Oposición: ¿Ingeniería política, intuitiva y ciudadana?
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No tiene sonido de lata ni color de corcho.
No se queda en pueblo, sino que avanza a ciudadanía. No es sólo oposición, sino proposición. No se queda en legalismos de alegato y pugna, sino que presenta el talento técnico y metódico de la ingeniería.
Con la penetración intuitiva, más acertada que el razonamiento masculino. El trampolín es un frente abigarrado y múltiple, pero el clavado es personal, abierto a todas las invitaciones.
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Con mestizaje que se inclina, por nombre, hacia lo indígena, se inscribe y se dispone a sumar firmas esta participante en los movimientos previos a las próximas campañas por la silla presidencial.
Le preguntan cómo quiere a sus futuros colaboradores y ella responde enumerando lo que no quiere que sean: “ni rateros, ni huevones ni pendejos”.
Se levanta un tsunami mediático ofreciendo apoyos espontáneos y gratuitos, con un creciente voluntariado de apoyo diversificado. No representa partido ni ideología, ni geografías zurdas o diestras. No hay tufo de oligarquía, sino se percibe sólo fragancia de ciudadanía.
No tacha lo transformado. Sólo quiere darle profundidad y mayor autenticidad y eficacia. No levanta bandera de intereses grupales y subraya unidad para bien común, señalando un México más justo para todos.
No se apoya en dineros y financiamientos de centros de poder, sino en la gratuidad de la gente conectada en redes y con pantalla en bolsillo.
No. No es un partido, no es una ideología, no es una minoría rapaz. Parece que quiere ser un proyecto inteligente que aprovecha una coyuntura inmejorable para unir voluntades ciudadanas. Es algo atípico, en plena modernidad, que estrena actitudes inusuales y hace camino al andar, hacia una posible mayoría victoriosa, en plena madurez ciudadana. Veremos cómo evoluciona esta ingeniería que sorprende y entusiasma...
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LO MÁGICO PUEBLERINO
Eso de magia escoge uno de sus matices semánticos.
No. No es esa magia del conejo en el sombrero del prestidigitador. No es esa magia que desaparece cosas y gentes. No se enfoca la magia de brujería con sus brebajes y sus amuletos.
Cuando mágico es adjetivo pueblerino tiene sus peculiaridades. Tiene magia un pueblo cuando tiene historia y anécdotas recordables. Cuando tiene entornos atractivos y paisajes sorprendentes. Un río, una montaña, una arboleda. Ciertos monumentos y plazas conmemorativas en que se pueden leerse placas metálicas de homenaje.
Y artesanías, sí. Artículos de fabricación manual con gran colorido y gracia y cierta fama de originalidad. Y claro, gastronomía. Platillos típicos, recetas peculiares, sabores originales de algún producto regional.
El caserío conserva su estilo, sin admitir estridencias de formas y coloridos. Casi siempre un centro devocional, una capilla colonial, un santo patrono con atribuciones milagrosas.
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Si hay viñedos estalla la magia de los brindis en vendimias festivas permanentes. Visitar, fotografiar, saborear, comprar, admirar, disfrutar. Y si hay manantiales y fosa de agua limpia la magia se vuelve cósmica... la gente se despide con mucho que contar...
SUBIBAJA DEPORTIVO E INFORMATIVO
Al estilo meteorológico, también el deporte ha tenido en estas semanas sus altibajos.
Desde oro centroamericano en clavado de remolino hasta el certero y amargo gol ganador de Qatar.
Y la montaña rusa de ascenso y descenso se extiende a otros deportes de velocidad.
Se combinan medallas con decepciones.
En lo informativo ya es contraste habitual combinar la catástrofe con lo esperanzador. El “leeperiódicos” cambia la expresión de su rostro al ir hojeando y ojeando las ediciones diarias que completan lo que se ve y se oye por los canales mediáticos...
Encuesta Vanguardia
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