Nick Foles... De tirar la toalla a levantar el título

Fútbol Americano
/ 6 febrero 2018

El QB sustituto, quien hace un par de años pensó en el retiro, logró recomponer un equipo que parecía desmoronado por las lesiones, supliendo la baja más importante, la de Carson Wentz, para llevar a los Eagles a su primer Vince Lombardi

Antes de que a Nick Foles le pasara por la cabeza ganar un Super Bowl de la NFL y ser el MVP de ese partido, el QB egresado de la Universidad de Arizona pensó en el retiro.

Foles nunca imaginó lo que viviría en la Campaña 2017-2018 de la NFL, donde “incendió” a Filadelfia con su primer Vince Lombardi en más de 50 años, a pesar de venir como suplente. El destino se lo tenía preparado.

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El elegido en el Draft de la NFL de 2012 —en la ronda número 3 con el puesto número 88 por el equipo de Eagles— estaba cansado de ser un “sengundón”, pues su carrera estaba marcada por ser un mariscal de campo sustituto.

Su primera oportunidad llegó cuando Michal Vick se lesionó y tomó los controles de los Eagles en 2012, pero logró hacee un buen papel y eso le permitió debutar en los playoffs, aunque fue con derrota.

A pesar esto, los números de Foles fueron sorprendentes, logrando igualar importantes marcas, incluyendo un juego perfecto en pases y lanzando para 7 touchdowns en un mismo partido. Fue en noviembre de 2013 frente a los Raiders, logrando igualar a Adrian Burk en la franquicia —Burk lo hizo frente a los Redskins en el 54— y a otros importantes QBs, entre ellos Peyton Manning.

Pero ni esos logros le permitieron ser considerado un pasador élite y volvió a ser relegado. En 2015 se enroló con los Rams, donde jugó apenas 11 encuentros.

Fue entonces cuando Foles pensó en el retiro. ¿Qué más podía hacer? Lo había dado todo y no lograba destacar entre la élite de los mariscales de campo de la NFL.

Nick platicó su experiencia. Decidido a dejar el profesionalismo, el texano tomó una especie de “retiro”, más espiritual, buscando encontrarse a sí mismo.

Un viaje de pesca en la Sierra de Nevada le serviría para tomar la decisión, la definitiva, pues antes de partir ya había mandado textos a familiares, amigos y a su agente, anunciando sus planes.

Sin servicio en su celular, Foles disfrutó de la naturaleza y puso en una balanza todo. Hasta pensó a qué se dedicaría, la restauración junto a su padre, Larry.

Todo parecía decidido, sin embargo, a su regreso, y justo cuando su teléfono recuperó la red y todos los mensajes que habís recibido durante su “ausencia”, entre los textos estaba uno de Andy Reid, con quien había trabajado en Filadelfia antes de que se convirtiera en el head coach de los Jefes.

“Te queda mucho futbol”, esa sería la invitación para partir a Kansas City. ”Papá, me voy a Kansas City... Voy a jugar para Andy”, dijo Nick a su padre cuando lo llamó a media noche.

En el 2016 defendió el jersey de los Chiefs, pero sólo pudo actuar en 3 juegos. Aún así, Nick Foles no perdió la fe y regresó a los emparrillados esta campaña, una vez más con Filadelfia, su destino.

El banquillo, un rincón que conocía a la perfección, volvió a llamarlo, pues el titular de los Eagles era Carson Wentz, un talentoso QB que estaba encaminado a ser el MVP de la NFL, pero una lesión lo dejó fuera de actividad y abrió las puertas para Foles.

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La historia se repetía para Nick en Filadelfia, nuevamente la baja del mariscal de campo titular lo convertía en el emergente, pero esta vez sería recompensado.

Los Eagles perdieron al veloz corredor Darren Sproles (brazo, ACL), al as de los equipos especiales Chris Maragos (ACL y PCL), al tackle izquierdo del Pro Bowl Jason Peters (ACL y MCL) y al receptor defensivo Jordan Hicks (Achilles). Entonces el desastre realmente golpeó cuando Wentz cayó.

Con la lesión de Wentz, muchos aficionados dieron por perdida la campaña, una que ilusionaba semana a semana, pues Filadelfia encabezó la AFC todo el camino.

Pero Nick Foles dio la cara cuando fue llamado y logró mantener al equipo en la cima de la conferencia, aún así, en playoffs dejaron de ser favoritos por esa condición, tener a un QB sustituto en los controles.

Enfrentar al experimentado Drew Brees y los Saints fue el primer reto, Foles y las Águilas ganaron no sólo el partido, sino la confianza de sus seguidores, quienes volvían a soñar con el título.

En el juego por el campeonato de la Nacional, Eagles volvió a salir como el no favorito, pero dieron un partido épico y vencieron a los Vikings, la mejor defensiva de la campaña y que apuntaban para ser los primeros en jugar un Super Bowl en casa. Filadelfia, guiados por Foles, aplastó a Minnesota y sus sueños.

Con todo y eso, Eagles se presentó en el U.S. Bank Stadium de Minneapolis como la víctima, pues enfrente tenían a un grupo ganador, un equipo que había marcado hegemonía y que todo indicaba conseguirían su sexto Vince Lombardi.

Pero junto a Nick Foles hubo otras claves que hicieron que los Eagles consiguieran lo que pocos pensaban, ganar su primer Super Bowl en la historia de la franquicia.

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Mientras Foles no se achicó, tuvo un partido casi perfecto, lanzó para más de 300 yardas, completó 3 pases de touchdown y atrapó uno más, sólo registró una intercepción, y eso le valió ser el MVP del partido. Todo esto luego de salir de un “retiro mental” para convertirse en el protagonista de una épica historia.

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