Alianzas comerciales de México lamentan que el gobierno no tenga plan 'B' por TLCAN
Insistieron que "la debilidad de los negociadores es extrema" y el presidente estadunidense Donald Trump lo sabe.
Ciudad de México. Por separado, la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano) y El Barzón lamentaron que el gobierno no tenga un plan B, frente a la creciente amenaza de Estados Unidos de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Raúl Pérez Bedolla, secretario general de Alcano, propuso al gobierno instrumentar un plan B, el cual podría estar sustentado en el fortalecimiento del mercado interno y la producción agrícola de los pequeños y medianos productores mexicanos.
En entrevista añadió que "el gobierno mexicano no ha entendido que el modelo globalizador ya se agotó y que algunos países de Europa y ahora China ven un esquema de crecimiento económico compartido".
Comentó que se requiere destinar los recursos que se asignan a la importación de maíz, principalmente, a impulsar la producción de ese grano en el agro nacional.
En conferencia de prensa aparte, Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente nacional de El Barzón, Alejandro Castillo, asesor de temas económicos de la agrupación y María del Rosario Castro, Investigadora de Observatorio de Precios de El Barzón señalaron que los representantes del gobierno mexicano están "arrinconados" en la renegociación.
Agregaron que éstos "carecen de poder de negociación. La esperanza es que la columna vertebral del TLC se mantenga sin cambios. El resultado será, como en muchas otras ocasiones y recientemente en el caso del azúcar, aceptar la propuesta esencial de los negociadores norteamericanos. Es decir, sólo trabajan con un plan A y el Plan AA.
Dijeron que "el Plan A sería un TLCAN sin modificaciones y el AA tiene como base la aceptación de la reducción del déficit, el incremento del componente estadounidense en automotriz, la exportación de productos agrícolas mediante cuotas y mayor rigidez en la vigilancia de dumping y subsidios. Es decir, la agenda de Estados Unidos se establezca en plazos".
Remarcaron que el gobierno mexicano no tiene un Plan B. "Para nada se le ocurre rectificar errores y establecer un sistema más equilibrado entre la apertura comercial y el fortalecimiento del mercado nacional. Es decir, independientemente del resultado de las negociaciones el Congreso de la Unión y el gobierno federal están obligados a poner en marcha un nuevo programa de desarrollo que ponga al centro la reconstrucción de las instituciones y las políticas económicas que fortalezcan el mercado nacional".
Insistieron que "la debilidad de los negociadores es extrema" y el presidente estadunidense Donald Trump lo sabe. "Nuestro país desmanteló buena parte de sus fortalezas económicas nacionales. Quedó como una economía que la apostó todo a las exportaciones. Castigó el empleo y mantuvo los salarios en niveles miserables. Se pensó que el esquema del TLCAN sería para siempre. Los daños de una salida en las actuales condiciones y sin mediar un cambio en la política interna serán desastrosos para la economía y la población nacional".
Pérez Bedolla, consideró que la estrategia de Trump de impulsar el mercado interno estadounidense e impulsar el empleo de la mano de obra norteamericana es un modelo que debería seguir el gobierno mexicano para evitar la migración de mexicanos hacia aquel país.
Urgió al titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, a tomar una determinación ante la amenaza del gobierno de los Estados Unidos de terminar con el TLCAN e iniciar las negociaciones de acuerdos bilaterales con ambos países que son sus socios comerciales.
Advirtió que existe temor entre las organizaciones campesinas agrupadas en el Congreso Agrario Permanente ante la incertidumbre generada con la actitud de Trump y peor, aún, con la posición que asume el gobierno mexicano que no define una ruta al respecto.
Dijo que desde el inicio México llevó una negociación “sin rumbo” con el TLCAN, lo que muestra el gobierno federal tendría que considerar abandonar el acuerdo.