‘El gran error del Poder Judicial fue quedarse en sus oficinas’: Dora Alicia Martínez Valero, la saltillense que aspira a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)

¿Quién es Dora Alicia Martínez Valero, la saltillense que compite por un lugar en la Suprema Corte de Justicia de México?

8 febrero 2025
‘El gran error del Poder Judicial fue quedarse en sus oficinas’: Dora Alicia Martínez Valero, la saltillense que aspira a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)

La reciente reforma al Poder Judicial abrió puertas para perfiles como el de Dora Alicia Martínez Valero, jurista saltillense que luego de pasar por procesos de selección e insaculación, estará en la boleta para elegir ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Habla fluidamente cuatro idiomas, entiende otros tres y quiere aprender más. El que más le preocupa traducir es el “abogañol”, pues considera que la justicia, desde los términos que utiliza, se ha alejado de la ciudadanía.

Estudió en la Universidad Autónoma de Coahuila y fue la materia de Derecho Agrario la que le convenció de que el derecho y la política eran vías para mejorar su comunidad.

En sus palabras, para mucha gente podría parecer hasta un poco necia. Se define a sí misma como una mujer trabajadora y espiritual, mas no religiosa.

La experta en Derecho Constitucional y en Derechos Humanos charló con VANGUARDIA sobre las carencias y oportunidades de la elección judicial, las carencias del Poder Judicial (PJ) y la gran asignatura que es la demanda de justicia en México.

