Saltillo: es preocupante el alza en el número de contagios
El reporte que la Secretaría de Salud de Coahuila difundió ayer miércoles ubicó a Saltillo con el mayor número de contagios por el coronavirus SARS-CoV-2 reportados en un solo día: 206 casos. También se informó de la detección de 468 nuevos contagios a nivel estatal en Coahuila, la segunda mayor cifra en lo que va de la pandemia.
Los datos desagregados de la capital coahuilense deben preocupar a todos: en lo que va del mes de agosto, en Saltillo se han confirmado mil 43 casos positivos y esa cifra representa casi el 40 por ciento de todos los registrados en la entidad. La estadística se replica en lo que hace a la proporción de víctimas fatales ocurridas aquí, con respecto al total de la entidad.
Otro dato preocupante es el hecho de que en sólo 11 días la capital coahuilense está cerca de igualar la cifra total de contagios y muertes registrada el pasado mes de julio: 281 y 29, respectivamente. La tendencia estadística es para encender las alarmas.
Al citar estos datos siempre debe recordarse que una proporción importante de la población ya ha sido vacunada y que este hecho claramente apunta, como causa del incremento de contagios y decesos, a que no estemos siendo estrictos en la observación de las medidas de prevención.
También es probable que muchas personas consideren que, al estar ya vacunadas, no solamente no son susceptibles de contagio, sino que, en caso de registrarse tal hecho, no contagiarían a otras personas. Ambas asunciones son falsas y la realidad nos urge a comunicarlo con énfasis.
Hay que decirlo con todas sus letras y sin ambigüedades: todos podemos contagiarnos, estemos vacunados o no. Y si nos contagiamos, podemos transmitir el virus a otras personas aunque a nosotros no nos provoque ningún síntoma. Las premisas siguen siendo las mismas que al inicio de la pandemia y los riesgos idénticos. Sobre todo para quienes no han recibido la vacuna.
En este sentido es preciso poner énfasis en el caso de las personas que, pudiendo estar vacunadas a estas alturas han decidido, por cualquier causa, no aplicarse el inmunizante. Todos tenemos la responsabilidad de intentar convencerles para que cambien de opinión.
También es necesario seguir repitiendo que el uso de cubre bocas, el lavado constante de manos y el mantenimiento de la distancia social son acciones indispensables para evitar consecuencias aún más graves. En eso, todos somos corresponsables.
A la autoridad corresponde, por su parte, el uso de todos los instrumentos legales a su disposición para, en primera instancia, generar convicción colectiva y, de ser necesario, obligar a la adopción de las medidas que tengan como resultado contener la creciente propagación del virus.
Y en esto último no puede haber dudas: se trata de un objetivo común a cuyo logro debemos dirigir todas nuestras energías, pues solamente de esta forma llegaremos a la otra orilla sin tener que lamentar un saldo aún más trágico que el ya acumulado hasta ahora.