¿Muerte natural o envenenamiento? Dos décadas sin Yaser Arafat
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El fallecimiento del líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Arafat, a los 75 años se produjo hace veinte años en opacas circunstancias, según denunció la familia del líder palestino
El 12 de octubre de 2004, Arafat comenzó repentinamente a sufrir síntomas de un trastorno gastrointestinal y el día 29, tras una serie de complicaciones que agravaron su estado, fue trasladado en un helicóptero visiblemente desmejorado desde Ramala al hospital militar de Percy, a las afueras de París, y después de que el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, garantizara su regreso.
Allí, en ese hospital parisino, y tras varios días en coma, murió el 11 de noviembre.
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Su viuda, Suha Arafat, defendió desde entonces la teoría de que fue envenenado y así lo denunció en julio de 2012 ante un tribunal de la ciudad francesa de Nanterre.
No sería hasta noviembre de 2013 cuando un laboratorio suizo a petición de su viuda y después de ser exhumado el cadáver desveló que podría haber fallecido por envenenamiento con polonio 210, si bien la justicia francesa excluyó esa posibilidad.
Esta conmemoración coincide con el primer aniversario de la guerra que emprendió Israel en la Franja de Gaza contra el grupo integrista Hamás, eterno enemigo a su vez de Al Fatah, el movimiento creado por Arafat, y que se ha cobrado más de 43,000 muertos.
ORÍGENES
Nacido en Jerusalén, y conocido con el nombre de guerra Abú Ammar, era pariente de la familia Hussein, miembros prominentes de la comunidad Sunní de Jerusalén.
En 1948 se creó el Estado de Israel y luchó en Jerusalén contra las fuerzas israelíes y después regresó a El Cairo, donde creó ‘La Unión de Estudiantes Palestinos’.
En 1956 combatió en el ejército egipcio contra el ocupante británico y terminada la guerra se marchó a Kuwait donde en 1959 estableció las bases del futuro Movimiento de Liberación Al Fatah que llegó a liderar.
En 1965 se creó la OLP a cuyo frente se puso en sustitución de Ahmen Al Chukeiri.
Tras la guerra árabe israelí de 1973 Arafat logró que la OLP fuera reconocida en cien países en los que instaló una oficina.
EL FUSIL Y LA RAMA DE OLIVO
Defensor incansable, a veces de forma pacífica y otras no tanto, de la causa palestina, en 1974 la Asamblea General de la ONU fue escenario de su célebre frase: ‘traigo en una mano la rama verde del olivo y en la otra un fusil del combatiente de la libertad, no permitáis que deje caer la rama de olivo’.
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Su discurso causó tal impacto en la comunidad internacional que un año más tarde, la ONU reconocía a la OLP.
VIDA DE NÓMADA
Su vida fue la de un nómada que nunca dormía en el mismo lugar por temor a un atentado, al tiempo que era expulsado de distintos países en los que residió.
Fue el caso de Jordania que lo expulsó en 1970 tras las revueltas palestinas contra el régimen del rey Husein que desembocaron en el llamado “Septiembre negro” y en una masacre palestina.
También, en 1982, el gobierno israelí intentó desarticular la guerrilla palestina en Líbano e invadió el sur de este país, cercando a Arafat en Beirut. Poco después EE. UU. negoció la evacuación de la OLP y Arafat se refugió en Túnez.
27 AÑOS DE EXILIO
Después Arafat y el líder laborista Simon Peres negociaron los principales problemas derivados del acuerdo, primero en Oslo y después en Davos (Suiza), ambos en 1994.
Se inició entonces la retirada de las tropas israelíes y Arafat entró en los territorios en julio de 1994, 27 años después de haberlos pisado por última vez.
En enero de 1996 se celebraron las primeras elecciones que ganó Al Fatah, y poco después Arafat juraba su cargo como primer presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP.)
SOBREVIVIENTE DE VARIOS ATENTADOS
A lo largo de su ajetreada vida, Arafat sobrevivió a numerosos ataques y atentados como por ejemplo en octubre de 1969 cuando escapó en Aman, la capital jordana, de un paquete bomba o en 1971 cuando salió con vida de una emboscada en el Golán (Siria), en la que murió su chófer.
En 1973 salvó la vida después de que un comando israelí matara a tres de sus colaboradores.
Diez años después su escolta fue ametrallado en la carretera de Trípoli a Damasco y en 1985 se salvó del bombardeo israelí a su cuartel general de la OLP, que en esa etapa se encontraba en Túnez, en el que murieron 17 personas.
También se le dio como desaparecido en abril de 1992 cuando se perdió el rastro del avión en el que viajaba en el desierto de Libia debido a una tormenta de arena.
“CASADO” CON LA CAUSA PALESTINA
Considerado durante años como el soltero más recalcitrante del mundo árabe, él siempre decía que estaba ya casado con la causa palestina.
Pero en 1988 conoció a una joven palestina llamada Suha, 34 años menor que él, con quien acabaría casándose en secreto en Túnez en 1990 por motivos de seguridad sin que importara que la novia fuera de religión cristiana y tuviera que convertirse al islám para poder contraer matrimonio.
En julio de 1994 Suha y Yaser abandonaron su hogar de Túnez donde se casaron y también el lugar de refugio de Arafat durante doce años y en julio de 1995 nació en París su hija, a la que llamaron Zahwa en recuerdo de la fallecida madre del líder palestino.
Pero antes de ese matrimonio, una periodista y reportera de guerra uruguaya, Isabel Pisano, viuda a su vez del compositor Waldo de los Ríos, tuvo una relación estrecha con Arafat, quien al parecer la abandonó para casarse con Suha.
En “A solas con Arafat” que publicó en 1997 recogió esos encuentros con el líder palestino, a quien consideró como “su gran amor”.
PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Por sus esfuerzos para la paz fue galardonado en 1994 con el premio Nobel que compartió con el primer ministro israelí, Isaac Rabin y su ministro de Exteriores, Simón Peres.
Estos esfuerzos se vieron materializados en los acuerdos de Oslo y en la Declaración de Principios de Washington de 1993 que dieron la autonomía a Gaza y Jericó, donde paradójicamente se libra una guerra sin precedentes con más de 43.000 muertos.
Por Marga Sánchez Pacheco EFE-Reportajes.