La seguridad de las niñas y los niños
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Sin duda el tema más importante de las últimas semanas ha sido la violencia ejercida contra las mujeres y contra las niñas y los niños principalmente. Según la Red de los Derechos de la Infancia en México, en promedio mueren al día 3.6 niñas y niños, y de cada diez feminicidios, uno es de una niña o adolescente (sin contar aquellos que tienen que ver con la guerra contra el narcotráfico). En otras palabras, las niñas y los niños son un grupo aún más vulnerable y al mismo tiempo mucho menos visible para los medios y los tomadores de decisión. Por más increíble que parezca, muchos políticos piensan que ellos no tienen un beneficio electoral. Pero la infancia representa la apuesta de una sociedad completa por el futuro, es lo más valioso que tenemos.
Esta semana el País se conmocionó con el caso de Fátima, la niña de 7 años que fue torturada y asesinada saliendo de su escuela.
Muchos empezaron a culpar a la mamá de la niña por llegar tarde por ella, otros culparon a los maestros y directivos de la escuela por dejarla afuera, otros más a los padres o madres de familia de la escuela que no se dieron cuenta que había una niña sola, otros más a que no hubiera policías o seguridad cercana, a los ministerios públicos que no le creyeron a la madre cuando llegó a poner la denuncia, al sistema de vigilancia porque las cámaras no servían. El Presidente le echó la culpa a la descomposición social y al modelo neoliberal. ¿Quién tiene la culpa?
El Estado debe poner las condiciones mínimas para garantizar la tutela de derechos básicos de nuestras niñas y niños, como educación, salud, seguridad, alimentación, por mencionar algunos. Debemos exigir al Estado un presupuesto congruente a esto y políticas públicas concretas y transparentes que permitan aumentar el ejercicio de los derechos de nuestras niñas y niños.
Si bien es cierto, el papel del Estado es sumamente importante para detener esta ola de violencia, empezando por la impunidad y la ineficacia en el sistema de justicia, (cerca del 98 por ciento sin importar el tipo de delito) y con políticas públicas integrales que van desde la educación y la prevención, hasta la atención y cuidado de las víctimas de la forma profesional que debe ser, tampoco es suficiente.
Dice bien un proverbio africano: “se necesita a toda una comunidad para criar y proteger a las niñas y los niños”, ¿qué quiere decir esto? Para cuidar a nuestras niñas y niños no es sólo responsabilidad del maestro y/o director de la escuela (recordemos que ellos también tienen familia), del policía, o de su familia nuclear y/o extendida, de sus vecinos. La responsabilidad es toda la comunidad. Nuestras niñas y niños necesitan una red de apoyo confiable y grande que le permita alcanzar su máximo potencial de desarrollo de manera integral.
Así que la próxima vez que veas a una niña o un niño solo, o creas que está en problemas o simplemente percibas que no se sienta seguro. No seas indiferente, y no digas que no es tu problema o tienes prisa. Ofrece tu ayuda y espera a que este con alguna persona de confianza para los menores. Haz tu chamba de “Ciudadano de Tiempo Completo”, puedes hacer la diferencia para esa niña o niño.
@garciacecy_
ceci.garcia@dcamexico.org
Cecilia García
FUNDAMENTOS DE UNA IDEALISTA