Complejo industrial-militar o migrantes: la encrucijada de Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra en una encrucijada: renunciar a una supuesta política migratoria menos inhumana que la seguida por su antecesor, Donald Trump; o dejar solos hasta nuevo aviso al Estado israelí y al ucraniano en sus respectivas guerras. Si decide apoyar a Israel y Ucrania tendrá que aceptar las condiciones que le impondrán los senadores republicanos, es decir, destinar más recursos, más fuerza y más presión al control fronterizo contra las oleadas de migrantes procedentes del sur.

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A cambio de apoyar a sus aliados guerreristas con 110 mil millones de dólares, los republicanos pedirán a Biden que limite a cinco mil trámites diarios de solicitudes de asilo en la línea fronteriza, actualmente pueden llegar hasta diez mil. Tampoco se descarta la detención en la frontera de personas y familias, se dice que mediante un proceso rápido que culminará con un brazalete electrónico de rastreo. Se incluye la expulsión exprés de inmigrantes que hayan violado los términos de su ingreso al país, hayan ingresado sin documentos y permanecido menos de dos años en cualquier parte del territorio de los Estados Unidos.

En resumen, de cara al próximo proceso electoral, fuerzan a Biden a asumir propuestas de Trump, a cambio de obtener recursos para apoyar las guerras del Estado israelí y, sobre todo, al régimen ucraniano.

Resulta irónico que, aunque en ellas no participan en tierra tropas estadounidenses, estas dos guerras son impopulares, hay, eso sí, dinero y mucho. En Ucrania se resiste contra la expansión del régimen que encabeza Putin, en Medio Oriente se busca conservar la alianza de los Estados Unidos e Israel, que por momentos se complica para Biden frente a su público doméstico por la magnitud de la ofensiva israelí.

Los republicanos se proponen aprovechar el viaje para debilitar a Biden frente a su clientela electoral. Biden sigue siendo la mejor carta de los demócratas para detener a Trump, porque es la única figura capaz de mantener la unidad del Partido Demócrata. Sin Biden el Partido sufrirá una guerra civil entre las distintas facciones, desde los neodemócratas e independientes que saltaron del barco republicano al llegar Trump, hasta la izquierda más socialdemócrata. No será nada fácil.

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Parece claro que Biden se decantará por la vía más rentable. Para la realpolitik al uso, es básico seguir impulsando el complejo industrial-militar y, por tanto, son más importantes y estratégicas dos guerras en Europa y Oriente Medio, que un tibio esfuerzo por humanizar el trato para cientos de miles de personas “descartables” que huyen de la violencia, el hambre y la pobreza.

X: @chuyramirezr