Marranadas superadas
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Desde hace 30 años, legislar para las candidaturas independientes era la reforma más básica de todas. No hay democracia sin ciudadanos completos. Sin embargo, se ha aplicado como un parche a medias y de mala gana. Se nota porque al surgir de la broncomanía del pueblo, los partidos políticos se arrepienten de haber abierto esa mínima rendija. Presos del miedo, atacan con toda la basura, cochinadas, marranadas y guerra sucia imaginable.
El PRI aborrece a sus disidentes. Mi padre, el gobernador Eduardo Livas Villarreal, obligó a un Congreso del Estado totalmente priísta a reconocer los triunfos de Humberto Junco y Norma Villarreal en San Pedro. El resultado: ya nunca fue llamado para algún otro puesto público. Así castiga el PRI.
Hay una amplia lista de priístas competentes y honestos que debieron haber sido candidatos a Gobernador de Nuevo León; entre ellos Genaro Leal, Othón Ruiz, el doctor Juventino González Benavides, Alberto Santos de Hoyos y Raúl Rangel Hinojosa. Pero el sistema PRI-Gobierno los margina. Prefiere a los tranzas, corrientes y ambiciosos, como los Natis, los Medinas; o de plano gansteriles como los Bartlett, los Beltrones o como Emilio Gamboa, el intocable padrino de doña Shala la la.
Fernando Elizondo y yo iniciamos la lucha por las candidaturas independientes hace casi 30 años, de la mano con aguerridas personalidades como Tere Madero y Concha Lupe Garza del PAN y Lucilda y Encarnación Pérez del PSUM; Héctor Camero de Tierra y Libertad, y demás integrantes de la Asamblea Democrática.
Cuando se hizo la reforma que generó al actual COFIPE en 1990, avanzamos hacia atrás. En el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, los partidos legislaron para monopolizar las candidaturas y se aprobaron a sí mismos los cuantiosos subsidios que los han convertido en cuevas de ladrones y extorsionadores, cobradores de moches.
Venticinco años después, México ahonda la corrupción, creció la migración. Vamos cayendo en materia de crecimiento y prosperidad. La partidocracia ha salido más cara y mala que ni el mismo PRI cuando actuaba solo. Y seguimos sin candidatos independientes en el poder.
La rebelión de Jaime El Bronco Rodríguez le ha caído al PRI como una patada de frisiano en el estómago. No se la perdonan y lo están tratando de destruir moralmente con toda clase de porquerías. Atacan también mediante videos en las redes a las personalidades que lo apoyan, con ponzoña que queda fuera de la mirada de la Comisión Estatal Electoral.
La alianza anunciada por El Bronco y Fernando Elizondo ha desquiciado al PRI y al PAN. Hacen guerra sin medir consecuencias o posibles víctimas civiles. Difaman, calumnian, insultan, maltratan, intrigan y luego sacan el lodo a través de las grandes televisoras que se escudan fingiendo dar noticias. Se extienden con guerra telefónica sin importarles que la reciben menores de edad.
Afortunadamente, la combinación entre el niño pobre y el niño bien, entre el rudo y el técnico, entre el expriísta y el expanista, entre el bronco y el calmado está resultado una mezcla difícil de amedrentar y silenciar. Ante un lleno SRO en el Palestino Libanés, ciudadanos de San Pedro en su mayoría, aplaudieron y respaldaron este nuevo experimento político.
El Bronco y Elizondo respondieron con toda civilidad las preguntas impertinentes de mi amigo empresario Pedro Novo, archi-conservador y radical anti-abortista. Pasado el disgusto, podemos declarar que la Alianza por la grandeza de Nuevo León se anotó una prueba superada en pleno corazón de San Pedro. Los infames ataques quedaron desarticulados.
Aunque llega tarde, la gesta independiente es por México. Urge explorar nuevas formas de gobernar; y propinar un castigo ejemplar a los corruptos. El municipio que conoció la alternancia hace más de 50 años ya lo entendió. Apuesto que romperá con la partidocracia y sus reglas contraproducentes el próximo 7 de junio.
javierlivas@prodigy.net.mx