Notas musicales sobre Rulfo

—¿Qué es? —me dijo.

—¿Qué es qué? —le pregunté.

—Eso, el ruido ese.

—Es el silencio...

Luvina / Juan Rulfo

A Juan Rulfo le mataron al papá, don Juan Nepomuceno, cuando el chiquillo tenía seis años. A los 10 años quedó huérfano de madre, María Vizcaíno Arias. A los 12 se lo llevó su abuela, doña Tiburcia Arias, a San Gabriel, Jalisco. Ahí conoció a Blas Galindo, un joven 10 años mayor quien “...le enseñaba a su amigo Juan Rulfo —según el escritor Eusebio Ruvalcaba— los trucos para que no se lo durmieran tan fácilmente y perdiera huesito tras huesito” (de tepalcojote, en sustitución de canicas). Muchos años después, en 1951, Blas Galindo (1910-1993) ya compositor afamado por su Sones de mariachi (1941), escribió la suite sinfónica La manda, basada en el cuento Talpa, de Rulfo, que habría de aparecer en 1953 formando parte de El llano en llamas. No habría de ser la única obra del jalisciense a su coterráneo. En 1980 escribió el Homenaje a Juan Rulfo, por encargo del INBA. Lo estrenó el director Sergio Cárdenas al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de México.

La obra literaria de Juan Rulfo ha sido objeto de homenajes, nombres de premios, relecturas, interpretaciones, adaptaciones y cuanto sea posible imaginar. Incluso algunas personas han llegado a la perversión de leer sus tres libros.

Otro jalisciense, éste tapatío, el compositor Ricardo Zohn-Muldoon (1962) escribió la cantata escénica para ensamble de cámara Comala (2010). Zohn-Muldoon experimenta con una suerte de malabarismo sonoro encaminado a plasmar las resonancias espectrales que emanan de Pedro Páramo. Esta experimentación corrió con mejor suerte en EUA que en México. Allá fue nominada al Pulitzer de música en 2011.

Un poco antes, entre 1990 y 1992, el capitalino Víctor Rasgado (1959-2023) compuso la ópera en dos actos Anacleto Morones. Cantada en español, conserva íntegro el lenguaje del cuento homónimo, y estrenada en 1994, en Spoleto, Italia, como parte del Premio Orpheus que Rasgado ganara. Como se recordará Anacleto Morones, santo al decir de algunas mujeres del pueblo, es asesinado por su yerno Lucas Lucatero. Éste le pide favores sexuales a Pancha Fragoso, quien los concede a cambio de declarar sobre la santidad de Morones. Este personaje menor en la obra de Rulfo, le sirve al mismo Rasgado para componer en 1992 Pancha te llamas, pieza para mezzosoprano, tenor, trompeta, trompa, trombón y tuba. Como chisme diré que la ópera Anacleto Morones incluía el aria ¡Lo tuve que tirar!, misma que fue suprimida por el comité organizador argumenta duración total excesiva. Después en Radio Pasillo se supo que a los italianos les pareció demasiado cruda. Lo bueno es que Rasgado no se amilanó y en 1996 la presentó como obra independiente, para soprano, contrabajo amplificado y cinta. (Aparece en el álbum Cuerpo de verano, del sello Quindecim Recordings, 2008) .

El compositor Julio Estrada (1943) escribió Casi una ópera radiofónica Murmullos del Páramo (sic), compuesta por tres partes: I. Doloritas, II. Susana San Juan, III. Pedro Páramo), para voz femenina, contrabajista, un ruidista-percusionista, coro, actores, cinta magnetofónica y diapositivas, estrenada en Berlín en 2002.

En general la música académica compuesta en torno a la obra de Rulfo, o inspirada en ella, se acerca de una u otra forma a ilustrar la lectura sonoramente. Se construyen sonidos, susurros, clamores de los personajes en el campo, en el páramo, en el llano. Sin embargo, hasta antes de 2016 se había olvidado que en Rulfo, más que la palabra, lo fundamental es el silencio. Por eso es tan musical. Así lo vio la pianista Ana Cervantes, quien en 2006, lanzó una convocatoria internacional bajo dos lineamientos: las obras deberían estar basada en la obra literaria o fotográfica de Rulfo, y las postulaciones tendrían un registro máximo de cinco minutos. Ana Cervantes armó el álbum resultante, Rumor de páramo, siguiendo el silencio como hilo conductor. Entre los 18 compositores seleccionados aparecen los mexicanos Georgina Derbez, Horacio Uribe, Eugenio Toussaint, Federico Ibarra, y Mario Lavista (Quindecim Recordings).

Más allá de estos ejercicios musicales, la musicalidad en Rulfo aparece en la lectura de sus textos cuando se hace en voz alta. Invito a leer de este modo tan solo un párrafo de su autoría, o una de las cartas a su esposa Clara. Y después hablamos.