Iberdrola-CFE, más allá de la nacionalización que no es
La semana pasada se anunció que la empresa española de energía Iberdrola vendería 80 por ciento de sus activos en México. La transacción, de 6 mil millones de dólares que provendrán principalmente de recursos públicos y se realizará a través de un fideicomiso privado, fue señalada por López Obrador como una nacionalización, un paso más hacia la anhelada −por el presidente− soberanía energética.
Caben algunas dudas: ¿si una empresa privada vende a un fideicomiso privado ciertos activos se trata de una nacionalización? ¿Si ya no será Iberdrola, sino CFE quien opere las 13 plantas generadoras estamos hablando de nacionalización?
En efecto, la transacción será a través de un fideicomiso de carácter privado, pero se liquidará primordialmente con recursos públicos. A pesar de no conocer aún el monto que les costará a las finanzas públicas dicha operación, podemos suponer que será cercano a los 6 mil millones de dólares.
¿Aumenta la capacidad de generación? ¿Nos ahorraremos costos los consumidores por quitar al intermediario que le vendía la energía generada a CFE ahora que CFE la genere directamente? ¿Tendremos electricidad proveniente de fuentes más limpias y podremos alcanzar más rápido los objetivos trazados en el Acuerdo de París? ¿Esta transacción le permitirá al país aprovechar el momento suministrando la energía suficiente que el proceso de nearshoring demandará?
Las respuestas a estas preguntas son no, no, no y no.
La operación sólo implica un cambio de dueño de las plantas. No cambia la capacidad de generación de energía eléctrica del país. No hay, hasta el momento, ningún plan de ampliar capacidad productiva de las centrales adquiridas. De las 13 plantas que Iberdrola vende, diez operan hoy bajo el esquema de Productores Independientes de Energía, en el que la electricidad se vende en su totalidad a CFE. Estas plantas ahora serán operadas por la empresa estatal, lo que implicará para ésta un mayor costo laboral y mayor presión en sus finanzas.
Hay mejores usos para los 6 mil millones de dólares que implicará esta operación, incluso en el mismo sector eléctrico. ¿Por qué no invertir en líneas de transmisión, sector en el que, por cierto, CFE, sí es rentable? ¿Por qué no ampliar la capacidad de generación a partir de renovables? (Vean el hilo de @Estebancpp en Twitter)
Es probable que el presidente gane la narrativa una vez más. Sin embargo, lo importante es que México saldrá perdiendo.