2023: México en riesgo

Todos los riesgos que vivirá nuestro país en este 2023 parten de una premisa fundamental: “La creciente radicalización del presidente López Obrador, cuyos principales objetivos son asegurar el triunfo de su partido en 2024 y, con ello, garantizar la continuidad de su proyecto político”.

Por esta razón, las baterías del oficialismo estarán dirigidas hacia este objetivo para “debilitar los contrapesos del Ejecutivo, las autoridades electorales y las oposiciones, al tiempo de exacerbar la polarización e intensificar las movilizaciones sociales con fines político-electorales”.

Los diez riesgos que acompañan esta decisión de AMLO son los siguientes:

1. “El oficialismo intensificaría los embates contra la autonomía y eficacia del Instituto Nacional Electoral”: nuestra incipiente democracia podría pasar a ser una autocracia con rasgos autoritarios centrados en la figura de AMLO y de su sucesor.

2. “Los grupos criminales aprovecharían los procesos electorales para imponer o extender acuerdos con las nuevas administraciones a fin de operar con impunidad”: la colusión del poder político y el crimen organizado fortalecerían su presencia territorial para cimentar la formación de un Narco-Estado paralelo al Estado mexicano.

3. “La hegemonía regional del partido mayoritario se agudizaría con el triunfo electoral en al menos una de dos entidades federativas en disputa”: Morena tiene alta probabilidad de ganar Estado de México para acumular 23 estados de 32 a su favor. Este triunfo abonaría a la victoria electoral de Morena en 2024.

4. “Los actos anticipados de precampaña de los aspirantes de Morena a la presidencia de la República se intensificarían con autopromociones fuera del marco legal”: éste sería el tercer clavo en el ataúd del INE. Los otros dos serían la “Reforma B” que reduce la capacidad operativa del INE y la llegada de cuatro consejeros afines a Morena en abril.

5. “AMLO atacaría al Poder Judicial para que no se revoquen leyes, decretos y políticas de dudosa constitucionalidad como la reforma electoral, la militarización, entre otros”: sí el Poder Judicial resiste, AMLO sería impedido de cooptar al INE y al INAI. Ese sería, a contrapelo, el punto de partida para una movilización masiva de clases medias y altas contra la 4T en 2023 y 2024.

6. “AMLO incrementaría la militarización de tareas y responsabilidades civiles que propiciarían más su empoderamiento político y económico”: el poder del Estado mexicano tendería a estar dividido en tres: el Ejecutivo, los militares y el crimen organizado”.

7. “Las tensiones comerciales con EE.UU. y Canadá, por diversas disputas en el marco del T-MEC, derivan en deterioro económico e incertidumbre Jurídica”: México enfrentaría una derrota estrepitosa en los paneles de controversia en dos temas: energía y maíz transgénico, que acarrearían un impacto puntual en la inversión privada, sin mencionar las demandas millonarias en su contra.

8. “Una recesión en EE.UU. incrementa el riesgo de deterioro económico en México”: éste fenómeno impactaría el sector exportador de México y las remesas que recibe el país.

9. “Aumentaría la percepción y la ocurrencia de corrupción, sin combate alguno en su contra, con riesgos de incertidumbre jurídica e ineficacia gubernamental”: el INAI vería más disminuido su papel para incidir en la transparencia y la rendición de cuentas. El gobierno de AMLO rompería récords por opacidad y falta de rendición de cuentas en el uso de recursos públicos.

10. “Las finanzas públicas serían más vulnerables por: a) menores ingresos a los estimados, b) aumento de los costos de las obras de infraestructura insignia de AMLO y la presión para concluirlas a tiempo, y c) ampliación de programas sociales, d) necesidad de otorgar apoyos a Pemex y CFE, lo cual aumenta los riesgos de deterioro”. La pregunta obvia: ¿de dónde obtendrá AMLO los recursos necesarios para finalizar sus proyectos faraónicos y ganar las campañas electorales de 2024?

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Nota 1: Los diez riesgos son tomados del Informe “Diez Riesgos Políticos para 2023”. (Integralia: 2023).

Nota 2: El autor es Director General del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.