Elecciones federales definitorias

El Estado implica territorio, población -de ser el caso multiétnica-, idioma y/o lenguajes, cultura o culturas, historia de construcción de la nación general y regional, estructura jurídica que norma las relaciones sociales, económicas y políticas, asimismo forma de gobierno y relación de este con la sociedad; de tal manera que, si estas condiciones no se modifican, las elecciones determinan solo cambio de gobierno, independientemente del partido político que obtenga el triunfo electoral.

Cuando se modifican las condiciones del Estado en relación con la sociedad que se gobierna, sobre todo estructura legal y normas que rigen la dinámica económica, política, social y cultural, se genera cambio de régimen, otra forma de Estado en su ejercicio y operación; la transformación no es sencilla ni fácil, porque la oposición política y el poder económico, con más o menos apoyo de la población, tratarán de detener modificaciones estatales para sostener el régimen anterior.

Históricamente el Estado puede posicionarse como generador de bienestar, porque se argumenta que el libre mercado genera desigualdades en actividades económicas y en distribución de la riqueza, lo que disminuye demanda agregada por menor inversión pública y consumo, por tanto, el Estado debe orientar e impulsar la economía: garantizar justicia distributiva con transferencias sociales e impulsar la demanda agregada; estimular e inducir inversión, empleo, crecimiento, recaudación.

Por otra parte, en el Estado gerencial se argumenta que la mejor estrategia de asignación de recursos es el libre mercado, así, la iniciativa privada en todos sus niveles y menor participación del Estado en la economía garantizan crecimiento económico y distribución de riqueza, porque toda actividad estatal genera corrupción e ineficiencia; por tanto, son necesarias privatizaciones directas e indirectas de actividades económicas (energía, comunicaciones, transportes, infraestructura productiva) y actividades sociales (salud, educación, seguridad), con supuestas reglas claras, transparencia y equidad.

Las dos formas de Estado, con su respectivo modelo económico, poseen riesgos para la sociedad. En nuestro país, el Estado de bienestar de los años 70 del siglo pasado provocó un aumento significativo en tasas de inflación y tasas de interés, incremento de deuda pública, salida de capitales y crisis económica. La renegociación de la deuda externa y la globalización económica provocaron cambio de régimen al Estado gerencial en 1983-2018, gobiernos priistas y panistas con un modelo económico que, aun con la firma del Tratado de Libre Comercio, provocó la crisis económica en 1994 y un aumento paulatino de la deuda federal, reducción de inversión pública en infraestructura productiva y de inversión privada nacional, disminución del poder adquisitivo del salario y del consumo interno, magro crecimiento económico, aumento de la pobreza y migración.

El actual Gobierno federal, republicano de centro-izquierda, ha procurado e impulsado el cambio de régimen al Estado de bienestar, con orientación económica del Estado -que no nacionalizaciones o estatizaciones- y redistribución de la riqueza, lo cual no ha sido sencillo, porque los partidos de derecha y el poder económico -con respaldo académico y mediático- pretenden detener y contrarrestar el cambio de régimen político, económico, social y cultural.

Aun con contingencias globales (pandemia, guerra en Europa oriental, confrontación Estados Unidos-China y altas tasas de interés), las cifras del sexenio que concluye -información oficial, de organismos financieros multinacionales y de consultorías internacionales- muestran resultados económicos positivos: balanza comercial y balanza de capitales, inversión directa pública y privada, empleo, redistribución de riqueza y aumento del consumo, recaudación al alza, reducción de deuda federal, estrategia contrainflacionaria, crecimiento económico y disminución de pobreza, entre otras variables. Hasta ahora, el proceso de cambio se ha desarrollado con estabilidad política, social y económica.

Este año, las elecciones de presidente de la República, de diputados y senadores, serán definitorias: se retorna al Estado de mercado con la coalición “Fuerza y corazón por México”, como lo han anunciado; o se continúa el cambio de régimen al Estado con responsabilidad social, como actualmente gobierna la coalición “Juntos hacemos historia”.