Economía y mercado laboral

Opinión
/ 7 julio 2023
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Al término del primer semestre del año, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publicó que en México se generaron 514 mil 411 puestos de trabajo. Solo en junio se generaron 24 mil 398 puestos, por debajo del promedio de los últimos 10 años. Los datos son claros y no dejan lugar a dudas respecto a que se ha dicho mucho sobre el nearshoring, pero se ha concretado poco. De acuerdo con el propio IMSS, el 75.9 por ciento de los puestos corresponde a empleos permanentes y esta información mitiga un poco lo desalentador que pueden ser los resultados en su conjunto conforme a lo que se hubiera esperado. Se ha hablado mucho respecto a la llegada de empresas a todo el país con la finalidad de aprovechar la cercanía geográfica con Estados Unidos. Sin embargo, los empleos creados no concuerdan mucho con las grandes expectativas generadas por los gobiernos estatales y municipales y los propios medios de comunicación. El mercado laboral es complicado en sí mismo ya que varias variables o situaciones económicas confluyen en él simultáneamente y hasta asuntos políticos generadores de confianza en los gobiernos inciden en las decisiones sobre si se debe o no invertir en una pequeña o gran empresa. Me voy a concentrar solo en 4 razones directas que los datos sugieren, son responsables de la baja generación de empleos.

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Para empezar, es necesario mencionar que las empresas que han anunciado su llegada a nuestro país, desde Tesla y BMW hasta las empresas chinas que serán las abastecedoras de las baterías para los autos, traen tecnologías innovadoras que reducen notablemente la cantidad de mano de obra requerida para sus metas de producción. La automatización y robotización de sus procesos de manufactura han traído como consecuencia una disminución del número de trabajadores promedio por proceso, que se dice es una reducción media de 4 por ciento. Desde la pandemia hasta hoy, la tendencia es a automatizar todo lo posible con la finalidad de reducir el número de empleados que se pueden “enfermar”. La automatización y robotización crecían a un ritmo muy lento hasta antes de la pandemia. Ahora que se vio que los robots y las máquinas no se enferman, comenzó un crecimiento más acelerado que para 2022 alcanzó un 16%.

Una segunda razón para no alcanzar más empleos es toda la incertidumbre que se ha generado alrededor de las nuevas reglas de trabajo en México. Desde un aumento en los días de vacaciones hasta los incrementos en las aportaciones a los esquemas de retiro, los pequeños empresarios, sobre todo han tenido que hacer frente a una avalancha de nuevos costos de la mano de obra. Además, hay el rumor de que los diputados quieren reducir la jornada laboral, lo que aumentaría la problemática de la productividad. Hablando con empresarios, me comentan que con toda la problemática de un dólar barato para aquellos que se dedican a la exportación o les pagan en dólares, más la problemática del aumento de los costos laborales, la situación está difícil para las empresas, pues si a eso se le agrega que los bancos cada vez ponen más trabas para otorgar créditos, la combinación es terrible. Si los bancos ayudaran prestando mientras las empresas se nivelan y encuentran la forma de afrontar estos costos, las cosas irían mejor. Se espera que ante la imposibilidad de pagar más por la mano de obra habrá cuando menos unas 1,200 pequeñas empresas a nivel nacional que no puedan continuar operando y se pasen a la economía informal o desaparezcan. Reducir la jornada laboral sería catastrófico para las empresas en este momento.

Tampoco ayuda mucho la carrera presidencial adelantada, hay nerviosismo en el sistema económico, pues ante tantos precandidatos con tan disímiles orientaciones económicas no saben los empresarios que pasará con la economía nacional. La confianza que se ha dado por parte de la inversión extranjera directa durante este sexenio no es nada que llame la atención. Simplemente se ha mantenido dentro de los estándares de periodos anteriores con uno que otro dato sobresaliente. Apenas se tiene una recuperación en este sentido con respecto a lo que teníamos en 2019 y seguramente el nearshoring ayudará a crecer un poco más. Sin más inversión extranjera y con muchas dudas por parte del empresariado mexicano, las perspectivas de expansión del empleo se mantienen reducidas.

Finalmente, el teletrabajo está complicando el mundo laboral de una forma que no esperábamos. Durante la crisis sanitaria se utilizó como la alternativa de los negocios para sobrevivir y demostró un incremento en la productividad no esperado. Se creía que los trabajadores en casa se distraerían, pero no fue así. Sin embargo, ahora sí es el caso. Nuevas investigaciones de la universidad de Harvard han demostrado que, bajo las nuevas condiciones de trabajo, donde ya no hay problemas con la interacción humana, los trabajadores son menos productivos entre un 4 y un 14 por ciento. Las empresas están empezando a dejar de creer en el trabajo a distancia y están llamando a sus oficinas nuevamente a sus trabajadores. La sorpresa es que las empresas empiezan a notar que algunos trabajadores no son tan “necesarios” como pensaban y los están despidiendo. Es claro que la distancia tiene efectos negativos de percepción y hasta nuestro propio refrán dice “santo que no es visto, santo que no es adorado”. En pocas palabras, si no nos ven, no seremos parte del equipo laboral. En realidad, esto es parte de una reorganización de las empresas no solo en México sino en todo el mundo. Ahora que ya nadie habla de la pandemia y que no es toma para tomar en cuenta en las organizaciones, las empresas están buscando nuevos esquemas organizacionales para recuperar su productividad, por lo que esto no es un problema, sino una adaptación a las nuevas necesidades de equilibrio del mercado laboral. Si alguna vez pensamos que todos los trabajos serían a distancia, habrá que olvidar este hecho porque la tendencia es según varias consultoras de recursos humanos a tener en las economías avanzadas, un 30% de trabajadores a distancia, un 30 por ciento de trabajadores en oficina y el resto en un esquema híbrido como ya se está dando aquí mismo en nuestro país.

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El empleo ha crecido, pero marginalmente. No es como para hacer fiesta, es más, no es ni como para mencionarlo en las tertulias matutinas del presidente. Es simplemente otro dato que nos ayuda a comprender que el nearshoring apenas empieza y que la economía mexicana no acaba de tomar la velocidad necesaria para alcanzar más de un 2.2 por ciento de crecimiento del PIB.

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Columna: Otros datos Económicos. Economista y profesor universitario con más de 25 años de experiencia en la docencia e investigación. Estudió y fue profesor-investigador del Tec de Monterrey en el Centro de Estudios Estratégicos. Se doctoró en economía en la Universidad de Glasgow en Escocia, país donde también trabajó como investigador asociado en la universidad de Aberdeen. Ha sido analista financiero y asesor económico externo tanto en el sector público como en el privado. Dirige el Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de Canacintra. Actualmente es profesor de tiempo completo de la facultad de economía de la Universidad Autónoma de Coahuila.

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