¿Cómo se define a sí misma?
Como una persona bien trabajadora, que se sigue preparando y estudiando. Para mucha gente podría ser hasta un poco necia, no me gusta dejar las cosas como a la mitad. Si decido hacer algo, ahí voy, ahí voy, ahí voy, ahí voy, hasta que lo logro.
Entonces soy una persona muy espiritual, eso no significa religiosa, pero hay una parte de nosotros que tiene que ver con lo espiritual, que nos hace siempre crecer y también ser mejores personas. Mi mamá dice que soy católica-budista, todo junto.
Entendemos que tiene afinidad por los idiomas, ¿cuántos domina y cómo surgió ese interés?
Sí, me gustan mucho los idiomas. Hablo fluido y bien cuatro, los otros han venido un poco añadidura.
Cuando uno aprende idiomas, cómo se desarrolla el oído, entonces encuentras una palabra que es de otra idioma y entonces empieza como ver que esto es parecido a esto otro y entonces vienen y vienen. Hablo un poquito italiano, entiendo bien alemán, no hablo mucho alemán, pero sí entiendo. Y bueno, también un poquito de portugués.
Sí quiero aprender más cosas y estoy como en un ánimo de aprender los idiomas no son tan comunes porque los habla mucha gente, como chino mandarín o árabe. Pero ahora tengo como esa intención, no los típicos idiomas occidentales, sino más bien los orientales.
Me gustaría, y es una de mis metas, me encantaría aprender coreano. Hablo al 100 por ciento español, inglés, francés y neerlandés.
(Soy) una persona bien trabajadora, que se sigue preparando y estudiando. Para mucha gente podría ser hasta un poco necia.
Más allá de estudiar la licenciatura en derecho, ¿cómo comenzó a involucrarse en temas jurídicos?
Yo tuve la oportunidad de vivir fuera de México y en ese momento no tenía claro qué iba a estudiar. Me fui terminando la preparatoria un año, que fue donde aprendí neerlandés y francés y cuando regresé, nunca pasó por mi cabeza estudiar derecho. Yo pensé que quería estudiar filosofía o relaciones internacionales, otras cosas. Pero cuando regresé a México sentí como la necesidad de quererme quedar en casa.
Las otras carreras me hacían irme de Saltillo, porque Comercio Exterior no había en Saltillo, Relaciones Internacionales no había en Saltillo. Entonces dije, bueno, voy a estudiar derecho y luego lo complemento con otra parte. Aunque fui muy buena estudiante desde siempre, desde el principio yo sentía como que la carrera no me gustaba, me iba muy bien en la escuela, pero algo me faltaba. Y en tercer año fue cuando yo como que me vino una iluminación porque me encantó la materia de Derecho Agrario, sentía que era cuando podías realmente hacer un cambio.
No he hecho en mi vida profesional muchas cosas de Derecho Agrario, sin embargo, hubo un tiempo que trabajé en la Secretaría de Reforma Agraria y no sabes qué bonito era poder abrir las puertas a gente que conociera cosas de su ejido, de su comunidad, de resolver los problemas sociales. Ahí yo me enamoré del derecho.
Tras ese contexto, ¿qué noción tiene de justicia?
Una muy distintiva, no le puedes exigir lo mismo a todas las personas si no hay las mismas condiciones para todas las personas.
Entonces, tú no le puedes pedir a un grupo vulnerable, o a una persona con discapacidad, o a los indígenas, las mismas cosas que a quienes tenemos mayores oportunidades, porque tú tienes que buscar que sea igual, y creo que eso es una deuda que tenemos con los grupos vulnerables, justicia.
Ahora que estoy en esto, la verdad creo que el gran error del Poder Judicial es haberse quedado en la comodidad de sus oficinas y no salir a explicar, a ser parte de enseñar y permitir que sea mucho más accesible la justicia, no una justicia lejana, sino una justicia cercana.
No le puedes exigir lo mismo a todas las personas si no hay las mismas condiciones para todas las persona
¿Qué le motivó a entrar en la candidatura a la SCJN y cómo fue el proceso de selección?
Yo hace un año intenté ser magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral. Digamos que este “gusanito” ya lo traía. Yo trabajé mucho tiempo en el Legislativo, incluso tuve un cargo de elección popular, yo trabajé mucho tiempo en el Ejecutivo, trabajé en iniciativa privada y sentía que la parte que me faltaba era el Poder Judicial, sentía que yo todavía tenía que poner mis habilidades y mis capacidades al servicio de la justicia y del Poder Judicial.
Hace un año me inscribí para ser magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral. Mi especialidad, digamos, siempre ha sido constitucional, derechos humanos, electoral y libertad de expresión. Mi carrera profesional me ha llevado a esos lugares. Entonces en el 2023 hice todo el proceso para ser magistrada de la Sala Superior.
Era un proceso distinto, no es como el que ahora hay, pero era un proceso también de muchos filtros, que pasa primero por la Suprema Corte y luego al Senado. Aunque yo me quedé en las finalistas, el Senado no aprobó ninguna terna. Y después vino la reforma. Entonces cuando viene la reforma, se ordena todo. Entonces no es que se me ocurrió ayer, es que yo ya tenía desde el 2023 teniendo la intención de ser magistrada.
Ha sido un proceso bien enriquecedor para mí. Tengo que decir que en un principio con ciertas dudas, porque no todo estaba claro. Si los ciudadanos tienen dudas, lo entiendo perfecto, porque al principio yo también tenía dudas. Dije ‘tengo que apostar, si esto es lo que realmente quiero, tengo que apostar y tengo que hacer las cosas’. Y la verdad es que me llevé una grata sorpresa y fue muy enriquecedor para mí.
