Derrick Rose vuelve 17 meses después

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"Es un nuevo comienzo", dijo esta semana Rose
Chicago, EU.- Derrick Rose cumplió hoy 25 años, pero mañana recibirá el mejor regalo: volver a jugar al baloncesto tras 17 meses fuera de las canchas.
El duelo amistoso entre Chicago Bulls e Indiana Pacers será el primero desde que el MVP de la NBA de 2011 se lesionara el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda el 28 de abril de 2012 en el primer duelo de playoffs ante Philadelphia.
"Es un nuevo comienzo", dijo esta semana Rose, cuya popularidad no se ha visto minada por su ausencia: la NBA anunció el jueves que la camiseta de los Bulls con su número y nombre es la segunda más vendida en todo el mundo y la primera en Latinoamérica, Europa y China.
¿Por qué? Porque Rose fue el MVP más joven de la historia de la NBA, promedia en su corta carrera 21 puntos y 6,8 asistencias de media y está a la altura de otras grandes estrellas como LeBron James, Kevin Durant o Kobe Bryant.
No es casual que la nueva temporada de la NBA comience el 29 de octubre con el duelo entre Miami y Chicago, que supondrá el regreso oficial de Rose y el primer cara a cara con James.
A los lamentos por su ausencia y las dudas sobre su recuperación se sumó el misterio de los últimos meses de la pasada temporada, cuando Rose, ya con el alta médica desde marzo, decidió no jugar porque no se veía con confianza.
Ni la presencia de su equipo en unos apretados playoffs ante Miami Heat ni las presiones de los medios y los fans le hicieron cambiar de idea. Volvería sólo cuando pudiera estar al mismo nivel que cuando lo tuvo que dejar. Iman Schumpert, de los New York Knicks, sufrió la misma lesión igualmente en abril de 2012 y regresó a las canchas en enero de 2013.
Rose, con la rodilla ya recuperada y con más libras de músculo en su cuerpo y de confianza en su cabeza, lo hará mañana.
"Es un nuevo comienzo salir ahí y probarme de nuevo", afirmó el jueves el base, quien podría regresar con una versión mejorada de sí mismo. "Está más fuerte y su precisión en el lanzamiento desde fuera es mejor, lo que va a dar miedo. Aún es rápido y superatlético", constató su veterano compañero Carlos Boozer.
Por lo que más destacó siempre fue por su agresividad para atacar la canasta, que parece intacta según las primeras prácticas de esta semana.
"No importa quién esté en la cancha, voy a ir por él. Podría estar mi madre y la mataría", dijo en un exceso de los que no acostumbra una estrella tímida y familiar.
Una muestra quizás de la seguridad con la que retorna. "Haber pasado por esto creo que me va a ayudar a tener más confianza, a ser mejor profesional", dijo Rose, que asume el mando de unos Bulls que respetaron sus tiempos y que con Joakim Noah, Luol Deng y Boozer, entre otros, debería ser uno de los grandes rivales de Miami Heat en la Conferencia Este.
No lo dudó el lunes Dwyane Wade, una de las figuras del Heat. "Chicago ya estaba a muy buen nivel y ahora recupera a su mejor jugador, que estará motivado y hambriento por querer probarse", alertó.
Rose, pese a que aún tiene que despejar incógnitas, regresa con altas expectativas. "Lo que me empuja es ganar el título. Es lo único que falta en mi palmarés. Mis compañeros se están preparando para un gran año y yo también", aseguró. "Tenemos las piezas adecuadas", dijo ilusionado.
"He pasado un año preparando mi cuerpo. Voy a intentar demostrar que soy el mismo jugador e incluso un jugador más eficiente", prometió Rose, que sabe que el óxido de los músculos sólo desaparecerá con el paso de los partidos.
"Antes de la lesión no entrenaba mi cuerpo como lo hago ahora", comparó su capacidad muscular. "Sé que he mejorado todas las zonas de mi cuerpo", agregó el jugador antes de un regreso que la NBA espera desde hace 526 días.
Por Daniel García Marco/DPA