Luis Adrián Joo Quintanilla, un joven de 25 años originario de Monterrey y residente en Saltillo desde hace cinco, ha demostrado que el esfuerzo y la dedicación logran grandes cosas.
Estudiante de medicina y médico interno de pregrado en el Hospital Universitario de Saltillo, Luis Adrián ha logrado equilibrar una carrera demandante con su pasión por el karate, logrando hazañas excepcionales en ambos campos.
En 2023, se posicionó en el tercer lugar a nivel mundial en la categoría de Kata Male Team Senior durante “The 10th Shito Ryu International Championships”, celebrado en Yakarta, Indonesia.
Este no es su único logro internacional. El pasado 13 de julio de 2023, Luis Adrián alcanzó uno de sus sueños más grandes al obtener la medalla de oro en el campeonato individual de karate en Dundee, Escocia.
Su éxito lo llevó a representar a México y colocar su nombre entre los mejores del mundo, llenándolo de una emoción indescriptible que aún hoy, meses después, le resulta difícil de explicar.
Su historia nos hace preguntarnos cómo lo hace y qué lo mueve, pues la medicina es conocida por ser una carrera agotadora, tanto mental como físicamente, mientras que ser campeón mundial de karate requiere una disciplina férrea y entrenamiento constante.
Sin embargo, Luis Adrián ha encontrado la forma de destacar en ambas áreas, inspirando a muchos con su ejemplo de perseverancia, equilibrio y determinación. En esta charla con A La Vanguardia habla de eso.
Te acaban de entregar el premio estatal por mérito deportivo. ¿Qué significa esto para ti?
Este premio tiene un gran valor para mí porque es algo que comencé a perseguir desde muy pequeño, desde los 7 años.
He tenido muchas metas en la vida, y para alcanzarlas he hecho muchos sacrificios y esfuerzos. He tratado de mantener un equilibrio entre mis estudios de medicina y mi carrera deportiva.
Que se me reconozca todo lo que he logrado es algo muy bonito. Es como ver que el esfuerzo ha valido la pena y que la gente puede ver todo lo que he conseguido.
Cuéntanos cómo es este proceso. ¿Te llaman, te nominan, o tú te registraste?
La convocatoria se abrió a través de las redes sociales del Instituto de la Juventud alrededor de junio, si no me equivoco. Tenías que enviar tu currículum y mostrar por qué creías que merecías ganar el premio.
Creo que lo que más llamó la atención fue que además de ser estudiante de medicina, estoy a punto de graduarme, y he logrado mantener un buen desempeño académico, incluso siendo el primer lugar de mi generación.
A la vez, he logrado triunfar en competencias mundiales de karate, y pienso que eso fue lo que me hizo ganar el premio.
Este premio tiene un gran valor para mí porque es algo que comencé a perseguir desde muy pequeño, desde los 7 años.
Tienes una medalla mundial en karate, aspiras a ser el mejor doctor de tu generación y ahora recibes este reconocimiento. ¿Por qué buscas ser el mejor en todo lo que haces?
Mi principal motivación siempre han sido mis papás. Ellos me han inculcado ser, ante todo, una buena persona para la sociedad. Por eso, he ganado el cariño de la gente. Siempre trato de demostrar que estoy esforzándome, ya sea en ser el primer lugar en medicina o en ser campeón mundial de karate.
Para mí, se trata de mostrar que puedes ser excelente en cualquier ámbito, pero sin perder los valores que te hacen una buena persona.
Te preguntan mucho sobre lo que te motiva. Dinos, ¿qué te mueve?
Creo que lo que más me inspira es el impacto que puedo tener en los niños. Me encanta estar con ellos, darles clases de karate, y también me gusta poder consultarlos como médico. Es muy gratificante reflejar una imagen positiva y ser un modelo a seguir para los pequeños.
¿El éxito y la derrota están relacionados?
Definitivamente. Para mí, el éxito se construye a partir de los errores. Es importante no quedarte solo con los logros, sino siempre analizar en qué te equivocaste y cómo puedes mejorar.
Ganar es excelente, pero siempre debes ver qué hiciste mal y cómo puedes esforzarte más la próxima vez, ya sea en una competencia, en un examen o en cualquier reto que se presente en la vida.
Para mí, se trata de mostrar que puedes ser excelente en cualquier ámbito, pero sin perder los valores que te hacen una buena persona.
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste derrotado?
Tengo dos momentos que me marcaron. El primero fue en mi primer mundial en 2021, en Rumanía. Fue mi primer contacto con el nivel internacional y me fue muy mal. Pasé dos años analizando mis errores y mejorando hasta que, en mi tercer mundial, logré convertirme en campeón del mundo.
El otro momento difícil fue perder seres queridos. Eso me afectó profundamente, pero también me impulsó a salir adelante y a dedicarles mis logros.
Se habla mucho de llevar una vida en equilibrio. ¿Te identificas con esa idea o prefieres otro enfoque?
Más que equilibrio, creo que todo se trata de organización. Debes saber cómo manejar tu agenda y administrarte bien para poder dedicar tiempo a todo: estudiar, entrenar y relajarte. No se trata de estar bien en todo al mismo tiempo, sino de organizar tus días para cumplir con todo lo que te propones.
