El origen del vino

Opinión
/ 2 octubre 2015

“El vino fue uno de los primeros signos de civilización para aparecer en la vida de los seres humanos. Está en la Biblia, está en Homero, destaca en cada página escrita de la Historia, participando en el destino del hombre.”: Duhamel

La creación del vino es una incógnita. La teoría más aceptada es que se fue descubriendo por un proceso natural. Los nómadas encontraron uvas desde que recolectaban alimentos. En algún punto se fermentaron y éstos las probaron, descubriendo sus efectos. Desde entonces las recolectaban para hacer dicha bebida. Sin embargo, hay muchas historias y leyendas en entorno al descubrimiento del vino

Los primeros indicios de plantaciones de uva datan del 6000 al 5000 A.C en Asia Menor y el Mediterráneo, territorios que ahora abarcan Georgia, Turquía, Armenia, Azerbaiyán e Irán. El vino fue evolucionando poco a poco con el paso del tiempo. Con la comprensión de los procesos de fermentación y el desarrollo de tecnologías llegó a ser lo que es hoy en día.

Tuvo un significado importante desde épocas antiguas. Sólo las clases más altas, como reyes y nobles, eran autorizadas a beberlo. Se han encontrado rastros del consumo de vino en distintas civilizaciones. El Código de Hammurabi de los sumerios menciona restricciones en la venta de vino, castigando con ahogamiento a quienes lo vendieran ilegalmente.

Los egipcios, al enterrar a sus faraones, pintaban en las paredes procesos de producción y viñedos. El productor, cosecha y lugar de producción eran señalados en las ánforas de vino que se dejaban en la tumba.

Los etruscos, en Eturia (actual Italia central) desarrollaron el arte de la vinificación. Cuando los romanos los conquistaron aprendieron de ellos sus conocimientos vitivinícolas. Durante su expansión, el Imperio Romano llevó este conocimiento a sus conquistas. El vino cobró tal importancia que se le asignó un Dios: Baco.

En la civilización Griega también hubo culto al vino. Dionisio era su Dios protector. Los griegos mezclaban el vino con agua, hierbas y especias para darle un aroma agradable. No era como lo conocemos hoy. El hecho de juntarse a beber vino tenía un nombre muy utilizado actualmente, aunque con otro significado: “simposio”.

Para los cristianos era parte central de sus rituales. En la Biblia se menciona en varios pasajes como parte importante en la vida de Jesús. En el relato de las bodas de Caná transformó barriles de agua en vino. Cuando empezó la Colonización del Nuevo Mundo se plantaron vides para elaborarlo fin de impartir la Comunión.

Así se expandieron las plantaciones de viñas y la cultura del consumo del vino a todos los rincones del orbe. Gracias a eso y a los conocimientos perfeccionados por los años, hoy podemos disfrutarlo en toda su intensidad en cualquier parte del planeta.

Sin duda, interesante su evolución desde tiempos remotos hasta convertirse en una amplia y asequible oferta de sabores y de precios, inconcebible para nuestros antepasados.

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