Carla Escoffice es una reconocida académica que ha logrado trascender los límites entre la difusión para llegar a la divulgación y con ello a millones de personas a través de la publicación de sus investigaciones.
Carla tiene 205 mil seguidores en TikTok con un total de 4.8 millones de “Me Gusta”. A través de su cuenta @carlaescoffie explica temas como derechos a la vivienda, la reforma al Poder Judicial y la gentrificación.
En su libro País Sin Techo, Escoffie indica que la academia no ha sabido comunicar sus investigaciones. “Por eso mucha gente puede percibirlos como temas meramente teóricos, ambiguos, inaccesibles y que no contribuyen a mucho más allá de la autosatisfacción intelectual... Debemos ver la posibilidad de compartir y socializar algunas reflexiones que ayuden a problematizar el contexto actual y no por un tema de exquisitez teórica, sino para consolidar una exigencia social”.
En este sentido, en la entrevista que presentamos a continuación como parte de A La Vanguardia nos centramos en un problema presente en Saltillo como es el derecho a la vivienda, ya que se ha presentado un incremento de hasta un 50% en los precios, en cinco años y esto ha generado inconformidad en la población joven que tiene dificultades para acceder a una vivienda.
A esto se suma, la generación de casas de interés social en las faldas de la sierra y con falta de oferta al transporte público y áreas verdes.
¿En el norte de México, incluido Coahuila, existe una crisis de la vivienda?
En general en todo México hay una crisis de vivienda. Hay una problemática que tiene que ver con el acceso a la vivienda que es multifactorial, y que se sostiene de las mismas omisiones, decisiones y negligencias que se han tomado en todo el país a lo largo de los últimos 50 años.
Evidentemente se manifiesta en forma diferenciada en cada lugar del país. No en todos los lugares se aplica de manera igual o tiene los mismos impactos o los mismos síntomas, pero sí tenemos un factor común y recurrente en todo el territorio nacional.
Entonces evidentemente en general en el país hay cada vez un mayor problema para acceder a la vivienda sobre todo entre la población joven.
¿Consideras que han fallado las políticas públicas?
Lo que ha ocurrido es que en los últimos 50 años en el país, digamos que la vivienda se empezó a enfocar demasiado o prácticamente se centró en dar créditos económicos, créditos públicos a través del INFONAVIT y FOVISSSTE a las personas trabajadoras en economía formal, así como en hacer regularización de terrenos, es decir, otorgar títulos de propiedad a quienes no tenían y pues regularizar cualquier situación que alguien pudiese tener.
El problema es que si bien estas dos medidas son importantes, son insuficientes para tener una política de vivienda. De alguna manera lo que vimos es que el Estado empezó a dejar de ser un actor que planifica la ciudad, que toma decisiones sobre lo público y empezó a hacer nada más un facilitador del sector privado, de tal manera que la gestión de las ciudades empezó a guiar por la necesidad del mercado y por las tendencias del mercado.
Si bien hay muchas propuestas que se han hecho a nivel federal y algunas a nivel local para efectos de revertir eso y de hacer nuevas alternativas de acceso a la vivienda que venían estando en deudas de hace décadas, todavía no se han implementado.
Evidentemente el rezago que tenemos es de más de 50 años. Entonces va a tardar en resolverse y solo si se mantiene este impulso de realmente adoptar medidas alternativas y diferenciadas que pueden realmente cambiar la lógica con la cual se gestiona la ciudad y se gestiona la vivienda.
Hay mucho por hacer y muy poco tiempo porque si no va a seguir agravando.
En todo México hay una crisis de vivienda, una problemática multifactorial sostenida por omisiones, decisiones y negligencias de los últimos 50 años.
¿A qué atribuyes esta crisis de la vivienda?
Se debe a varios factores, por un lado lo que ocurrió es que hubo esta lógica liberalizadora de la gestión del suelo, de la gestión de la ciudad.
La lógica era que el mercado pudiera regular solito todo lo que es la ciudad y todo lo que es la planeación urbana. En los 90 se hicieron varias reformas que lo que buscaban, de alguna manera, era limitar la participación del Estado y las decisiones del Estado. Eso lo vemos también en reformas que tienen que ver con el suelo, como puede ser la reforma agraria del 92, y otras reformas en materia urbanística que se dieron en los 90.
