Implan Saltillo: los retos para el futuro próximo
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Los relevos en las instituciones públicas son momentos propicios para hacer cortes de caja, pero también para replantearse el futuro y explorar las alternativas que se vislumbran para conquistarlo. Sin dejar de lado lo hecho, ni ignorar lo avanzado, siempre es sano revisitar el porvenir.
Y si en alguna institución pública la afirmación anterior resulta un acierto, es en las responsables de prospectar el futuro de las ciudades, proponiendo las líneas del desarrollo que conviertan a nuestras comunidades en mejores lugares para vivir y desarrollarse.
En el caso específico de Saltillo estamos hablando del Instituto Municipal de Planeación, una entidad creada con el propósito de ordenar la “planeación del desarrollo sustentable del municipio a través de la participación ciudadana y la de sus funcionarios en una cultura urbana responsable”.
Con la llegada de Ricardo Álvarez García como nuevo titular del Instituto, resulta obligado revisar los retos que tiene hacia el frente la institución, además de evaluar los avances que a la fecha se hayan logrado.
Diversas voces identifican entre los retos fundamentales del Implan la modernización del transporte público, la preservación del Centro Histórico y el desarrollo de propuestas para atender los rezagos que enfrenta la ciudad.
Desde una perspectiva más amplia quizá el reto más importante del Implan, como órgano rector del desarrollo sustentable, sea notarse más, es decir, consolidarse como una instancia que realmente incida en la forma en que nuestra ciudad se irá transformando en el futuro.
Conviene recordar en este sentido que los órganos de este tipo han sido concebidos y creados con el propósito de que la planeación del desarrollo escape a la trampa de los relevos periódicos del poder político y que sean los criterios técnicos los que se impongan en el proceso evolutivo de las zonas urbanas.
¿Por qué se han concebido así tales órganos públicos? Porque la experiencia ha dejado claro que cuando las decisiones se toman solamente a partir de criterios políticos se cometen errores que termina contando muy caros en el futuro.
Las inundaciones –cada vez más graves– que sufre Saltillo en cada época de lluvias, son probablemente el ejemplo más evidente del daño que provoca el hecho de que la técnica sea dejada de lado al momento en que se toman decisiones respecto de la autorización de desarrollos inmobiliarios o el trazo de las vialidades.
Cabría esperar por ello que, en esta nueva etapa, el Implan ingrese en un proceso de consolidación que lo ubique como la salvaguarda fundamental de un desarrollo futuro apegado a los mejores criterios de sustentabilidad.
Porque la misión inicial de dicho organismo es la de plantear las fórmulas para que todos vivamos mejor pero, la fundamental, es garantizar que dichas fórmulas se lleven a la práctica, pues de otra forma daría lo mismo que nunca hubieran sido pensadas siquiera.