Mi principal motivación siempre han sido mis papás. Ellos me han inculcado ser, ante todo, una buena persona para la sociedad.
¿Cuál es el aprendizaje más importante que el karate te ha dado y cómo influye en tus estudios de medicina?
El karate es un estilo de vida que te enseña respeto y lealtad, tanto hacia ti mismo como hacia los demás. Esto lo he aplicado en medicina, especialmente en el respeto que tengo hacia mis profesores y doctores en el hospital.
Por ejemplo, siempre me levanto para cederles el asiento, saludo con respeto, y cuando me regañan o no sé algo, no discuto; simplemente acepto mis errores y busco mejorar. Este respeto hacia la jerarquía es algo que aprendí en el karate y que aplico diariamente en mi vida como estudiante de medicina.
La medicina y el karate trabajan mucho con el cuerpo. ¿Cómo es tu relación con él?
Dado que estamos en Saltillo, aprovecho la altura para fortalecer mi cuerpo. Evito los elevadores, subo escaleras, camino más y trato de mantener una buena alimentación. Además, en el hospital, suelo cargar pacientes cuando es necesario, ya sea para moverlos de cama o para llevarlos a estudios.
Pero también entreno mi mente, no solo físicamente. Veo videos de medicina y karate, leo mucho, porque para mejorar en ambas disciplinas es esencial mantener la mente ágil y abierta.
El éxito se construye a partir de los errores. Es importante no quedarte solo con los logros, sino siempre analizar en qué te equivocaste y cómo puedes mejorar.
Has viajado a varios países. ¿Te interesa seguir preparándote en otra parte del mundo?
Sí, me gustaría prepararme en el extranjero, combinando la medicina y el karate. Me encantaría conocer Japón, porque su estilo de entrenamiento de karate es muy riguroso y sus hospitales son de primer nivel. Además, el próximo mundial de karate será en Japón en 2026, y me encantaría competir allí. Dios quiera que pueda lograrlo.
Leí que querías abrir tu propio dojo. ¿Cómo va ese proyecto?
Va muy bien. Espero abrir el dojo en uno o dos años con la maestra con la que comencé a entrenar. Ella me quiere dejar el dojo como herencia, así que me dedicaré a enseñar karate y a formar niños con valores y principios sólidos.
¿Qué valores esperas transmitir a tus futuros estudiantes?
Principalmente, quiero enseñarles a ser buenas personas. Que siempre sean agradecidos con quienes los rodean, porque nunca sabes cuándo vas a necesitar la ayuda de alguien. Quiero que sean respetuosos y que tengan buenos estudios para que en el futuro puedan tener una buena vida y ser también formadores de familia.
Pasé dos años analizando mis errores y mejorando hasta que, en mi tercer mundial, logré convertirme en campeón del mundo.
¿Te consideras un maestro?
Todavía no. Siento que me falta mucho por aprender. A los pocos alumnos que he tenido les he transmitido buenos valores, pero sé que necesito conocer más culturas y trabajar más en entender a cada niño.
Quiero poder analizar sus comportamientos y hacer que se sientan seguros en el dojo, que se despejen de cualquier problema que tengan afuera.
¿Quién ha sido tu mejor maestro o maestra en la vida? No tiene que estar relacionado con el karate o la medicina.
Ella siempre ha estado conmigo en todo momento. Mi papá también, aunque por su trabajo no está siempre presente. Mi mamá ha sido quien me ha apoyado en cada viaje, incluso cuando no teníamos dinero, salíamos a las calles para juntar lo necesario. El amor de una madre es algo sumamente importante, y le debo mucho de lo que he logrado.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que desean combinar sus pasiones con su carrera profesional?
Les diría que, aunque es difícil, vale la pena. La vida te pondrá muchos obstáculos, pero superarlos es lo que le da significado. Te vas a caer muchas veces, pero también te vas a levantar. No te rindas, porque al final, los frutos de tu esfuerzo llegarán.
En cuanto a la medicina, ¿tienes alguna especialidad en mente?
Sí, este mes presentaré el examen para la especialidad en traumatología. Me he estado preparando por más de un año y espero poder entrar a la residencia. Estoy muy emocionado y confío en que todo saldrá bien.
Me encantaría conocer Japón, porque su estilo de entrenamiento de karate es muy riguroso y sus hospitales son de primer nivel.
Si volvemos a platicar en 10 años, ¿qué sueños crees que ya habrás cumplido?
Espero haber ganado un torneo mundial importante, haber abierto mi propio dojo, y haber logrado el reconocimiento de la gente en mi campo. También quiero poder retribuir a mis papás todo el apoyo que me han dado, porque ahora me toca a mí cuidar de ellos.
Luis Adrián Joo Quitanilla
Practica karate desde los 7 años.
Estudia medicina en la Universidad del Valle de México
Aspira a graduarse con el mejor promedio de su generación
Ganó la medalla de oro individual en el mundial de Karate celebrado en Escocia en 2023.
Ganó el Premio Estatal de la Juventud de Coahuila en la categoría al mérito deportivo en 2024.