Guerra comercial sofocaría el crecimiento mundial, alerta el FMI
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Señala que represalias de países tendrán impacto macroeconómico
Ginebra. Los principales socios comerciales de Estados Unidos expresaron en la Organización Mundial de Comercio (OMC) sus temores sobre el plan de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, así como a medidas de represalia, informó ayer un portavoz del organismo. Asimismo, hubo pronunciamientos de instancias como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Consejo Europeo sobre las implicaciones de una posible guerra comercial.
China comenzó el debate en una reunión a puertas cerradas. Entre las delegaciones participantes estuvieron la Unión Europea, Canadá, México, Turquía, Rusia, Australia, Corea del Sur, Japón, India y Brasil.
'Tememos que Estados Unidos pudiera abrir una caja de Pandora que nosotros no seríamos capaces de cerrar, declaró el embajador de Canadá', según declaraciones entregadas por un funcionario de Comercio, reportó la agencia Reuters.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, advirtió que una guerra comercial sofocaría el crecimiento mundial.
'El impacto macroeconómico sería grave, no sólo si Estados Unidos toma medidas, sino especialmente si otros países realizaran represalias, principalmente los más afectados, como Canadá, y dentro de Europa, Alemania en particular', advirtió Lagarde a la emisora francesa RTL.
En una guerra comercial nadie gana, uno generalmente encuentra perdedores en ambos lados, expresó.
No obstante, Lagarde admitió que Trump podría tener motivos para amenazar con la imposición de aranceles, ya que hay algunas buenas razones para protestar contra la situación actual.
Hay países que no respetan los acuerdos de la OMC e imponen transferencias de tecnología. China es un ejemplo, pero no es el único país con tales prácticas, señaló la jefa del FMI.
Agregó que el comercio internacional es un motor para el crecimiento, la innovación y la competitividad y advirtió que cualquier amenaza era riesgosa para la expansión mundial.
Lagarde enfatizó que tenía la impresión de que la Casa Blanca no había pensado en los riesgos de represalias.
También para el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sería perjudicial embarcarse en una guerra comercial.
Las guerras comerciales son malas y fáciles de perder, parafraseó Tusk en Luxemburgo y urgió a los políticos de ambos lados del Atlántico a actuar con responsabilidad. Asimismo, propuso un debate al respecto en la próxima cumbre europea prevista a finales de marzo.