Salarios y consumo, factores de impulso económico

Los agentes que participan en el circuito económico son familias, que requieren satisfactores de bienestar y ofrecen sus capacidades laborales; empresas, que ofertan bienes y servicios, y asimismo demandan trabajo en una jornada determinada; y gobierno, que debe establecer condiciones para que se garantice el buen funcionamiento del mercado; finalmente, la relación con los agentes económicos extranjeros.

En esta dinámica intervienen factores implícitos, como dinero circulante, tasas de interés, balanza comercial, tipo de cambio, salarios, ingreso-gasto del gobierno; y explícitos, seguridad, capacitación, infraestructura productiva, entre otros.

El consumo de las familias es factor de impulso económico y se sustenta en ingresos por trabajo y/o subsidios gubernamentales, es decir, salarios y programas sociales directos. La oferta requiere compradores efectivos, para reembolsar inversión, obtener ganancia y reinvertir, de lo contrario se reducen la producción, el empleo y el crecimiento económico.

En nuestro país, con un Estado gerencial de libre mercado, de los años 80 del siglo 20 hasta 2016, el salario mínimo se orientó a contener la inflación e impulsar exportaciones con precios competitivos, lo cual provocó una caída de más de 60% en el poder adquisitivo de los salarios y, por consecuencia, un aumento de la pobreza, con 53 millones de personas en esa condición en el año 2018. La disminución del consumo obstaculizó el circuito económico, con un magro crecimiento de 2.3% promedio en más de tres décadas.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en los años 70 del siglo pasado en México los salarios llegaron a representar 40.2% del Producto Interno Bruto (antes de la devaluación de 1976); para inicios de los años 80 se redujeron a 30% (la década perdida) y en 2014, según INEGI, disminuyeron a 27 por ciento.

Actualmente, con un Estado de bienestar y responsabilidad social, de 2019 a 2023 el aumento acumulado al salario mínimo referencial fue de 116.2% real, al pasar de 88.36 pesos en 2018, a 248.4 pesos en 2024 (en la zona libre de la frontera norte el próximo año aumentará a 374.89 pesos).

Así, en 2021 el ingreso laboral avanzó a 28.3% respecto a toda nuestra economía. Sin embargo, posterior a la pandemia, en junio de 2022 el ingreso laboral se ubicó en 26% del PIB y en el mismo mes de este año aumentó marginalmente a 26.1%, tendencia que continuará al alza. Por su parte, al segundo trimestre del 2022 lo correspondiente al capital y sus ganancias representó 47.7% del producto nacional y en el mismo periodo de este año se redujo a 46.1 por ciento. Esto indica distribución de la riqueza y más consumo.

Programas sociales directos, eliminación de subcontratación y aumento salarial son factores que han contribuido, según Coneval, a la reducción de 5.1 millones de personas en pobreza multidimensional; asimismo, son componentes que han contribuido al crecimiento económico postpandemia, el cual se espera en 3.2% este año.

El consumo como componente de la demanda agregada también se ha impulsado por el empleo total: según IMSS, de enero a noviembre pasado se han generado 1.03 millones de empleos; por otra parte, a septiembre la informalidad laboral fue 51.3% y, aun como resultado estructural del capitalismo, esta también contribuye al mercado.

Precisamente por una eventual certidumbre en el pago, la confianza del consumidor ha ido en ascenso: así han crecido los créditos al consumo, de vivienda, automotriz, de nómina, entre otros.

Sin embargo, según Citibanamex, el nivel de vida por persona (PIB per cápita) está 0.3% por debajo del año 2018 (Forbes, 16-11-23), por efectos de la pandemia; asimismo, el INEGI informa que, del tercer trimestre del 2022 a igual periodo de este año, las personas con salario mínimo aumentaron de 15.7% a 27.9%, como efecto de la reducción de costos en las empresas. Sin embargo, el piso salarial ha aumentado de manera importante y, por tanto, igualmente el consumo, que son factores de crecimiento económico que favorece al capital y de bienestar para la clase trabajadora.