De comerciantes, grandes y pequeños

Politicón
/ 7 enero 2016
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Don Guillermo Purcell es uno de los más grandes empresarios que Saltillo ha tenido a lo largo de su historia. Se estableció aquí en 1871, y su incansable actividad redundó en frutos que seguirían beneficiando a la ciudad -y al Estado- muchos años después de su muerte. Industrial, minero, comerciante, agricultor, banquero, no hubo casi aspecto de la actividad financiera al que don Guillermo Purcell no aplicara su talento y su ejemplar tesón. Tuvo fundos mineros lo mismo en Zacatecas que en Sierra Mojada; hizo productivas muchas haciendas, tanto en la Laguna como en la parte norte del Estado, a las que llevó el equipo más moderno de aquella época; fundó el Banco de Coahuila; su Casa Purcell representó en el ramo de seguros a muy prestigiadas casas europeas y norteamericanas; manejó fábricas de hilados y tejidos, plantas beneficiadoras de algodón, explotaciones ganaderas, fundiciones, y fue además filántropo cuya muerte consternó a Saltillo, que premió su vida de trabajo imponiendo su nombre a una de las principales calles de la ciudad. Cuando en 1886 se fundó la Cámara de Comercio fue don Guillermo Purcell, muy merecidamente, su primer presidente, y una placa con su nombre orna el edificio de la institución.

Otro extranjero merece también el nombre de benemérito: don Enrique Maass. A él y a su señora esposa, doña Trinidad Narro, se debió la fundación del Asilo Maass, que durante muchos años acogió a niñas saltillenses víctimas de la orfandad. Rico hacendado y comerciante, don Enrique, que no tuvo hijos en su matrimonio, concibió esa caritativa obra, y para cumplirla compró una hermosa finca situada precisamente en la calle que ahora lleva el nombre de don Guillermo Purcell. Ahí dio sede a su orfanato, y lo encomendó a religiosas en esa obra se ganaron el Cielo por su encendida caridad. Ironías de la vida; la casa donde se estableció el asilo fue la mismísima que había servido años atrás al gobernador José María Garza Galán para las orgiásticas fiestas en que se divertía con gentuza de baja ralea, hombres de vida descompuesta y mujerzuelas de esas que fatigan camas. En don Enrique Maass la historia del comercio de Saltillo tiene a otra figura de importancia grande que a su labor de comerciante añadió, como muchos otros lo han hecho, una vocación de humanitarismo que lo llevó a hacer el bien a mucha gente. Por eso, y por la escuela de artes y oficios que también fundó, es don Enrique Maass objeto de recordación y gratitud; por eso su nombre aparece en una de las mejores  páginas de la historia de nuestra ciudad.

Habían hecho también muchos progresos las empresas de don Dámaso Rodríguez. A él se le considera el fundador de la industria saltillense, pues desde 1861 inició empresas que tendrían mucha importancia en el desarrollo de la ciudad. Hacendado, gran comerciante, empresario, tuvo don Dámaso la sede de sus negocios en una recia casona que estuvo en la esquina de las calles de Allende y Aldama. Un incendio la destruyó al principiar el siglo pasado, pero su propietario la levantó de nuevo, y ahí siguió atendiendo sus negocios hasta que los suspendió por los trastornos que trajo consigo la Revolución.

Había también medianos y pequeños empresarios. Don Porfirio Valdés fundó en 1875 La Conquistadora, “fábrica de calzado de todas clases, hecho a mano”. He aquí cómo con poca sintaxis pero con mucha ufanía anunciaba don Porfirio su establecimiento en 1903: “Se hace a mano toda clase de calzado fino a la Moda del día, estilo Mexicano y Francés. Una especialidad de mi casa es el calzado Extra fino estilo americano que tan en boga está hoy en día, el cual se fabrica en diez estilos distintos, con materiales y formas americanas de primera calidad. Zapatón Saltillero.

Botín vaqueta y otras varias clases de calzado corriente. Pídase muestras y lista de precios por mayor. Pídase el método de tomar medidas. Mando por Correo o Express los pares que se me pidan”.

Anuncio largo el de don Porfirio Valdés, pero muy claro, que no se prestaba a las interpretaciones de aquel otro fabricante de calzado que en Parras se anunciaba así: “Fulano de Tal. Zapatero. Hace de hombre y de mujer”.

Escritor y Periodista mexicano nacido en Saltillo, Coahuila Su labor periodística se extiende a más de 150 diarios mexicanos, destacando Reforma, El Norte y Mural, donde publica sus columnas “Mirador”, “De política y cosas peores”.

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