También el hecho de que a partir de los 90 el mercado inmobiliario en México empieza a crecer de manera significativa, se empieza a convertir en un mercado de mucho peso y de mucho interés. Esto hace también que los intereses políticos inmobiliarios se vayan amalgamando, de tal manera que muchas veces entre unos actores y otros no hay realmente una línea de divisoria. Esto entre otros muchos factores.
En toda América Latina se creía que la forma de salir de la pobreza era simplemente dejando que la gestión urbana pase al vaivén del mercado... y pues eso nos pasó facturas.
Además se demostró en varios puntos que esta era una tesis fallida. Muchos de los problemas que tenemos en ciudades latinoamericanas, incluidas las mexicanas tienen que ver con eso, además de otras malas decisiones: corrupción y algunos paradigmas también muy añejos como puede ser el los parámetros que tenemos de zonificación secundaria y otras cosas que se hicieron muy obsoletas, pero nunca se cambiaron en el en el país.
El Estado dejó de ser un actor que planifica la ciudad, que toma decisiones sobre lo público y empezó a hacer nada más un facilitador del sector privado, de tal manera que la gestión de las ciudades empezó a guiar por la necesidad del mercado y por las tendencias del mercado.
Se habla mucho de la vivienda digna, pero terminamos con fraccionamientos a las orillas de la ciudad, donde los habitantes no se conectan con el resto de la urbe, no hay acceso a transporte público, tampoco plazas adecuadas para recreación, así que ¿qué podemos entender por vivienda digna?
Bueno, realmente ya no hablamos de vivienda digna, a pesar de que la Constitución sigue diciendo “vivienda digna”, sino vivienda adecuada. Y tiene que ser una vivienda que se adecue a las necesidades y condiciones de las personas, porque no tenemos la misma forma de habitar, no tendemos las mismas necesidades habitacionales, no tenemos el mismo contexto en el cual buscamos la vivienda, no tenemos el mismo perfil socioeconómico.
Entonces la vivienda adecuada justamente lo que busca es esa perspectiva de la vivienda como algo dinámico, algo que va, va a ser diversa y por lo tanto requiere también alternativas diversas, es decir opciones para las distintas personas tanto si están en una zona rural, como urbana si son jóvenes o personas adultas mayores, si son personas con un cierto poder adquisitivo u otro entre otras
En toda América Latina se creía que la forma de salir de la pobreza era simplemente dejando que la gestión urbana pase al vaivén del mercado... y pues eso nos pasó facturas.
¿Qué fue lo que pasó para que ocurriera esta crisis?
El problema que pasó con todos estos desarrollos es justamente eso, que se dejó el desarrollo de la vivienda a una lógica de mercado, lo vemos tanto en el sector privado como en el sector público. En el sector público lo vimos con los desarrollo INFONAVIT de los años 2000. Todavía se hace similares en muchos estados del país, ya no con el INFONAVIT, porque hace tiempo que no construye, pero sí a través de institutos locales de vivienda, y lo que se hace es que a través de desarrolladores, se buscó que a participar en la construcción de estas viviendas.
Entonces lo que ocurre en los 2000 es que estos desarrolladores, para abaratar costos, buscaron terrenos alejados, minimizar el tamaño de las viviendas, muchas veces también utilizaron materiales de mala calidad, entre otros aspectos.
Esto generó, que hoy tengamos 600 mil viviendas abandonadas.
Eso generó una afectación urbanística muy importante en estados como Nuevo León, Jalisco y otros donde hay muchas de estas viviendas abandonadas.
No es un esquema superado hoy día porque muchos fraccionamientos privados que se hacen hoy en la actualidad siguen replicando esta lógica y por eso vemos fraccionamientos que están muy alejados, en zonas donde no hay un transporte público idóneo, muchas veces precarizados o muchas veces con tamaños muy reducidos.
Además siguen apuntando a una cantidad de ganancia, que sigue superando a la media de la población y además de que hay que añadir a esto el factor de que está desapareciendo la vivienda económica.