IBM cumple 100 años con la renovación como receta de éxito

Dinero
/ 23 septiembre 2015

    "Big Blue" comenzó su carrera digital hace un siglo con una tarjeta perforada.

    Berlín, Alemania.- En el sector de la tecnología de la información hay pocas empresas que tengan una tradición tan larga: IBM celebra sus 100 años de existencia con la estrategia de reinventarse una y otra vez y de desprenderse de los sectores con menor margen de ganancia como receta del éxito.

    «Big Blue» comenzó su carrera digital hace un siglo con una tarjeta perforada. La posición del agujero en las columnas y filas determinaba el significado del signo. Hoy en día, el código binario sigue siendo el mismo, pero en medios muy diferentes: al cartón le siguieron tarjetas magnéticas, discos de silicio, señales ópticas y experimentos con nanopartículas.

    El presidente de la empresa creada el 16 de junio de 1911, Sam Palmisano, cree que por una parte la firma ha ido transformándose una y otra vez, pero "viéndolo desde otro punto de vista, llevamos un siglo haciendo lo mismo".

    Al principio la firma era más bien una empresa mixta, ya que surgió como una fusión de tres diferentes: la Computing Scale Company (que pese a su nombre no tenía nada que ver con computadoras, ya que fabricaba balanzas); la International Time Recording Company (relojes) y la Tabulating Machine Company, creada ya en 1896 por Herman Hollerith con sus cartones perforados.

    Las máquinas de Hollerith habían sido ideadas sobre todo para mejorar la eficiencia de la administración estatal. La Deutsche Hollerith-Maschinen Gesellschaft (Dehomag), fundada en 1910 en Alemania, se convirtió en una de las compañías más importantes en ese país durante la Primera Guerra Mundial, pero luego fue absorbida por IBM, siglas de International Business Machines y nombre oficial de la firma desde 1924.

    En los años 30 y 40 la tecnología de los cartones de Dehomag fue utilizada también por el régimen nazi para sistematizar la información sobre la población judía, según las investigaciones del escritor estadounidense Edwin Black para su libro "IBM and the Holocaust". Según la empresa, en qué medida la cúpula en Estados Unidos estaba al tanto de los negocios de Dehomag con los nazis es algo controvertido hasta hoy.

    Durante mucho tiempo, las tarjetas perforadas fueron el centro de los sistemas de computación, diseñados entre otros para la ciencia, la economía y el sector militar. IBM unificó los estándares en estos sectores como lo hizo en 1981 con la primera PC.

    La nueva tendencia con las "microcomputadoras" quedó en manos en cambio de Apple y de aparatos con el sistema operativo de CP/M de Digital Research. Pero IBM se puso al día y sentó las bases para la sociedad digital con su Disk Operating System (DOS), cuyo desarrollo IBM encargó al creador de Microsoft, Bill Gates. Cuando quedó clara la importancia del sistema operativo, la firma desarrolló uno propio llamado OS/2, que ya no existe desde 2005.

    Por aquel entonces quedó de manifiesto que con las PCs se hacía cada vez menos dinero, por lo que la firma se separó del sector, de forma similar a como había hecho en 2003 con la división de discos duros.

    Debido a las constantes innovaciones, "el movimiento hacia adelante es el único camino para una empresa de alta tecnología, para mantenerse lejos del infierno de las materias primas", opina Palmisano.

    «Big Blue» (Gigante Azul), apodo de la empresa con sede en Armonk, cerca de Nueva York, tiene una cultura empresarial propia, que incluye la obligación para sus empleados de llevar traje desde 1915 y de centrarse en el negocio de servicios a grandes empresas. No fue hasta 2007 que Palmisano optó por tener también una clientela de mediano tamaño.

    El año pasado los 427,000 empleados lograron una facturación de 99,900 millones de dólares y las ganancias antes de impuestos treparon a los 19,700 millones de dólares, más del 90 por ciento de ellos gracias a software, servicios y financiaciones.

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