Tunas, carne asada, sopes, gorditas de harina, pan de pulque y dulces típicos de Coahuila serán parte del banquete que aguardará la noche del 11 de diciembre en el Vaticano, en espera de cardenales y del Papa Francisco.
Para saber cómo la iglesia católica abrió sus puertas a una familia saltillense para que sirviera la cena a la cúpula de esta iglesia, hay que retroceder a inicios del segundo semestre de este año, 2024.
“Te tengo una gran noticia”, dijo Blas Flores, Jefe de Gabinete en Coahuila, a Fabio Gentiloni
Lo segundo que recuerda Fabio es que él y sus tres hermanos Blas, Lito y Pedro estaban en una videollamada por zoom.
“Salió una oportunidad de ir a servir al Vaticano”, les dijo Blas.
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La respuesta fue casi automática: sí. A esto le siguieron meses de preparación, de logística y de mucho trabajo.
A siete días de realizarse la cena VANGUARDIA platicó con Fabio, quien apenas dimensiona el impacto que tendrá.
“Ayer platicamos con mi mamá y nos dábamos cuenta de que más que el prestigio es una gran experiencia”.
Aunque Fabio, es joven, su sueño es que sus hijos los recuerden como empresarios que le apostaron a Saltillo.
Con este viaje, con esta cena, los Gentiloni Arizpe dejan su huella en la historia, siendo los segundos coahuilenses en participar en una cena para el Papa Francisco en el Vaticano.
¿Qué significa para ustedes está invitación?
Es una oportunidad bastante importante, tanto para la reputación de la empresa, como para la familia.
Hacerlo en la ciudad de donde es toda mi familia italiana, en Roma, es más emocionante.
Hace unos días platicamos mis hermanos y yo con mi mamá. Decíamos que más allá de ir a servir es a dónde nos toca ir a servir. Qué pensaría mi abuelo Emilio, mi papá, que es romano, y mi abuelo paterno, quien era súper católico.
Todo se conjuga al final, y toda la familia está feliz. Es lo que nos hace sentirnos todavía más orgullosos y mucho más agradecidos con la vida, con Dios, con todos por estar en este momento en el que vamos a estar allá en Italia.
Ayer nos dimos cuenta. No lo habíamos dimensionado, porque estuvimos trabajando, mandando contenedores, haciendo la logística y no nos habíamos puesto a pensar la importancia tan grande que tiene y es que más allá de lo que vamos a ir a servir, pues el Vaticano. Es uno de los lugares más importantes del mundo, no nada más de Italia, sino del mundo.
Es muy es mágico para nosotros.
¿Su familia, en Italia, cómo recibe la noticia?
Ayer todavía una tía que es súper católica, que le encanta ir al Vaticano, no podía con la emoción, decía “cómo mi sobrinos mexicanos, van a venir a servir al Vaticano, o sea, ni siquiera conozco a alguien que haya ido a servir al Vaticano, que haya entrado a los espacios que van a entrar”.
¿Alguna vez lo habían imaginado?
Jamás. Sí el abrir una taquería en Italia, pero no nos imaginamos que íbamos a recorrer este lugar. Es un gran privilegio.
¿Cuáles han sido los retos a superar?
Primero fue definir el menú. La gran pregunta fue “¿qué le podemos dar de comer al Papa?”. Ahí Pedro, mi hermano que es el chef, Adriana Talamás y Juan Carlos Rosales, empezaron a hacer una deshidratación de los ingredientes, porque por lógica allá no se consiguen chiles como acá. O los cabuches. O la tuna. O el cordero. Son muchos ingredientes los que estamos llevando no se consiguen allá.
El orégano de Parras también lo mandamos. Allá si hay orégano, pero no tiene nada que ver con el de Parras, entonces ya mandamos bolsas contenedores. Fue toda una logística super interesante.
¿Cuál es el menú? ¿Cómo se refleja Coahuila en esta comida?
Lo que sí nos pidió el gobierno fue que sean cosas de Coahuila. Entonces tuvimos que hacer esa mezcla. Por ejemplo, el primer platillo es un ceviche de pescado. Lógicamente no hay aquí, pero con el toque Coahuila, que es la tuna del desierto, es una mezcla de sabores.
También están los dulces de Ramos Arizpe y Arteaga. Llevaremos sotol y los vinos de Coahuila también estarán. En el pan de pulque estará presente Saltillo.
Por último, sé que son jóvenes, ¿Cómo les gustaría ser recordados?
Yo creo que como empresarios que le apostaron a Saltillo, como empresarios que a pesar de que nos decían que no lo hiciéramos, que este proyecto nos lo lleváramos de Saltillo, nunca lo dudamos. Los cuatro hermanos. Porque somos de Saltillo, y si mi abuelo y nuestra familia, nuestros antepasados están en Saltillo, por qué no apostarle.
Hay que creérselo de dónde vienes, para ver hacia dónde vas y ser recordados. Dejar una trascendencia para que nuestros hijos cuando se levanten digan “mira mi papá hizo esto”.
Me gustaría que nos recordarán como empresarios responsables. Con responsable me refiero a toda la parte de responsabilidad, tanto social, como del medio ambiente.
Es muy bonito traer un sueño y después verlo materializado, claro que nos ha costado sangre tenerlo aquí, pero estamos muy contentos y seguimos chambeando, seguimos haciendo cosas grandes con este proyecto.
Nos queda claro que podemos seguirle apostando a Saltillo y apostando acá a Coahuila, y a ver qué nos depara el destino.
Es en 1980 que Beatriz Arizpe y Emanuele Gentiloni, inician una relación sentimental, tras conocerse en Perugia, Italia.
Al casarse viven en Saltillo. En 1981 inician con Jugos la Huerta, un lugar dedicado a la venta de jugo y yogurt natural.
Con el tiempo, en 1991 abren el restaurante La Terraza Romana. Especializado en comida italiana.
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página oficial de Il Mercato. COAHUILA PRESENTE EN EL VATICANO Los
primeros coahuilenses en servir para el Papa Francisco fueron el
chef Juan Ramón Cárdenas y su esposa Beatriz Garza, quienes en el 2018 se unieron a los chefs, Ángel García y Bianca Castro –provenientes de Tamaulipas–, para servir en el año 2018, la tradicional cena para los festejos de la Virgen de Guadalupe en Roma.
En aquella ocasión,
Vanguardia también tuvo acceso a los deliciosos platillos confirmando que el menú estuvo compuesto de: tacos de harina con cabrito, burrito con machacado con huevo, tostada de salpicón y cabrito, además de tamal de cerdo en hoja de plátano, jaiba rellena y empanada tulteca, entre otros.
