Los otros datos financieros
Ya estamos en julio, el tercer semestre de la economía ha comenzado con su conjunto típico de factores para esta parte del año; pocas noticias económicas importantes, sin cambios que realmente tengan impacto dentro de la economía o la existencia de situaciones relevantes que nos afectarán en el futuro. Estas son las condiciones tradicionales del ciclo económico en la economía mexicana, sobre todo en este mes. Cada año ha sido lo mismo en los últimos 20 años y no me voy más atrás porque no tiene mucho sentido, es lo mismo. La explicación para este hecho es sencilla; la mitad de los mexicanos no trabaja porque tiene vacaciones y en este año, cuando menos serán dos semanas porque así lo marca la ley. Sin embargo, hay datos que vale la pena mencionar para que, en la segunda quincena de agosto, cuando regrese la economía a la “normalidad”, podamos tomarlos en cuenta y tomar buenas decisiones.
Por ejemplo, el crédito al consumo tuvo un crecimiento real (descontando la inflación) de 11.4 por ciento al mes de mayo, como lo reporta el banco BBVA, que mantiene una tendencia al crecimiento desde enero de 2022. Esto se explica como una consecuencia de que existe un faltante importante de dinero en el sistema económico por el bajo gasto del gobierno. La política de “austeridad franciscana” exige al resto de los agentes económicos recurrir al crédito como una forma de compensar el tiempo exagerado que las empresas y las autoridades gubernamentales se toman para pagar facturas, por ejemplo, o el dinero que no hay porque no hay obra pública federal, con excepción de las mencionadas recurrentemente. También nos explica este dato por qué estamos creciendo en el producto interno bruto, el dinero prestado nos está facilitando la vida y dando la oportunidad de seguir creciendo. También encontramos una explicación al aumento del consumo privado, ya que a través de las tarjetas de crédito que crecieron en sus montos un 14.7 por ciento (esto es más dinero prestado) se puede entender el crecimiento tan notable de la economía en este momento. Sin embargo, hay que recordar que se tendrá que pagar este dinero y como consecuencia en el futuro se sacrificará una parte del ingreso, y será aquí cuando hagamos frente a ese detalle y se sientan sus implicaciones. Se gasta hoy y quién sabe si se pague mañana.
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También el crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero creció en mayo un 9.1 por ciento en términos reales a tasa anual. Este hecho señala la expectativa empresarial de crecimiento de la producción al futuro, pero al mismo tiempo establece que una parte de las deudas contraídas durante la pandemia siguen vigentes. Es imposible asumir que todo el crédito se está utilizando para comprar bienes nuevos. Este tipo de préstamos se explica porque para el 2024 se esperaba un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 2 por ciento, y cuando menos un 0.9 por ciento este año. Con lo que se tiene ahora y tomando como referencia que el 2024 es un año electoral, bien se podría alcanzar un 3 por ciento de crecimiento, para lo que es necesario hacerse de más activos productivos. De acuerdo con el INEGI, la inversión privada productiva aumentó un 3 por ciento en el primer trimestre del año, en línea con todos los datos anteriores. Así la inversión total en el país de 21.2 por ciento a 22.2 por ciento del PIB, un buen dato que nos da una referencia del nuevo potencial de crecimiento que tendremos para los dos años siguientes.
Como el crédito aumenta, el ahorro disminuye y esto se ve en el dato de depósitos a la vista en la banca comercial que registraron un -3.8 por ciento, esto es una reducción significativa con lo que ya van 5 meses consecutivos de caídas. Esta es una razón por las que las tasas de interés en diferentes productos financieros no bajan. Es importante ver este fenómeno porque cuando más créditos pide la gente, menos dinero tienen los bancos. Es posible ligar la baja en el tipo de cambio con el aumento del crédito, pues en la medida que los productos y bienes de otros países están más baratos porque el dólar está por debajo de 17 pesos, existen más incentivos para que los empresarios y los consumidores pidan prestado para comprar en el extranjero (consumo externo). De hecho, las importaciones totales mexicanas crecieron 1.4 por ciento a tasa anual confirmando el breve análisis aquí plasmado. Es necesario mencionar que, si bien el ahorro ha bajado porque se ha gastado más por las condiciones así mencionadas, un 9 por ciento se ha asignado a instrumentos a plazo y fondos de inversión, ya que dan mucho mejores rendimientos, pero dado que este es un mercado más exclusivo, la gente tiene preferencia por el efectivo y desde luego, gastarlo.
No me extenderé más en este artículo como tradicionalmente lo hago, porque entiendo que mucha gente, aunque esté trabajando, ya siente el ambiente vacacional no solo en nuestra ciudad sino en todo el país. La disminución del tráfico en las calles, los niños en casa saltando por todos lados y las pantallas de computadoras y televisiones pasando programas desde muy temprano y hasta altas horas de la noche, dan evidencia de este hecho. Sé que fueron muchos los datos presentados y mucha la reflexión que se tiene que hacer para poder comprender mejor la confusa economía nacional, pero serán todavía más conforme lleguemos a agosto y pase este periodo de descanso. La siguiente semana habrá algo que decir, pero no será mucho ni complicado, lo prometo.
Encuesta Vanguardia
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