y niñas resulten contagiados de COVID-19 y desarrollen un cuadro de crup, es necesario que se les proporcione atención médica inmediata con su pediatra.