Alonso Lujambio y el pedestal portátil

Especial
/ 7 agosto 2011

    Miente Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal, secretario de Educación, cuando afirma que el PAN, en 10 años de gobierno, ha hecho más por el país que el PRI en los 70 años de su gestión. Y para poner en valor las cosas, vale decir que Alonso Lujambio es un redomado mentiroso cuando asegura que su partido ha civilizado a este país ya que, según él, los panistas "sacaron al PRI de la caverna".

    En primer lugar, Lujambio se equivoca al usar una expresión patrimonialista como esa de que "el PAN ha hecho más por México", ya que ninguna burocracia hace con recursos propios algo para México. Son todos los mexicanos, con sus impuestos y con la riqueza nacional, los que a diario construyen este país.

    En segundo lugar, no hay comparación entre los logros realizados por los mexicanos en el régimen revolucionario y el régimen panista. Y no lo dice el que esto escribe, lo dijo don Daniel Cosío Villegas cuando reconoció que la Revolución había alcanzado sus metas primordiales: la destrucción del régimen autoritario porfirista, la derrota de la oligarquía y la liquidación del latifundio, cuestiones que con el PAN están de vuelta y se han consolidado.
    Y Alonso Lujambio bien sabe que la infraestructura construida en los gobiernos priístas es inalcanzable: carreteras, presas, hospitales, escuelas, redes eléctricas, de telefonía, satélites, termoeléctricas, oleoductos, refinerías (Calderón no ha iniciado aún la de Tula, Hidalgo), aeropuertos, puertos de altura y, además de eso, la industria básica paraestatal que después fue rematada al sector privado.

    Y es que Lujambio, siguiendo la táctica de Calderón, quiere imponer entre los mexicanos la percepción de que la realidad que hoy padecemos en México es producto del devenir histórico, donde, por supuesto, los fracasos son culpa del pasado.

    Además de eso, debido a la cuestionada elección del 2006, los panistas regresaron a "la caverna", de donde dice don Alonso que sacaron al PRI y, por tal motivo, carecen de la autoridad moral que es la base del poder legítimo. El cinismo expresado en el "haiga sido como haiga sido" de Felipe Calderón quedará para la historia, así como la sangre derramada de los miles de muertos que ha originado su criminal ineptitud para gobernar.

    De igual forma, Lujambio sabe bien que las obras y eventos para conmemorar el Bicentenario, bajo su responsabilidad (como el monumento "Estela de luz") apestan a peculado. Vergüenza deberían tener dado que la celebración del Centenario de la Independencia en 1910, con Porfirio Díaz, fue muy superior en actos y obras a las pifias que presentó Calderón.

    Y no tienen vergüenza porque sabemos que en los panistas ya no aplica la fuerza de las ideas (según el "Informe Coindreau"), sino el interés por la nómina, los negocios y el poder. Y es tanta la carencia de ideas que hoy, el opaco Lujambio (y eso que presidió el IFAI), le apuesta a las telenovelas como "un instrumento poderoso para combatir el rezago educativo".

    Pero justo es mencionar que en algo sí superaron los panistas al porfirismo: en el tamaño de los monumentos que este gobierno ha levantado a sus prohombres. Basta comparar las estatuas del Paseo de la Reforma con los enormes monumentos erigidos a Manuel Clouthier y a Vicente Fox por toda la república. Los pobres liberales parecen pigmeos. Y eso no es todo, el colmo del acabose es que Felipe Calderón ya carga para todos lados con un pedestal portátil a donde, dicen, muy pronto se trepará ataviado con el uniforme militar.

    Columna: Reflexiones

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