Sobrevivir entre autos: El alarmante riesgo de los niños migrantes en Saltillo (video)

Saltillo
/ 23 febrero 2025

En una escena cada vez más común, una familia hondureña arriesga su vida en busca de apoyo

Lo que viven quienes migran es más que sabido, carencias diarias y peligros y es demasiado lo que pierden. Dejan atrás sus pocas o muchas propiedades y a la familia, con la idea, sin mayor sustento que una ilusión; de encontrar una vida mejor en un país que no los quiere.

Hay otros que llevan con ellos a sus hijos pequeños, lo que eleva exponencialmente sus pesares.

TE PUEDE INTERESAR: Coahuila: precio de la gasolina alcanza récord histórico en 2025; verde sube $2.30 por litro

Es así que en los cruceros de mayor afluencia de Saltillo es común ver a jóvenes padres con sus hijos pequeños pedir apoyo, bajo el sol intenso o el frío, cada que la luz cambia a rojo.

Lo inusual del caso de ahora es que en el cruce del bulevar Revolución y bulevar Mirasierra, en la colonia Nueva Mirasierra, una familia de migrantes dedicó sus esfuerzos en pedir a los automovilistas ayuda, y ahí no hay semáforos.

En el bulevar el padre junta las palmas de las manos y pide dinero, mientras su hijo se mantiene inmóvil junto a él, con los autos pasando a izquierda y derecha.

En ese cruce el peligro es mayor, porque hay vehículos que pasan de sur a norte por el bulevar Mirasierra, además de que muchos de los que van de oriente a poniente por el bulevar Revolución y los que van de poniente a oriente por la misma vía, también giran al norte por la principal calle de la colonia y pasan a los lados del padre y su hijo.

$!La madre observa desde el camellón, mientras su esposo e hijo esperan ayuda en un cruce transitado.

TE PUEDE INTERESAR: Gobierno responde a manifestantes en Saltillo: avanzan planes para modernizar transporte

Cuando se les pregunta por su origen contesta la madre, quien espera en el camellón con el otro hijo, que son de Honduras, y cuando se les menciona el peligro por lo complicado del flujo vehicular solo asiente.

Al final deciden quedarse otro rato, con el padre juntando las palmas e inclinando la cabeza pidiendo apoyo, mientras su hijo de apenas unos años sigue quieto a su lado, con los autos pasando a derecha e izquierda bajo el intenso sol.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM