Deudas y merecimiento; nada que ver con el dar y recibir en su esencia. ¿Qué pasa si me dejo atender?

Opinión
/ 3 octubre 2024

Vi un reel de aves trepadas en el lomo de un venado en primavera para cosechar el pelo de invierno que ya traía suelto. Usarían ese pelo para forrar sus nidos. El venado estaba quieto, sin molestarse y sin buscar sacudirse a los visitantes. Un comentario me llamó la atención. “¿Qué beneficio tiene el venado en esto?” Aunque la respuesta es clara, acelerar el proceso de eliminar el pelo de invierno, algo muy necesario, la pregunta me hizo cuestionar.

Si me permito irme al espacio de las interpretaciones y los diagnósticos, diría que la persona que preguntó eso es alguien que asume que si él hace algo, debe recibir algo a cambio. Sé que en este proceso hay una reciprocidad evidente, pero igualmente sé que no siempre el dar implica un recibir por derecho adquirido, ni el recibir implica una deuda que pagar.

Este tema es un punto de enfoque de mucho trabajo terapéutico. Si doy, debo recibir a cambio. Si recibo, tengo una deuda que pagar. O en otras estructuras de personalidad, si recibo es porque merezco y si doy, deberé convencerme de que es desinteresadamente. En lo personal, no creo merecer nada, y sé que no alcanzamos a ser desinteresados. El venado sí tenía una ganancia...pero la preocupación de la persona que hace la pregunta no logra ver las sutilezas.

En tiempos recientes he permitido que personas cercanas me den, me atiendan, estén para mí. Así como para muchos de ustedes, para mí es muy difícil. Ya lo dije, no merezco, y aún más, no necesito. Me he propuesto el ejercicio y he visto algo que no esperaba; la satisfacción y gozo de quienes he permitido estar conmigo y para mí. Entonces, aún en el espacio desinteresado, porque créanme que estas personas no esperan nada de mi parte, hay interés. Al dar, el ser humano tiene una enorme satisfacción que se presenta en la oportunidad de ser de utilidad y mostrar cariño y apoyo a otra persona. El venado dona materiales de construcción a las aves, y ellas le ayudan al venado a no sufrir de calor. Equilibrio sin intencionar deudas ni merecimientos.

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