La situación económica actual
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El crecimiento económico de México ha sorprendido a propios y extraños, no solo aquí sino también en otras partes del mundo donde se han hecho comentarios al respecto como en Alemania y Francia. Se ha dicho recientemente que nuestro país crecerá por arriba del 3 por ciento, y hasta algunos sostienen que se llegará al 3.2 por ciento con la tendencia actual. Esto también ya lo hemos comentado en esta columna, pero no se ha explicado por qué se está logrando un crecimiento como el actual y es momento de hacerlo.
¿Por qué estamos creciendo? Para empezar, los programas sociales han tenido éxito generando ingresos para los que menos tienen. Dedicando el 19 por ciento del presupuesto de este 2023 a entregar dinero a personas de la tercera edad, a jóvenes que no estudian ni trabajan, a mujeres en condiciones de vulnerabilidad, a negocios pequeños en comunidades apartadas, entre otros, se ha creado una dinámica monetaria que ha permitido al comercio minorista y mayorista crecer sostenidamente desde 2021 a tasas promedio de 4 por ciento. También algunas empresas de otros sectores como el turismo y la industria del entretenimiento han aprovechado esta bonanza de efectivo de los estratos sociales más bajos que en otros periodos económicos no gozaban de estos beneficios. Si bien la pobreza en general ha disminuido en 8.9 millones de personas, también hay que mencionar que por el encierro de la pandemia, la gente está dispuesta ahora a viajar más y a gastar más. Es un fenómeno que se ha presentado en todo el mundo, principalmente en los países con mayor poder económico. A pesar de que 2023 inició con un consumo negativo (se dejó de gastar literalmente) de -0.2 por ciento, conforme pasaron los meses se ha recuperado hasta llegar a un 5 por ciento con respecto a julio. Esto indica una evolución del gasto de las personas en sectores que normalmente habían estado rezagados en los últimos tres años como el turismo y los servicios de entretenimiento, la construcción de vivienda e industrial y hasta la producción de vehículos ligeros que ya llegó en julio a más de 120 mil vehículos vendidos. La tendencia no va a cambiar en este aspecto del consumo, más bien vienen dos meses buenos que serán noviembre, por el programa de ventas del “Buen fin”, y diciembre por la vorágine de gastos derivada del aguinaldo. Octubre y la primera quincena de noviembre son la parte baja del ciclo económico. Nada importante.
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El nearshoring se ha convertido en una fuente de inversión y desde luego, de crecimiento importante en estos momentos en la parte norte de México, donde la inversión empresarial está creando condiciones de empleo muy favorables y mejorando paulatinamente los sueldos. Caso contrario en el sur del país, donde la inversión gubernamental en las grandes obras está compensando el desequilibrio tradicional en montos de inversión. Si la tendencia se mantiene será un año en el que todas las regiones del país tendrán inversión que generará competitividad en el corto plazo. Sin embargo, preocupa que no haya infraestructura complementaria para sostener estas grandes inversiones. En el caso del sureste, la inversión en la refinería de Dos bocas requiere vías de ferrocarril para mover los combustibles, carreteras para transportar materias primas y productos terminados y es evidente que las carreteras de Veracruz y Tabasco no están en buenas condiciones, son muy caras o no son suficientes para la cantidad de vehículos que estarán en circulación cuando se termine todo el proyecto. En el norte de México, preocupa la falta de carreteras, espacios industriales y hasta la especulación que se da en cuanto a terrenos para viviendas y empresas. Este fenómeno especulativo se presenta desde Tijuana hasta Nuevo León. Sin embargo, esta tendrá que cambiar forzosamente porque el retraso en la construcción de la fábrica de Tesla cambió todo el panorama económico de la región Saltillo-Monterrey. Este aspecto es preocupante porque ya hubo inversión inmobiliaria especulativa que se quedará atorada literalmente porque la planta de Tesla no llegará sino hasta noviembre de 2027. Mientras tanto, los precios en este sector se van a desplomar y quienes compraron caro, tendrán que vender barato para recuperar su dinero, o dejarlo allí a la espera de que pase el tiempo. El gran perdedor será el consumo agregado de los estados del norte del país debido a que habrá mucho dinero parado en terrenos industriales y vivienda que no se ocupará hasta probablemente dentro de 3 años, si es que el fabricante de autos eléctricos decide localizarse en Nuevo León.
No hay que perder de vista que hay otras industrias, además de la automotriz, que se han venido a la frontera mexicana a realizar sus operaciones. Por ejemplo, la industria farmacéutica (Laboratorios Abbot y proveedores) se vendrán a Coahuila, los fabricantes de baterías de China para autos eléctricos están también ya en nuestro estado y expandiéndose a otros cercanos, la industria del plástico está llegando a Baja California y Chihuahua, donde también la electrónica está muy fuerte. Hay posibilidades hasta que la industria aeroespacial mantenga un crecimiento rápido para los siguientes 5 años donde se espera que ésta se duplique cuando menos en los estados de Querétaro, Baja California y Chihuahua. En esto de la relocalización empresarial, Yucatán ha sido uno de los estados que ha sorprendido por su atracción de empresas de manufactura de bajo costo como textiles y productos alimenticios procesados para el sureste de los Estados Unidos, que resulta muy cercano geográficamente, además de que Puerto Progreso es ideal para las exportaciones hacia esta parte del vecino país del norte. Mientras la inversión se mantenga y retenga, México podrá aspirar a seguir creciendo por arriba del 3 por ciento, pero esto es producto de situaciones ajenas al gobierno, no parte de una estrategia de atracción nacional. Por ello, deben mejorar las condiciones para que las empresas nacionales y extranjeras puedan producir sin preocuparse por la seguridad o los problemas generados por el crimen organizado.
Aunque las intenciones de mejorar el consumo y la inversión no hayan sido parte de los objetivos originales del gobierno federal, lo importante es que se está creciendo en la economía, no como deberíamos, pero al menos mejor de como se esperaba, que era un mísero 0.9 por ciento del PIB. También puede decirse que las condiciones mundiales han mejorado y en consecuencia México está aprovechando lo que llega. Los pesimistas dicen que estamos captando lo que sobra de otros países, los optimistas que obtenemos lo que se ha trabajado. Los que sabemos de datos simplemente decimos que nos falta mucho y que estar contentos con lo que se tiene, es ser conformistas pues hay países que han hecho muy poco y tienen mucho más, como lo sugieren los otros datos.
Encuesta Vanguardia
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