Doña María Luisa, madre abnegada de Ramos Arizpe
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Doña María Luisa Gutiérrez Aguirre está por cumplir 100 años de edad y aunque 100 años sea un siglo, doña María Luisa sigue teniendo lucidez y un espíritu joven así como la sabiduría de sus años. Y que si bien es cierto lo dicho por aquél genio de la Relatividad, esa teoría que trata de la deformación del tiempo y el espacio, es necesario decir que algo que nunca pudo descubrir el famoso sabio es la razón por la cual no existe ninguna distorsión cuando se trata de medir el amor en el corazón de una madre que tanto ha amado en el tiempo y el espacio a sus hijas e hijos, como es el caso de la señora Gutiérrez Aguirre con respecto a María de Jesús (+), Everardo, Leopoldo, María Guadalupe y María Luisa, todos de apellido Padilla Gutiérrez, hijos que la señora Gutiérrez procreó con su amado esposo don Leopoldo Padilla Moreno, quien junto a su primera hija, “Muñeca”, ya están junto a Dios más allá del sol.
¿Y por qué el reconocimiento a tan digna representante de las madres de Ramos Arizpe? Bueno, hay que decir que fue por la circunstancia de un dulce regional elaborado de manera artesanal por doña María Luisa y que es la cajeta de membrillo. Resulta que la madre del suscrito, doña Alicia Ramos de Reyes, preparaba cada año una cajeta muy similar en nuestra casa de Parras. Costumbre que consistía en procesar los membrillos, luego cocinarlos en un cazo de cobre y verter el producto en moldes de madera. Ella guardaba una dotación para la familia y el resto lo regalaba a los parientes. Al faltar nuestra madre no volvimos a probar una cajeta igual hasta que por casualidad la encontramos en “La Huerta”, el negocio familiar de doña María Luisa, en Ramos Arizpe, lugar donde ella trabajó muchos años al lado de su esposo y sus hijos e hijas, quienes nunca olvidarán entre retazos de nostalgia y suspiros todo el proceso que ellos vieron con los ojos que su madre les dio para mirar el detalle de las cosas, como es la elaboración de la rica cajeta que doña María Luisa convirtió en una industria productiva en esta tierra de San Nicolás de Tolentino.
Doña María Luisa es una madre ejemplar que no sólo dio a sus retoños la vida y sus ojos para ver las cosas, sino su formación física, espiritual, sentimental, religiosa y el carácter para enfrentar la vida. Cuando en “La Huerta” me dijeron que la cajeta la preparaba una señora de más de 90 años de edad de inmediato imaginé ver tan laboriosa tarea a través de los recuerdos de mi madre y es por eso que escribo estas cosas con sentimiento y pleno reconocimiento a doña María Luisa, cuya honrosa vida es necesario reseñar en sus grandes méritos, como abnegada esposa, en la buena crianza de sus hijos, el amor a sus nietos y bisnietos, en su dedicación al comercio, a la industria de las conservas, en la administración de la Huerta Padilla, en su habilidad para la costura, pues también es muy reconocida como gran modista, disciplinas que puso en alto a lo largo de su vida productiva; toda una vida ejemplar en la vida de Ramos Arizpe.
¡Que viva muchos años más, doña María Luisa, abnegada madre de Ramos Arizpe!