Índices pandémicos, ¿por qué en Saltillo son más altos?
Contar con mecanismos de medición eficaz de los fenómenos de la realidad hace toda la diferencia entre contar con información puntual que permita tomar decisiones acertadas y navegar a ciegas en medio de una tormenta.
Lo anterior es particularmente cierto en contextos como el que nos ha impuesto la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, en el que el movimiento de los indicadores debe ser la señal para ajustar, modificar o suprimir acciones concretas, o replantear estrategias.
Los números no son, como se ha dicho en múltiples ocasiones anteriormente, simples elementos del anecdotario, sino una herramienta para la toma de decisiones, para reaccionar de forma adecuada y para hacer frente a las circunstancias que nos impone la realidad.
El comentario viene a propósito del reporte que publicamos en esta edición relativo al sostenimiento de las estadísticas que ubican a Saltillo como el epicentro de la tercera ola de contagios por coronavirus en el territorio de Coahuila.
No es la primera ocasión en que reportamos las cifras que apuntan en esta dirección y por ello resulta indispensable llamar la atención respecto de la necesidad de reaccionar ante la estadística que muestra a la capital del estado con cifras hasta cuatro veces las reportadas en Torreón.
Y es que, en lo que va del mes de agosto, el número de personas contagiadas reportadas en Saltillo ha sido de 2 mil 314, por solo 601 de Torreón. En el caso de personas fallecidas, en la capital coahuilense han ocurrido 71 en lo que va del mes, mientras en Torreón solamente 17.
Por otro lado, la estadística indica que en Saltillo se han registrado casi el 40 por ciento de los nuevos casos positivos de todo el Estado y en términos relativos eso implica tener 263 casos por cada 100 mil habitantes, mientras que en Torreón se tiene menos de la tercera parte de esta cifra.
¿Qué está ocurriendo en Saltillo para que la incidencia de contagios, muertes y ocupación hospitalaria se ubique muy por encima de la media estatal? ¿Cuáles son los elementos que están contribuyendo a este fenómeno que mantiene a la ciudad como el lugar donde existe el mayor riesgo de contraer el virus?
No se trata de preguntas nimias, sino de interrogantes que demandan una respuesta puntual por parte de las autoridades sanitarias. Y la respuesta requerida debe tener el propósito de orientar las acciones de todos los órdenes de gobierno para revertir la estadística.
Una vez más, no se trata solamente de contar con una explicación del fenómeno, sino de utilizar tal explicación para ajustar lo que sea necesario en la estrategia implementada a nivel local para contener el avance de la pandemia.
Se trata, en última instancia, de utilizar los indicadores como “termómetros” de la realidad para determinar, con base en información dura, el tipo de intervención que se requiera en cada momento.