Guerra contra las drogas en el mundo, “un desastre absoluto”, dicen Zedillo, Gaviria y Cardoso
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Los ex mandatarios latinoamericanos y miembros de la Comisión Global de Políticas de Drogas hicieron un llamado a que en la sesión especial de la ONU para revisar la política global en la materia, que se realizará en abril, los diplomáticos afronten “el evidente fracaso de la mayoría de las leyes de drogas existentes”.
CIUDAD DE MÉXICO.- Los ex presidentes de México, Ernesto Zedillo Ponce de León; de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; y de Colombia, César Augusto Gaviria, alertaron que la guerra contra las drogas en el mundo “es un desastre absoluto”. Exhortaron a que los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pongan fin a la criminalización y el encarcelamiento de los consumidores de algún tipo de estupefacientes.
En una columna firmada por los ex mandatarios y publicada ayer en el diario Los Angeles Times, advierten: “Las anticuadas políticas de drogas alrededor del mundo han dado lugar a la creciente violencia relacionada con las drogas, al sobrecargado sistema de justicia criminal, la corrupción galopante e instituciones democráticas mutiladas. Después de analizar la evidencia, consultar a expertos en políticas de drogas y examinar nuestros propios fracasos en el cargo, hemos llegado a la conclusión inevitable: La ‘guerra contra las drogas’ es un desastre absoluto”.
El presidente de la Comisión Global de Políticas de Drogas, Fernando Henrique Cardoso, y los comisionados Ernesto Zedillo y César Gaviria, recuerdan que llevan casi una década instando a los gobiernos y organismos internacionales a promover una enfoque más humano, informado y eficaz para hacer a las drogas ‘ilegales’.
Hubo una avance, dicen los ex presidentes latinoamericanos, cuando la ONU decidió convocar a una sesión especial de la Asamblea General para revisar la política global en materia de drogas, que se llevará a cabo el próximo 19 de abril, sin embargo, alertaron, que ése “histórico evento -el primero en su tipo en 18 años-, parece estar por naufragar incluso antes de que tocara tierra”.
Señalan que lo que se suponía debía ser un evento abierto, honesto y basado en el debate sobre las políticas de las drogas, se ha convertido en un asunto a puerta cerrada. Pues detallan que previo a la sesión de abril, la Comisión de Estupefacientes de Viena llevó a cabo una serie de reuniones con sus 53 países miembros.
“Esa Comisión es la responsable de realizar una declaración que será adoptada por los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU, y debe ser finalizada la próxima semana”.
Sin embargo, alertan los ex Presidentes, las negociaciones de esa Comisión “no han sido ni transparentes ni inclusivas”, pues se excluyeron las aportaciones de los principales organismos de la ONU que trabajan en materia de salud, de género, en derechos humanos y de desarrollo, además de que decenas de grupos civiles de todo el mundo quedaron excluidos de las reuniones.
“El proyecto de declaración representa un retroceso en lugar de un paso adelante”, previeron los líderes latinoamericanos, pues ésta no reconoce el “fracaso global del sistema de control de drogas para reducir la oferta y la demanda. En su lugar, se perpetúa la tipificación de productores y consumidores”. El proyecto propone sólo algunas soluciones prácticas para mejorar los derechos humanos y la salud pública.
“En resumen, se ofrece poca esperanza de progreso para los cientos de millones de personas que sufren bajo nuestro fallido régimen global de control de drogas”, escriben Zedillo, Cardoso y Gaviria.
Los ex presidentes hacen una serie de propuestas que la Asamblea General debería adoptar si es que la ONU quiere afrontar seriamente el problema de las drogas de una manera que “realmente promueva la salud y el bienestar de la humanidad”.
En primer lugar, exhortan a que los estados miembros terminen con la criminalización y el encarcelamiento de los consumidores de drogas, medida, que aseguran, es “un paso esencial para el fortalecimiento de la salud pública, la defensa de los derechos humanos y garantiza las libertades fundamentales”.
Como un segundo punto, proponen que todos los gobiernos deban abolir de inmediato las penas de muerto por los delitos relacionados a las drogas, práctica que calificaron como “medieval” y que debe ser erradicada “de una vez por todas”.
En tercer lugar, destacaron que los países miembros de la ONU deben dar facultades a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que revise el sistema de aprobación de drogas sobre una base científica, y no ideológica.
“Lo más importantes, los diplomáticos que asistan a la sesión especial sobre drogas el mes próximo deben afrontar el evidente fracaso de la mayoría de las leyes de drogas existentes”, destacaron los ex mandatarios.
Y sostuvieron que “la única manera de arrebatarle el control del tráfico de drogas al crimen organizado, de reducir la violencia y frenar la corrupción, es que los gobiernos controlen y regulen las drogas”.
En el artículo explican que lo anterior “no es tan radical como parece”, y hacen referencia a las innovadoras regulaciones que se han llevado a cabo alrededor del mundo. En América Latina, dicen, se están tomando medidas, aunque tímidas, para legalizar el consumo. Y destacan el caso de Uruguay, “que ha ido más lejos” y reguló el mercado de la cannabis desde su producción hasta su distribución y venta.
Finalmente, los ex mandatarios hacen énfasis en que aún hay tiempo antes de que se lleve a cabo la sesión especial de la ONU, y están a la espera de lo que ahí va a sucedes. Sin embargo, dicen, “si la reunión no está a la altura de su potencial, animamos a los jefes de estado y gobiernos para que pongan a prueba enfoques sobre drogas que se basan en la evidencia científica y las realidades locales”.
“Esa es la única manera de llegar a un sistema de control de drogas mundial eficaz que ponga la vida de las personas, la seguridad y la dignidad en primer lugar”, concluye el artículo de los líderes latinoamericanos en Los Angeles Times.