Sergio Pérez, el "Speedy González" de la F1

Deportes
/ 23 septiembre 2015

Así es conocido "El Checo" en Europa, y el piloto mexicano disfruta que se le compare con el famoso y veloz ratón de dibujos animados

México, D.F..- El mexicano más rápido del automovilismo. "¡Epa¡¡Epa! ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Andale!". Y Sergio "Speedy" Pérez acecha con su Sauber las posiciones en los grandes premios de la Fórmula Uno, como si fueran preciados trozos de queso. Los "gatos" del Gran Circo saben a lo que se atienen cada que lo ven pasar.

Ésta es la imagen con la que asocian al piloto tapatío en Europa. Ser mexicano es remitirles al mismísimo "Speedy González". Una analogía que palpan más, cuando se dan cuenta de que "Checo" Pérez tiene esas características del ratón animado creado por los dibujantes de la Warner Brothers: rápido, astuto y, sobretodo, de cuidado.

"Speedy González es muy famoso, especialmente en Europa. Siempre me han relacionado con él, como un ratón que va todo el tiempo rápido.

"Por esta cualidad es que me ven como él. Me gusta que me relacionen con `Speedy'. Me enorgullece que con cada personaje que ha tenido éxito de mi país, me asocien y ¿por qué no estarlo?", destaca Sergio Pérez, en una entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL durante una de sus visitas a México.

Aparece una sonrisa al recordar que sus compañeros de la escudería Sauber colocan un peluche del ratón mexicano, con el nombre de "Pérez" amarrado a su cintura, en lo alto de su monoplaza, cada que no se encuentra abordo.

"Checo" y el mundo de la Fórmula Uno

Por momentos no ha sido cálido. De batalla constante y con pocos amigos alrededor. Un nuevo universo en el que se empieza a abrir paso el mexicano.

"La F1 es fría, superficial. Es un mundo difícil, donde muchas veces es difícil ser tu mismo, mantener tu persona. Pero siempre intento ser yo mismo", enfatiza.

El tapatío se encuentra como novato en la élite del automovilismo. Ocho puntos en nueve carreras. Un peligroso choque, una descalificación y hasta un retiro.

También han llegado las buenas carreras, las unidades y muchos elogios. Varias personas a su alrededor le recuerdan el momento histórico que está marcando para el deporte motor nacional.

Sin embargo, intenta ser el de siempre. Sólo Sergio.

"El mantener los pies en la tierra es una parte importante de mi persona. Es algo que mi familia siempre me ha inculcado, el seguir siendo el mismo y no perder el piso, porque cuando lo pierdes, creo que dejas de disfrutar muchas cosas", advierte "El Checo".

Pero su mundo ha cambiado por completo. El día de la charla con El Gran Diario de México, la agenda inició a las siete de la mañana.

 Selectos encuentros con medios de comunicación, comida con patrocinadores, encuentro virtual con aficionados y, sí, siempre sonriendo.

Después de cuatro días entre filmación de comerciales, entrevistas y reuniones con patrocinadores, es difícil mantener el buen ánimo. Pero lo sostiene.

"Ahora tengo mucho más ocupado mi tiempo, tengo menos espacios para mí. Se me han aumentado los compromisos y es lo que principalmente la Formula Uno ha cambiado de mi vida", confiesa el piloto de 21 años de edad.

Vivir fuera de México no es problema. Desde 2005 aprendió a estar lejos de los amigos y de la familia. Su aventura en la Fórmula BMW alemana así lo exigía. Correr en los principales circuitos de Europa tampoco es novedad. Ya lo había hecho el año pasado en la GP2 Series.

Lo que cambian son sus paisanos, cada que tiene el privilegio de estar unos días en su querido México. Ahora es imposible pasar inadvertido.

"Mi entorno no ha cambiado; cambia el hecho de que ya me conoce casi toda la gente, además de que ahora recibo el apoyo de mi país, que la gente me tiene mucho cariño, se involucran mucho conmigo. Estos detalles son los que han cambiado poco a poco", dice.

Intenta ocultarlo, pero una respiración profunda lo delata. Presenta dolor de cabeza. La cuarta jornada de compromisos con patrocinadores ya lo merma. Antes de este encuentro ha pedido un analgésico. Cierra los ojos, en un eterno segundo y retoma el hilo de la conversación. Admite que aún tiene gente que admira en la F1. Incluso, algunos se los encuentra cada 15 días, en los mismísimos trazados.

"Idolos como tal en la F1, no tengo. Pilotos que admiré, sí. Admiro mucho lo que ha conseguido Schumacher o lo realizado por Fernando Alonso, esto sí lo admiro. Son carreras ejemplares para mí".

Tras cinco meses de competir en el máximo circuito, no duda en señalar su accidente en Mónaco como el momento más difícil por el que ha pasado. Un choque al salir del puente del principado lo llevó al hospital con una conmoción. Sin conocer la gravedad del caso, Pérez se sentía protegido: una imagen del Cristo de los Milagros lo acompañaba en su bolsillo.

"Mi familia me inculcó esta devoción. Siempre íbamos a visitar al Cristo de los Milagros que está en Morelia y, desde entonces, siempre le pido mucho para que me apoye y cuide. Le tengo mucha fe. Acostumbro a rezar antes de subir al coche", comenta el mexicano.

Hablar del futuro es un tema que le devuelve la fuerza a Sergio Pérez. Los anhelos y las ilusiones. Sabe que alcanzó el gran escalón, pero que aún hay muchos peldaños más arriba.

Los anhela. Los ambiciona.

"Siempre fue uno de mis sueños el llegar a la Fórmula Uno, pero ahora está el de consolidarme como piloto, el ganar carreras y conquistar campeonatos. Estos siempre han sido mis sueños. En especial, anhelo un día convertirme en campeón del mundo".

Le restan ocho carreras. La meta es clara: "Terminar como Novato del Año". Aunque no es un premio oficial, sí es una ambición a la que aspira. Así es como se visualiza al final de la temporada". "Speedy" Pérez quiere robarles su primer gran queso a los poderosos felinos extranjeros. "¡Arriba! ¡Arriba! ¡Epa! ¡Epa!".

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