Capitalismo y ‘espacio vital’
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Históricamente la expansión del capital se presentó desde el siglo 18 para extender inversiones con mano de obra barata y esclavitud comercializada, estrategia salvaje aplicada por Inglaterra, Europa central y Estados Unidos como nuevo protagonista en el mundo capitalista, con optimización de costos, territorios con recursos naturales explotables y encadenamiento de productos intermedios o finales.
En el siglo 19 los imperios aristocráticos Austrohúngaro (Europa centro-oriental) y Otomano (Europa sur-oriental, Medio Oriente y el norte de África) obstaculizaban la expansión capitalista, con aranceles, impuestos y derechos; ya en ese tiempo el capital europeo depredaba salvajemente el continente negro e Inglaterra el Indostán (hoy Pakistán, India y Bangladesh) y parte de China continental.
El asesinato del heredero del Imperio Prusiano (Francisco José, 28-06-1914), fue la excusa para iniciar la Primera Guerra Mundial, por “espacio vital” para potencias europeas, es decir, asegurar y garantizar el régimen de acumulación de capital allende sus fronteras; a la Alemania derrotada se le obligó a cumplir con excesivos castigos de guerra, incluidos costos de reconstrucción de países involucrados y su desarme total (Tratado de Versalles, 28-06-1919).
Después de apoyar al dictador Francisco Franco en la Guerra Civil española (1936-1939), las potencias occidentales -incluido Estados Unidos- toleraron la llegada de Hitler al poder (30-01-1933), asimismo la anexión de Austria al país teutón (13-03-1938) y la invasión de Checoslovaquia (15-03-1939). La entrada de las tropas nazis a Polonia (01-09-1939) rompió las negociaciones para evitar la conflagración y posteriormente los fascistas teutones invadieron Bélgica (20-05-1940), Francia (25-06-1940), otros países centro europeos y la Unión Soviética (22-06-1941).
En perspectiva histórica se percibe el objetivo occidental de la derrota soviética para un punto de inflexión de negociaciones que incluiría el “espacio vital” alemán, este sería Europa oriental hasta la Rusia asiática (sin incluir Grecia, Polonia y Turquía). La entrada triunfal de las tropas soviéticas a Berlín (02-05-1945) modificó la perspectiva de negociación occidental; inclusive, cuando las tropas rusas liberaban Manchuria y otros países del este asiático invadidos por Japón para su “espacio vital”, Estados Unidos lanzó bombas atómicas (Hiroshima y Nagasaki, 6/9-08-1945) para la rendición incondicional nipona y evitar la expansión del socialismo real.
La posterior Guerra Fría fue un dique para evitar la conflagración mundial nuclear, incluso el arsenal fue disuasivo y diplomático de Estados Unidos y la URSS, pero también en los países subdesarrollados -“tercer mundo”- se contuvo la expansión del capital con la organización y resistencia popular y/o militar heroicas, como en Cuba, Vietnam, Angola, el Congo, Centroamérica, entre otros.
La estrategia de Occidente fue obligar a la URSS a elevar el gasto militar y así minar su débil economía frente a poderosas corporaciones transnacionales. Ante la caída del socialismo real en diciembre de 1991 y el supuesto “fin de la historia”, la arrogancia de Estados Unidos y sus dóciles aliados les posicionó para controlar la economía global y evitar cualquier otro esquema de acumulación.
Con un capitalismo selectivo, desde la orientación estatal otras naciones aplicaron estrategias económicas, asimismo acordaron cooperación e integración: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica con sus ramificaciones multinacionales: la Unión Económica Euroasiática; la Asociación Económica Integral Regional y el Acuerdo Transpacífico de Asociación. Por su parte, China ha firmado acuerdos de cooperación económica con 16 países africanos; entre otros.
Por exceso de liquidez y la tendencia de menos tasa de ganancia, el capital se ahoga en sus fronteras, de ahí la necesaria expansión negociada o violenta, el problema es que los territorios de “espacio vital” cada vez se contraen más e inician las disputas.
La guerra de la OTAN en Ucrania (con un Estado proclive al fascismo con héroes nacionales colaboracionistas de los nazis) se suscribe al objetivo occidental de debilitar el régimen de Vladimir Putin y contener la “nueva ruta de la seda” acordada con el presidente chino Xi Jinping, para expandir su capital en vastas regiones del mundo, incluidas África y América Latina, supuestamente con acuerdos que eviten relaciones de dominio-sumisión tradicionales de Occidente.
Por otra parte, la inestabilidad en Medio Oriente tiene como objetivo bloquear el proyecto chino-ruso del corredor comercial terrestre asiático-africano. No es casual la entrega de Afganistán a los radicales talibanes ni el genocidio de palestinos por parte de Israel para el control territorial de la Franja de Gaza.
México se sitúa en la dinámica multipolar, por efectos económicos globales y por la cercanía geográfica con la Unión Americana, ubicación que inversionistas chinos pretenden aprovechar con relocalización de inversión directa, lo cual puede reestructurar el T-MEC. La diplomacia mexicana debe actuar con cautela y previsión.
Por la necesaria expansión del capital, la industria bélica se potencializó en las guerras del siglo 20 y las condiciones actuales de intereses antagónicos son similares, pero con más sofisticación en tecnología bélica. El arsenal atómico puede disuadir diplomáticamente a China-Rusia y a Occidente, para evitar la catástrofe global que provocaría el capitalismo en su fase superior imperialista.
Encuesta Vanguardia
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