Yo salí insaculada en dos de los poderes y en esos dos resulté idónea. Para mí sí fue un reto, pero al mismo tiempo una gran experiencia. Estoy en la boleta gracias al esfuerzo, ya que me preparé y también a la suerte, porque a fin de cuentas salimos en una tómbola.
El Poder Judicial era un poder cerrado, completamente cerrado. Si tú no eras parte del Poder Judicial, prácticamente era imposible participar, salvo que fueras magistrado de regional o magistrado de ministro, no había otro. Los concursos eran para la gente, a los secretarios de estudio, a los que trabajaban en la Corte. Ahora una cosa un poco mezclada, porque los comités aprobaron una preselección de gente que puede estar en la boleta porque cumple los requisitos constitucionales ellos y por otro lado la participación ciudadana.
Es importante decir que en otros poderes tú votas normalmente en una boleta por un candidato. En este caso, en el caso de ministras y ministros, vas a votar por nueve candidatos.
La gente sabe votar, lo han hecho mucho tiempo de su vida, al menos desde hace más de 30 años que el INE-IFE funciona, pero hay que decirles y hay que enseñarles cómo votar en esta elección, porque no vas a votar por una persona, vas a votar por nueve, en el caso de ministros, por ejemplo.
La elección judicial sigue llena de críticas, ¿cómo responde estas críticas del voto popular ahora en el Poder Judicial?
Yo puedo estar o no de acuerdo con la reforma, yo puedo pensar que había cosas del Poder judicial que funcionaban y funcionaban bien y creo que en este nuevo Poder Judicial tenemos que retomar lo que sí funcionaba y funcionaba bien.
Pero sí creo también que era un Poder Judicial un poco desconocido y cerrado. Y claro que por supuesto, puede haber o puede intentarse que haya influencia indebida e intereses, pero de todos modos había intereses en este Poder judicial, porque los intereses llegan cuando llegan los asuntos, no antes.
Entonces, ahí lo que debemos reforzar, y me parece que es lo más importante, son dos cosas por un lado, la independencia judicial, esa no se debe de perder de vista. No importa cómo llegues, el chiste es que llegando ahí mantengas tu independencia judicial y que tu regla y tu base sea siempre la Constitución y el derecho y los derechos humanos y la progresividad de los derechos.
Eso por un lado. Y segundo, el que no podemos perder de vista que la decisión va a ser de la ciudadanía y lo que la ciudadanía nos está exigiendo es cercanía, un Poder Judicial cercano, no un Poder Judicial lejano y desconocido.
Entonces yo sí creo que la independencia es personalísima, es un ejercicio personalísimo y que esa independencia debe mantenerse y que esa independencia no importa si llegaste por la elección de los ciudadanos, justo los ciudadanos lo que quieren es jueces independientes, porque probablemente en un juicio en el futuro vas a tener a dos ciudadanos que ambos votaron por ti.
No importa cómo llegues, el chiste es que llegando ahí mantengas tu independencia judicial y que tu regla y tu base sea siempre la Constitución y el derecho y los derechos humanos y la progresividad de los derechos.
¿La reforma cumplirá la demanda de tener un Poder Judicial cercano?, ¿cómo?
Si las personas llegan de verdad tienen una intención de acercar a la justicia, que eso es el discurso que se ha dado desde los otros dos poderes, yo creo que sí. Por la etapa que es previa a la campaña, ahorita no puedo hacer respuestas concretas por esta situación, pero yo sí tengo propuestas concretas, claras de cómo acercar a la justicia.
Sí creo que tiene que haber una justicia en movimiento y la justicia en movimiento significa no quedarnos solamente en nuestra oficina súper cómodos, porque los problemas de justicia social no están en una oficina, están en las calles, están con los desplazados, están con los indígenas, están con las mujeres violentadas, están con toda esta parte del miedo a denunciar.
La primera etapa de justicia son los ministerios públicos, la primera ventanilla son las fiscalías y esas también deberíamos estar pensando cómo cambiarlas para que esa accesibilidad que pueda tener el Poder Judicial baje y permee hasta las fiscalías.
Yo tengo una mamá que es súper activista, fue líder sindical en Saltillo muchos años. Mi mamá defiende los derechos de los jubilados. Hubo una serie de reformas en el Congreso de Coahuila, que les limitaron derechos y presentaron una serie de acciones de inconstitucionalidad. ¿A dónde crees que tenían que venir a presentar esas acciones de inconstitucionalidad y esos juicios de amparo? A la Suprema Corte.
Entonces, para un grupo de jubilados que están defendiendo sus derechos de jubilados, pues imagínate, si de por sí sus recursos son escasos y tener que trasladarse a México, tener que venir y pelear acá. ¿Por qué no al revés? Quien tiene los recursos públicos es la Corte, quien tiene los recursos económicos es el Poder Judicial. ¿Por qué en lugar de que el jubilado, en este caso el ciudadano, venga a la Ciudad de México, por qué no la Corte va a Coahuila a atender ese problema?
