‘Que les vaya bien’; personal del INM se burló de migrantes encerrados en Ciudad Juárez, revela FGR
Un reporte de inspección revela que el centro no estaba adecuado para su funcionamiento, y que los migrantes habitaban en “reclusión”
En una estación con poco cuidado, donde prevalecía todo aquello que pone en riesgo la vida de los migrantes, el mal actuar del personal del Instituto Nacional de Migración (INM) condenó a 40 centroamericanos, quienes perdieron la vida luego de un incendio, que ellos mismo comenzaron, debido a los malos tratos y a la falta de atención.
Y, cuando el fuego comenzó, los trabajadores se limitaron a decir “que les vaya bien”, según una de las personas que se encontraba en el siniestro.
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Así lo reveló la Fiscalía General de la República, luego de que publicara parte de las entrevistas realizadas durante la audiencia inicial de Antonio Molina, director General de Control y Verificación Migratoria del INM.
FALTA DE RECURSOS
El testimonio aseguraba que, tras el fuego, algunos migrantes comenzaron a tomar agua del excusado para intentar apagar las llamas. Cabe destacar que, según Marisol Montero, agente del Ministerio Público de la Federación, “el agua era su reclamo”, pues no había recurso potable en las instalaciones.
Asimismo, Omar Indalecio Pérez Martínez, supervisor de seguridad de la estación migratorio en Ciudad Juárez, Chihuahua, aseguró que, desde las 8 de la mañana, los migrantes se quejaban de que no contaban con agua, situación que comunicó a Eduardo Apodaca Magallanes, jefe de Recursos Materiales del instituto.
“Me dijo que llenara los garrafones con agua de la llave, que no era mala, que no había más”, confesó, no obstante, cuando pidió a una supervisora llamada Paloma que llevara a cabo esta orden, ésta le contó que “el agua tenía una tonalidad amarilla y no quería los migrantes se enfermaran”.
NO ERA APTO
En medio de quejas y reclamos, comenzó el incendio, sin embargo, cuando corrió en la búsqueda de un extintor, no encontró ninguno “hasta el área de recepción de usuarios”. Y, según un análisis hecho al recinto, éste contaba con cuatro de ellos, no obstante, dos estaban bloqueados, uno era inservible y el cuarto tenía muy poco gas.
Pérez Martínez reviró que apenas alcanzó a dar cinco “extintorazos”, cuando el producto dejó de salir. El mismo guardia de seguridad, señaló que tuvo una breve comunicación con Salvador González, encargado de Migración en Chihuahua, y lo cuestionó sobre el candado que evitó la salida de los migrantes, y por qué no se pudo abrir.
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“No se encontraron las llaves y el material del candado era demasiado duro y no había material para romperlo”, contestó.
Por otro lado, otro informe de inspección señaló que no había ventilación en el instituto migratorio, y los migrantes estaban, realmente, recluidos dentro del mismo, pues se encontraban “en una tipo celda, protegida con barrotes”, según el documento.
Con información de Milenio