Leyenda de San Julián el Hospitalario

Especial
/ 8 octubre 2011

    Es acertado decir que los horrores que a diario presenciamos superan por mucho cualquier ficción, por eso, hoy la obra de Erich Fromm es una lectura obligada cuando en este país lo siniestro se ha convertido en normalidad. Hablamos de "El Corazón del Hombre", libro de Fromm cuya primera edición apareció en 1964, obra en la que éste filosofo alemán habla de la decadencia del hombre, de su "alegría" por matar.
    Y es que resulta espeluznante ver cómo, en menos de 15 días, han aparecido 81 ejecutados en las calles de Veracruz. El humanista Fromm, que vivió en México, seguramente se hubiera horrorizado de lo que hoy sucede en este país, diría acertadamente que la "sed de sangre arcaica" de los mexicanos los ha convertido en animales; "verter sangre es sentirse vivir, ser fuerte, ser único, estar por encima de todos los demás".

    Es precisamente en "El Corazón del Hombre" donde Erich Fromm ilustra con un cuento de Flaubert la acción de matar como la regresión más profunda del hombre. Se trata de la Leyenda de San Julián el Hospitalario y describe a un niño que crece de manera normal hasta que un día descubre la emoción de matar. Empezó matando un ratón y más adelante, al estrangular un pájaro, "las contorciones de la pequeña ave le hicieron latir violentamente el corazón llenándolo de un placer salvaje".

    Matar animales se convirtió en obsesión para Julián, "ningún animal era demasiado fuerte ni demasiado veloz para escapar a ser muerto por él. El derramamiento de sangre llegó a ser la suprema afirmación de sí mismo, como un modo de trascender la vida. Durante años su única pasión y su único entusiasmo fueron matar animales. Regresaba de noche cubierto de sangre y lodo, y apestando a olor de bestias salvajes y entonces, se hizo como ellas".

    La leyenda dice que Julián escuchó una voz que le dijo que terminaría por matar a sus padres, cosa que finalmente sucede en una trágica equivocación. Julián llegó a la sima de la regresión y entonces sucedió el gran viraje al convertirse en un benefactor que consagró su vida a los pobres y enfermos; "Julián ascendió a los espacios azules, cara a cara con nuestro Señor Jesús que lo llevó al cielo", concluye Flaubert.

    Erich Fromm afirma que el hombre ignorante y ordinario con poderes extraordinarios es el principal peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico. Aunque por otro lado hay quien presume de tener ideales ignorando que los ideales han sido la causa de que muchos personajes hayan cometido aberraciones terribles. ¿Acaso no fue Eugenio Pacelli, papa Pío XII, el que bendijo la espada del dictador Francisco Franco?
    De igual forma es extraño que panistas como Felipe Calderón hagan ostentación de un militarismo extremo mientras que de manera constante citan a José Ortega y Gasset, que era un pensador contrario a las dictaduras y a la intromisión del ejército en la política española.

    Asimismo tampoco creemos que muchos de los que hoy asesinan gente en este país se vaya aconvertir, como San Julián, en santos que vayan al cielo y mucho menos existe la creencia de que los políticos, que en el 2006 se hacían llamar los "pacíficos", vayan a ascender a los espacios azules porque, como bien dijo Ortega y Gasset, el mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar.

    Columna: Reflexiones

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