Este tipo de cosas se podrían hacer y no es un invento mío. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es la corte más importante en materia de derechos humanos en América, hace algo que se llama audiencias públicas y va a los Estados parte México y escucha a las víctimas y va y luego toma una decisión.
La Corte está en Costa Rica, pero los magistrados de la Corte de Costa Rica no se quedan solo en Costa Rica. Vienen a México y van a Perú, y van a Chile y van a Argentina y van yendo a escuchar los casos de justicia. ¿Por qué la Corte mexicana no podría hacer una cosa similar? Hay un reto enorme porque es un nuevo Poder Judicial.
Hace muchos años, cuando yo tuve primeros acercamientos con resoluciones internacionales donde obligaban al estado mexicano a hacer determinadas cosas, un caso concreto fue el de Valentina Rosendo, es un caso de violaciones graves a derechos humanos que resolvió la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra de México, porque esta niña fue abusada por militares en su comunidad.
Esa sentencia, por ejemplo, ordenó a la Suprema Corte primero traducir la sentencia en su idioma, y la segunda, modificar el código de justicia militar en su artículo 54 para que cuando hubiera una situación entre militares y particulares se llevara en los juzgados civiles, ¿por qué tendría que habernos dicho eso la Corte Interamericana?, ¿a poco no se nos podía ocurrir a nosotros?
Tiene que haber una justicia en movimiento y la justicia en movimiento significa no quedarnos solamente en nuestra oficina súper cómodos, porque los problemas de justicia social no están en una oficina, están en las calles, están con los desplazados
¿Cuál cree usted que debe ser el motor o la motivación para cualquier persona que aspira a ser ministro o ministra de la Suprema Corte?
El motor tiene que ser dos cosas. Primero, el verdaderamente querer hacer justicia, o sea, fomentar una cosa de justicia. Necesitamos que la base de todas las personas y el motor de todas las personas que estamos compitiendo sea una base verdadera de justicia, una justicia sustantiva. ¿Qué quiero decir con esto de justicia sustantiva?
Que pueda ser para todos, con las calidades y cualidades que cada quien tenga. Si este país sigue teniendo desigualdades, necesitamos que esas desigualdades también se reflejen para combatir la injusticia. Otro motor tiene que ser el que estén dispuestos a modificar un Poder Judicial, pero también retomar lo que estaba bien hecho, porque no todo era malo, el Poder Judicial.
¿Qué la convierte a usted en un perfil más deseable que los demás que nos van a aparecer ahí en la boleta para ser ministro o ministra?
Yo me he preparado toda mi vida, he sido alguien estudiosa y alguien que considera que el derecho se transforma todos los días.
El derecho todos los días cambia, porque las condiciones de vida de las personas todos los días cambian y lo que permite tener paz social es el derecho.
Yo me he preparado toda mi vida para esto. Segundo, porque yo tengo experiencia en otros ámbitos y en otros poderes y en otros que permiten enriquecer a este Poder Judicial, a este nuevo Poder Judicial, porque si bien yo no pertenezco o he pertenecido al Poder Judicial, el haber hecho otro tipo de trabajos me permiten tener una visión quizá un poco más integradora de lo que debe ser y retomar experiencias positivas de otros poderes que puedan servir en el Poder Judicial. Y tercero, porque yo soy una persona independiente.
Cuando uno quiere tener libertad intelectual, tiene que tener independencia económica. Y yo tengo la fortuna de ser una persona independiente porque tengo mi trabajo me hace subsistir todos los días de mi vida. Yo puedo pensar libremente porque soy libre de cualquier compromiso, de cualquier atadura con alguien. Creo que eso también es algo que en mi caso me ayuda muchísimo.
Si bien al llegar ahí puede haber muchísimas cosas qué hacer, yo tengo la intención de hacerlas con el corazón, con la voluntad en pro de la justicia y en pro de verdad de ir todos los días acabando con las injusticias.

Semblanza de Dora Alicia Martínez Valero

Dora Alicia Martínez Valero es Licenciada en Derecho por la UAdeC; Maestra por la Universidad de Castilla-La Mancha, España y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; y tiene estudios de Maestría en Derecho por la UNAM. Es especialista en Derecho Constitucional, Electoral, Violencia Política de Género, Telecomunicaciones, Libertad de Expresión, Derechos Humanos y Comunicación Política. Dirige la consultoría Liderazgos en Acción y es catedrática de la Escuela Judicial del Tribunal Electoral. Ejerció el cargo de Diputada Federal en la LX Legislatura (2006-2009). Es Coautora de los libros “El Camino para la Reforma Constitucional de Derechos Humanos” de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el “Impacto de las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos” del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y “Democracia y medios de comunicación. Fundamento jurídicos y visión desde las autoridades electorales y los medios de comunicación” para el Tribunal Electoral de la Ciudad de México. También ha escrito múltiples artículos en materia Electoral para la revista de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la Procuraduría General de la República y para diversos medios impresos.

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